Desfile histórico en el Museo Balenciaga: «En Claro Couture no hacemos ropa, construimos relatos»
Con un recorrido de más de cuatro décadas y convertida en una de las firmas más influyentes del Estado, CLARO Couture desembarca en Balenciaga con una inédita colección bridal
Mirari Gómez
Martes, 21 de octubre 2025, 08:09
Más de cuatro décadas realizando diseños exclusivos y personalizados de novia, madrina e invitada han hecho de CLARO Couture una de las casas de alta costura más importantes a nivel nacional. Esta firma familiar de origen andaluz fundada por el gran diseñador Fernando Claro y su mujer Charo está dirigida, hoy día, por la segunda generación que encarnan sus hijos Fernando y Beatriz Claro, directora creativa. Hablamos con ella.
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- Se acerca el día del esperadísimo estreno de CLARO Couture en SSMF. ¿Qué propuesta traen?
- Nos presentamos con 'Memory', una colección en blanco para las novias 2026. Se trata de una colección bridal que se mueve entre la arquitectura que emociona y la poesía, y que pretende materializar con vestidos el momento clave en el que suceden cosas que marcan una vida: el momento de conocer a alguien con quien te quieres casar, ese viaje donde piden matrimonio, el momento en el que se cuenta a familia y amigos, y, cómo no, el día de la boda como uno de los momentos brillantes de la vida de dos personas que creen en el amor.
- ¿Qué supone presentar una colección en la Casa del Maestro?
- Un honor y, a su vez, una gran responsabilidad por el respeto y la admiración al trabajo de Balenciaga y lo que representa el Museo, pero también una emoción fantástica. El Museo Cristóbal Balenciaga es una referencia para quienes entendemos la moda como arte y oficio. Su legado ha marcado profundamente la forma de crear de los mejores diseñadores de moda. Estamos felices de estar allí y hacerlo con esta colección que no pretende imitar, sino dialogar con esa herencia.
- Al igual que Balenciaga, su padre Fernando siempre tuvo claro que la moda era su vocación y pasión. ¿Es algo innato para la familia Claro?
- Diría que sí. En nuestra familia se ha vivido la moda con naturalidad, como algo que forma parte de la vida, y de una manera artística de expresarse que a la vez proporciona un medio de vida. Mi padre, Fernando, construyó junto con Charo un motorcito desde cero con pasión, creatividad y técnica. Para mí fue una extensión natural, pues crecí en un taller, entre tejidos, zapatos y looks de clientas, pruebas… entendí desde pequeña que esto era mucho más que una profesión: era una forma de estar en el mundo.
- Desde sus inicios hace más de 40 años, CLARO Couture tiene una marcada esencia familiar. ¿Cómo es compartir, no solo vida personal, sino también laboral con el entorno familiar?
- Es desafiante, pero es bueno. El vínculo familiar nos permite tener confianza en que estamos todos en el mismo barco dándolo todo. Eso implica, a veces, intensidad y, otras veces, poder desconectar con compresión por parte del núcleo que formamos mis padres, mi hermano Fernando, que está dirigiendo el negocio, y yo. Compartimos sueños, visiones y una pasión común. La firma tiene una identidad fuerte porque está construida desde algo verdadero y te diría que sin egos.
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- Hablar de los orígenes de CLARO Couture nos lleva a Sevilla, ciudad donde mantienen un atelier de alta costura. ¿Qué legado queda de aquella raíz que han homenajeado recientemente con la colección Doble C?
- Sevilla, realmente, no lo es todo para nosotros, pero sí que supone un punto de origen muy relevante; y eso obviamente filtra nuestra forma de mirar, de sentir, de entender la belleza y la moda. La colección Doble C fue justo un homenaje a nuestra cultura andaluza, una mirada a esos gestos de tu tierra que siempre quedan dentro de cualquier creador por muy transgresor que sea.
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- ¿Cómo ha evolucionado la firma?
- Creo que el punto de inflexión fue 2019 con el proyecto de digitalización, pero se podría resumir como una evolución dada de forma orgánica y autofinanciada. Hemos pasado de hacer vestidos a medida para clientas privadas a crear colecciones grandes, desfilar en Mercedes-Benz Fashion Week Madrid o Miami Fashion Week, vestir a novias de todo el mundo y celebridades como Shakira y ahora proyectarnos internacionalmente en países de Oriente Medio.
- ¿Cuáles diría que son esos pilares inamovibles que definen CLARO Couture?
- Esta es una muy buena pregunta, por la respuesta que te voy a dar: la clienta. La clienta es el centro y pilar de nuestra trayectoria, como también lo es nuestra capacidad de conectar con todas ellas desde la humildad y el servicio. Somos conscientes de que una firma especializada en tailoring se debe a lo que la clienta quiere y le hace feliz. Nosotros somos solamente un asesor experto para que ella acabe siendo ella pero potenciada. Nos define el saber hacer, la atención al detalle y la escucha activa a la mujer que se viste con nosotros. Porque no hacemos ropa, construimos relatos.
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- En los últimos años, CLARO Couture ha ganado presencia mediática, siendo una de las firmas de cabecera de celebrities e influencers e infalible en alfombras rojas. ¿Qué les reporta estar bajo el foco de los medios y las redes sociales?
- Pues reporta presión y trabajo, pero a cambio es una ventana maravillosa. Nos permite llegar a nuevas generaciones, a otros países, y a novias que descubren la firma desde el móvil. Pero siempre lo equilibramos con la parte más presencial: la de tocar el tejido, estar en el taller, hablar con la clienta… somos mejores en esto que, por ejemplo, haciendo contenido viral.
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- Han vestido a mujeres de todo tipo, ¿qué buscan en CLARO Couture?
- Vestimos a mujeres que buscan gustarse a ellas mismas y que se cuidan. Son mujeres sensibles, con carácter, que les gusta la moda, pero no la toman muy en serio. Ellas buscan en Claro Couture una forma de expresarse con las prendas y sin disfraces. Diseñamos para las que saben que un vestido puede ser una declaración de intenciones.
- La lista de 'chicas Claro' es larguísima, pero ¿quién les queda por vestir?
- ¡Ufff! Nos queda vestir a tantas mujeres... si quieres nombres, podría decir Zendaya o Penélope Cruz, pero admiramos igual a mujeres que no son 'celebridades' y que tienen vidas comunes; mujeres trabajadoras, madres, empresarias, etc. Queremos vestir a la estrella que toda mujer lleva dentro.
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- Trabajan para novias, madrinas e invitadas, también el prêt-à-porter. ¿Cómo es el proceso creativo en una firma con tantas aristas?
- Eran demasiadas colecciones y no llegábamos, por lo que hemos hecho cambios. Por ejemplo, el prêt-à-porter ha pasado a ser un prêt-à-couture hecho bajo pedido; por lo que pronto desaparecerá de la web el stock de vestidos con los precios más asequibles. En cuanto al proceso creativo, hay una confluencia de intereses entre el creativo, la venta y el que siente bien. Todo nace de una idea fuerte y del crear un relato dentro del universo estético Claro, aunque luego lo vamos adaptando a cada colección. Porque una novia tiene unas necesidades muy distintas a una colección de pasarela o de una madrina, pero sí hay una coherencia en tejidos, gestos, detalles, etc.
- CLARO Couture es hoy día una marca consolidada, pero con una gran proyección por delante. Uno de los ámbitos de crecimiento es el geográfico, ¿cómo marchan los planes de expansión internacional?
- Estamos en un momento muy ilusionante. Esta semana hemos tenido reuniones con la oportunidad de crecer en Oriente Medio, y nos interesa dar los próximos pasos en Latinoamérica y EE. UU., donde ya hemos hecho desfiles. Queremos crecer con sentido, sin perder nuestra esencia. Nos interesa llegar a nuevos mercados, pero siempre desde el modelo de lujo emocional y personalizado que nos han definido hasta ahora.
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- En su defensa de la 'evolución orgánica e inteligente', ¿por dónde pasa el futuro de la firma?
- Por seguir diseñando con verdad, lo que aporte valor y mantener viva la llama de lo artesanal y el lujo. No queremos crecer por crecer, sino construir algo que tenga sentido en el tiempo. Diversificar con colaboraciones y mejorar nuestro posicionamiento digital. Además, abriremos pronto un nuevo centro productivo y actualizaremos maquinaria y procesos.
- Por último, ¿le queda algún sueño por cumplir?
- ¡Muchos! Desde desfilar en París, hasta abrir un atelier más grande y bonito. Pero, sobre todo, que nuestros vestidos sigan siendo testigos de momentos muy especiales. Si algún día conseguimos dejar un legado duradero como marca que inspire a futuras generaciones, habrá merecido la pena.
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