Por una montaña sostenible

La idea de hacer algo nació de los propios corredores de carreras por montaña, como nos cuenta Gotzon Idirin, uno de los creadores del proyecto: «Comentando la situación de las carreras actuales recordábamos con cierta nostalgia cómo se vivían antes. Ahora están muy profesionalizadas donde la competición ha podido con todo, dándonos cuenta de que se ha perdido la esencia del montañismo. Somos gente de montaña y vemos cómo se están desvirtuando sus valores».

A todo ello le sumaron la participación de amigos que trabajan en temas de igualdad, convivencia, lenguaje de signos, género, etc.: «…y pasó de ser un tema de sostenibilidad a ir más allá y comprender algo más integral», nos sigue contando Gotzon, que añade: «A partir de ahí, definimos carreras no solo como sostenibles, también éticas». Y así el que quiera obtener la Etiqueta Verde tiene que ceñirse a un decálogo, en cierta manera, estricto para cumplir una serie de reglas que se hagan merecedoras de tal distintivo: «La esencia de este decálogo recoge unos mínimos que son los que definen qué es una carrera ética, y los organizadores tienen algunas premisas que hay que cumplir sí o sí» aclara Idirin. En la web www.etiketaberdea.com se puede ver y descargar el manifiesto que señala las líneas rojas que no deben traspasarse.

Los lanzadores de este proyecto, como decimos, también corredores de montaña y por lo tanto usuarios de estas carreras, son conscientes que para adquirir la Etiqueta Verde se necesita: «Un compromiso muy fuerte por parte de los organizadores para la regulación de dorsales, el número, su precio; así como la cantidad y cuantía de los premios. También se habla de patrocinadores éticos…», e igualmente son conscientes de que habrá carreras que por su nivel mediático, por sus marcas que las apoyan, e incluso por su espectacularidad, no podrían añadirse al grupo de organizaciones que ya tienen la Etiqueta Verde: «Es muy complicado que determinadas carreras centradas en la competición puedan sumarse a este proyecto porque la repercusión en el medio natural donde se desarrollan no es nada recomendable en cuanto a sostenibilidad», señala Gotzon, pero aclara que a pesar de ser conscientes de ello: «Hemos acordado unas pautas, si algunas carreras importantes, aunque no puedan llegar a hacerse con la etiqueta, se plantean coger alguno de los consejos habremos logrado algo».

Etiketa Berdea está en pleno funcionamiento. Los creadores del proyecto, insistimos, usuarios de las carreras, están contentos con ello: «Queremos que con esto se piense en el devenir de las carreras de montaña y tengan un objetivo no solo deportivo además de competitivo, queremos insistir en los valores de la montaña». Todo ello por una montaña sostenible e igualitaria.