Las diez noticias clave de la jornada
Seguidores de Jair Bolsonaro asaltando el Congreso. ep
Crisis en Brasil

«No me entra en la cabeza que haya gente que reclame un golpe de Estado»

La donostiarra Miriam Errasti, que vive en el país desde 2008, asegura que la situación «se ha ido tranquilizando», pero que los seguidores de Bolsonaro «siguen ahí» por lo que pronostica que «Lula lo va a tener difícil»

Bruno Parcero

San Sebastián

Martes, 10 de enero 2023, 19:17

Brasil vive días convulsos, de agitación, tras el intento por parte de los seguidores de Jair Bolsonaro de asaltar el Congreso para hacerse con el ... poder a través de un golpe de Estado. Sofocada la rebelión, las aguas parecen volver a su cauce, aunque el país no parece libre de que puedan seguir produciéndose actos de insurrección. «Ahora parece que la situación se ha ido tranquilizando, pero la gente que ha apoyado a Bolsonaro sigue ahí y no va a dejar de apoyarle», asegura Miriam Errasti, una donostiarra que llegó en 2008 a un país que, según ella, se encuentra «muy dividido».

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Errasti vive en Taiba, un pueblecito costero muy conocido por los amantes del surf que se encuentra en el estado de Ceará, al nordeste del país. Allí se estableció a su llegada y, tras años regentando «un hotelito», vive ahora jubilada. «Es una zona pobre y aquí la gente apoya a Lula», comenta. «En Brasil el apoyo tiene mucho que ver con las clases sociales. Se puede decir que los más pobres apoyan a Lula y los ricos, a Bolsonaro. Aquí la desigualdad social es tremenda y se nota», explica.

«Hay mucha presión por parte de los seguidores de Bolsonaro, que ya habían dicho además que no iban a aceptar el resultado de las elecciones y eso ya anticipaba problemas porque el país está muy dividido»

Siendo una zona donde el apoyo a la izquierda es masivo, este intento de golpe de Estado se ha vivido «con temor». «Las elecciones se vivieron con mucha tensión y aunque fuera de Brasil todo el mundo decía que Lula iba a ganar fácil, aquí no se vivía así», relata Errasti. «Hay mucha presión por parte de los seguidores de Bolsonaro, que ya habían dicho además que no iban a aceptar el resultado de las elecciones y eso ya anticipaba problemas porque el país está muy dividido».

Las noticias de lo que estaba sucediendo en Brasilia le llegaron por whatsapps «de amigos de Donostia que me preguntaban que tal estaba», recuerda. Y aunque no le ha tocado vivirlo de cerca, el lunes, en un viaje a Fortaleza, la capital del estado, pudo hacerse una idea. «Allí también había un campamento que al parecer estaba montado desde las elecciones. No era tan grande como el de Brasilia o Sao Paulo, y ya lo estaban desmantelando», comenta.

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No le sorprenden estas acciones porque «de un tiempo a esta parte ha habido mucha radicalización». Cree que «existe un odio bestial hacia la izquierda» que, en su opinión, «tiene que ver mucho con la religión, con los Evangelistas, que tienen mucho peso en la sociedad».

«Lo que tienen que hacer es ir a por quienes alentaron esas manifestaciones, a por quien financió esos autobuses en los que muchos fueron hasta Brasilia porque no toda la gente era de allí»

«A mí no me entra en la cabeza que haya gente que reclame un golpe de Estado. Me parece increíble», señala sorprendida esta guipuzcoana. «Tengo gente en Facebook que pide ese golpe de Estado y no hablamos precisamente de gente joven que no sepa lo que es una dictadura. Es gente de cierta edad que ya ha vivido la dictadura que sufrió este país».

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Claro que estas acciones protagonizadas a las puertas del Congreso cree Errasti que pueden pasarle factura a Bolsonaro porque existe un sector al que no le ha gustado lo que ha visto: «No porque consideran que los actos de vandalismo son acciones que protagoniza la izquierda. Ahí quizás han podido perder algo de apoyo», ratifica.

Heridas difíciles de curar

No ve Miriam una solución sencilla a esta polarización que amenaza la convicencia del país porque las penas que pueden caerles a los detenidos «van a alentar el victimismo y eso no va a ayudar». En su opinión, «lo que tienen que hacer es ir a por quienes alentaron esas manifestaciones, a por quien financió esos autobuses en los que muchos fueron hasta Brasilia porque no toda la gente era de allí. Eso estaba perfectamente organizado desde hace tiempo y hay que ver quién ha montado todo eso. Bolsonaro dice que él no porque está fuera, pero está claro que alguien lo ha financiado y lo ha organizado todo».

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Para la donostiarra, el mandato de Bolsonaro ha dejado heridas difíciles de curar, desde la convivencia hasta una situación económica que, en su opinión, ha deteriorado el país. «Económicamente el país ha ido a peor. Hay gente que dice que no, que ha mejorado, pero lo cierto es que aquí funcionan mucho las 'fake news', los whatsapp con mensajes falsos que no tienen ningún tipo de base. Te puedo decir que el lunes, cuando estuve en Fortaleza, vi más gente tirada en la calle en colchones que nunca».

Pronostica que «Lula lo va a tener difícil», ya que «como el país está dividido casi al cincuenta por ciento ha tenido que formar gobierno con gente no muy afín y no creo que vaya a ser fácil salir adelante».

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