El rizador de pestañas, ¿tu mejor o peor aliado para tu maquillaje?

Unas pestañas largas, curvadas y con volumen, son el sueño de muchas personas cuando se maquillan. Para ello, buscamos fórmulas que consigan ese efecto y mantenerlas elevadas durante infinidad de horas. Incluso nos dejamos seducir por su cupillón probando distintos diseños que transforman la mirada.

No obstante, la herramienta que nos asegura ese efecto sigue siendo indiscutiblemente: el rizador de pestañas. Perfecto para abrir la mirada, dar expresividad al rostro y potenciar cualquier look.

Pero, ¿realmente es bueno para las pestañas? A continuación despejamos todas las incógnitas, y te contamos cómo sacarle el máximo partido a esta herramienta sin poner en riesgo tus pestañas.

Es una creencia muy común que el rizador de pestañas es malo ya que las maltrata o las debilita. La realidad es que si se utiliza con moderación y de forma correcta, puede convertirse en tu mejor aliado. ¿Utilidad? No debe hacerse uso de él todos los días (únicamente para ocasiones puntuales) y tampoco debe ejercerse demasiada presión, pues las puede llegar a romper.

Con la técnica adecuada, es decir, colocándolo en la raíz y presionando sutilmente desde ésta hasta las puntas, aproximadamente durante diez segundos, tus pestañas lucirán curvas y definidas. Es imprescindible que lo utilices sobre las pestañas naturales, sin rastro de máscara, para que no se peguen ni se partan. Usarlo con máscara puede hacer que se adhieran al metal y que desemboque en un resultado horrible. Por tanto, para evitar daños y dramas recuerda este punto clave: nunca emplearlo sobre las pestañas maquilladas.

Por otro lado, la goma de esta herramienta tiene que mantenerse limpia y debe cambiarse cuando sea necesario con el fin de cuidar tus pestañas. Un rizador bien cuidado y haciendo un correcto uso de éste puede convertirse en una de las mejores inversiones de belleza.

Truco de 'make up': Si quieres darle a tu mirada más intensidad, aplícale máscara de pestañas de larga duración y con volumen. Pero, si buscas naturalidad, también puedes prescindir de él y se verán bonitas y sutiles (como si te hubieras realizado un 'lifting').