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Una mujer se manifiesta contra el 'brexit'. Reuters
«Una prórroga del 'brexit', ¿para qué?»

«Una prórroga del 'brexit', ¿para qué?»

Las instituciones europeas temen que las elecciones y el arranque de la nueva legislatura se vean condicionadas por el caos político británico

Salvador Arroyo

Corresponsal en Bruselas (Bélgica)

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Miércoles, 13 de marzo 2019, 21:14

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Ese «Pour quoi faire?» (¿para qué?) que Michel Barnier ha lanzado este miércoles en una intervención ante el pleno del Parlamento Europeo (por cierto, con muchos escaños vacíos) es el que está ahora en la mente de todos. ¿Para qué necesita más tiempo el Reino Unido? La pregunta es básica, pero atina con la clave de lo que ha sucedido y sucederá a partir de este momento. Después de que la Cámara de los Comunes haya insistido (ya en dos ocasiones en apenas un mes) en que quiere irse, pero que ni le vale el único tratado que esta sobre la mesa ni tampoco hacerlo sin acuerdo, ¿qué espera conseguir dilatando la fecha del divorcio?

El 'brexit' es ya una pesadilla kafkiana de la que Europa ansía ya despertar, aun cuando le sigue generando vértigo la realidad de un divorcio por las bravas. Y si el Barnier conciliador y de discurso recatado no encuentra sentido a la situación, apaga y vámonos. «¿Prorrogar esta situación, para qué? Porque la negociación sobre el artículo 50 (que fija las condiciones de salida) ha terminado: el acuerdo está ahí», remarcaba horas antes de la segunda jornada de votaciones de esta semana en Westminster (con un 'no' a la salida sin acuerdo 'bajo ninguna circunstancia' por 43 votos de diferencia).

El francés recordó que en diciembre, febrero y el pasado lunes se concedieron a la primera ministra Theresa May «garantías y aclaraciones adicionales» que han sido sistemáticamente desactivadas por sus señorías.

Y esas dudas de Barnier sobre el sentido de la prórroga son las que han llevado a los dos principales grupos de la Eurocámara (populares y socialistas) a pedir un segundo referéndum como opción para que los británicos clarifiquen su posición. Mandfred Webber (PPE) habló de «desastre» e incidió que «no podemos hipotecar las elecciones europeas por el 'brexit'» en clara alusión a que el aplazamiento ha de ser puramente técnico, de no más de dos meses y con algo concreto sobre la mesa que lo pueda justificar.

El socialista Frans Timermans lanzó reproches directos a Niguel Farage (uno de los impulsores del divorcio) a quien emplazó a explicar a los trabajadores de la factoría de Nissan en Sunderland (dejará de producir sus modelos de alta gama por el 'brexit') «que el sueño trasnochado de soberanía va a terminar con sus puestos de trabajo». Unas palabras que resplicaban al discurso del euroescéptico, cargado de críticas hacia la primera ministra conservadora y que cerró pidiendo a la UE que «vete la prórroga que pedirá el Reino Unido» previsiblemente este jueves. Pidió un portazo, sin más.

Un desenlace, aunque con otra motivación, la del hartazgo, por el que clamó el jefe de los Liberales europeos y responsable, Guy Verhofstadt del grupo de seguimiento del 'brexit' en el legislativo comunitario. «No quiero ninguna prórroga a no ser que sepamos, porque hay una mayoría clara en la Cámara de los Comunes, a los que debemos atenernos». En plata, qué es lo que quieren hacer.

Esas fueron algunas de las claves del debate en la sede parlamentaria de Estrasburgo en una jornada en la que también se aprobó un nuevo paquete de medidas con valor analgésico ante una excisión británica sin acuerdo dentro de dieciséis días. Todas ellas temporales y condicionadas a la reciprocidad de Londres.

Se refieren, en concreto, al permiso temporal (siete meses) a las aerolíneas británicas para seguir operando en territorio europeo, a que estudiantes y profesores de Erasmus completen su estancia en el extranjero, mantenimiento de los beneficios sociales a los británicos residentes en territorio UE y viceversa, autorización a los barcos europeos a pescar en aguas británicas, medidas para que no se colapse el transporte por carretera o el plan de cooperación transfronteriza entre Irlanda, Irlanda del Norte y Escocia.

La respuesta de la Comisión Europea, concluida la sesión en Westminster, reforzó el carácter inflexible con el que Bruselas afronta esta caótica fase del 'brexit'. «Tomamos nota de los votos en la Cámara de los Comunes de esta noche. Sólo hay dos maneras de salir de la UE: con o sin un acuerdo. La UE está preparada para ambos». Y en ese sentido subraya que el que se ha tejido tras casi dos años de negociaciones y que fue aprobado por May en noviembre con los Veintisiete. «La UE esta lista para firmarlo», apostilla. La negociación se ha acabado.

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