Gipuzkoa de Moda

La primera boda religiosa con pantallas protectoras de Gipuzkoa

GdM Bodas ·

Sin abrazos y sin besos, con pantallas protectoras y mascarillas: así ha sido la primera boda religiosa protagonizada por Marcos y María en la Basílica Santa María de Donostia, en la denominada «nueva normalidad»

Laura Chamorro

San Sebastián

Lunes, 22 de junio 2020, 06:52

María Buces y Marcos Garcés han protagonizado una de las bodas más singulares y mediáticas del fin de semana en Gipuzkoa. Con el comienzo oficial de la «nueva normalidad» tras tres meses de Estado de Alarma, esta donostiarra y madrileño se han dado el «sí quiero» en la Basílica Santa María de Donostia ante noventa invitados y con todas las medidas de seguridad e higiene obligatorias en esta etapa de COVID-19. Con los nervios a flor de piel, la novia ha lucido un vestido diseñado por la también donostiarra Isabel Zapardiez en satén, con aplicaciones de encaje de chantilly francés en mangas y espalda, de línea sirena y abertura en la espalda. La creación ha sido complementada por una sobrefalda en bordado de seda natural con gran volumen, un velo y una máscara protectora joya, con una aplicación de tul bordado a mano que como ha confirmado la propia Zapardiez «está inspirada en la colección 'Cosmology' presentada en el GdM San Sebastián Moda Festival otoño-invierno de hace cuatro años». El espléndido maquillaje y peinado de la novia ha corrido a cargo de Marcial Muñoz de 'Noventa Grados' y a pesar de posponer la celebración oficial con el resto de invitados a finales de agosto, casi un centenar han sido los afortunados en acudir a Bokado (Aquariuam SS) para celebrar el amor más puro, pero con las emociones contenidas ante la imposibilidad de abrazarse entre sí. Aún así, este sábado día 20 de junio, todos lo van a recordar como uno de los más felices, especiales y únicos de sus vidas.

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- María, Marcos, felicidades ante todo. Estabais radiantes. Antes de hablar de lo acontecido el sábado, me encantaría saber un poco más de vuestra historia de amor, de cómo sucedió el flechado...

- Nos conocimos una tarde de Reyes en el Atari (Donostia-San Sebastián). Yo me encontraba tomando algo con una amiga y él había venido de Madrid junto con otros acompañantes a pasar el fin de semana, aprovechando que aquel viernes era festivo. Nos pidieron permiso para compartir mesa, a lo que nosotras no nos opusimos, pero cuando quisieron darnos conversación, fuimos muy bordes (se ríe María). Por su actitud estaba claro que no eran de Donosti. Fueron muy perseverantes, terminamos hablando con ellos y la verdad que con muy buen 'feeling'. ¡Eran chicos normales! (se vuelve a reír María). Cuando dije que me iba, Marcos me pidió el teléfono y aunque inicialmente lo dudé, al final le di el de verdad... A las horas empezó a escribirme, me hice de rogar, pero al final quedé con él y hasta hoy. Ninguno de los dos apostábamos por la relación: Marcos vivía en Madrid, yo en Donosti, ambos con vidas muy estructuradas, con trabajos estables (y que nos gustan), yo en plena compra de un piso aquí y él en Madrid... Pero cuando nos veíamos estábamos tan a gusto, había tanto 'feeling' y tanta verdad, que no quisimos renunciar a eso y a los nueve meses de habernos conocido, decidimos hacer un esfuerzo por pasar más tiempo juntos. Y ahí empezó la tarea de cuadrar las agendas, los calendarios y aunque no fue fácil, mereció la pena. Y así hasta hoy.

- ¿Cómo habéis vivido la crisis del coronavirus y cómo se ha readaptado vuestro enlace?

- ¡Para nosotros ha sido un curso prematrimonial intensivo! El confinamiento lo hemos pasado en Donosti, ya que, nos trasladamos el 13 de marzo cuando vimos que la cosa se estaba poniendo muy seria. Queríamos estar juntos, daba igual dónde, pero juntos. Al principio no nos preocupaba nuestra boda porque pensábamos que iba a ser cosa de 15 días, un mes a lo sumo. Pero según pasaban las semanas, la incertidumbre se hizo mayor y empezamos a recibir presiones externas para posponer nuestra boda. Hablamos con el cura y nos dijo que él nos casaba, con más o menos gente en función del momento, pero que por él sin problema. Ahí decidimos que queríamos seguir para adelante y que adaptaríamos la celebración. El problema es que teníamos previstos 270 invitados y, sobre todo, que la mayoría venían de fuera de Donosti y algunos del extranjero. Con las limitaciones de movilidad existentes, fuimos conscientes de que el 'Plan A' se iba a tener que convertir en el 'Plan B anti-coronovarus'. Así que decidimos organizar dos bodas: una primera más íntima y «familiar» el día 20 de junio y la celebración con el resto de los invitados, en principio, a finales de agosto, aunque esto aún no está confirmado, ya que, seguimos esperando a que nos digan si se va a poder celebrar o no y el cómo.

- ¿Cómo transcurrió la boda?

- Fue un día espectacular y muy emocionante. Después de lo acontecido en los últimos meses, la gente en cierta manera estaba feliz de poder retomar la normalidad y, sobre todo, sentía unas ganas inmensas de vivir cosas bonitas y positivas. Los invitados estaban muy emocionados.

- ¿Qué sensaciones habéis vivido antes, durante y en la postboda?

- Muchas y diferentes, pero todas muy intensas y positivas. Ha merecido la pena apostar por celebrar nuestro enlace este fin de semana.

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- ¿Cómo lo han vivido los invitados?

- Con mucha emoción. Nos han reconocido que todos derramaron alguna lágrima, que pocos imaginaron que podrían vivir una boda a estas alturas y, en general, que se sentían unos «privilegiados» por habernos podido acompañar en un día tan especial.

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- ¿En algún momento pensasteis suspenderla?

- ¡No, para nada! (responden tajantes).

- ¿Vais a poder celebrar la «luna de miel» adaptada a las circunstancias?

- Teníamos previsto marcharnos a África hoy lunes 22 de junio, pero por el momento el viaje queda pospuesto a octubre. Hasta que no se acerque la fecha no sabremos si podremos cumplir otro de nuestros sueños. Nos han cambiado los vuelos, los traslados internos... todo para mediados de dicho mes. Nuestro destino queremos que sea África sí o sí, por lo que la incertidumbre será absoluta hasta «el final». Tiempo al tiempo...

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