Guía definitiva de brochas para un acabado perfecto

Al igual que los pinceles para crear obras de arte, las brochas son indispensables para lograr un acabado profesional en maquillaje. No obstante, en muchas ocasiones no conocemos la utilidad de cada una de ellas y pecamos de hacer un uso erróneo, sin obtener los resultados que anhelamos.

Por tanto, aquí te traemos la guía definitiva para que descubras qué brocha se debe utilizar para maquillar zonas diferentes.

Brocha ideal para aplicar bases fluidas o compactas. Con sus cerdas cortas, densas y suaves, difuminan y pulen el maquillaje logrando una cobertura natural y total. ¿Cómo aplicar la base? Realiza movimientos circulares desde el centro del rostro hacia afuera. Así de fácil.

Este tipo de brocha es ideal para aplicar el corrector, especialmente en zonas delicadas y de difícil acceso como el contorno de ojos, alrededor de la nariz o sobre pequeñas imperfecciones. Sus cerdas compactas, acompañado de movimientos cortos, ayudan a conseguir una cobertura precisa.

Brocha biselada para aplicar bronceador y colorete con precisión y facilidad. Sus cerdas encajan con el pómulo a la perfección, consiguiendo un acabado natural, sin líneas marcadas ni acumulación de productos.

Sus cerdas firmes y suaves permiten un acabado natural en la cuenca y a lo largo de la línea de las pestañas. Consigue transiciones suaves y un efecto ahumado ideal. ¡Ahora solo falta aprender la técnica y practicar!

Se desliza suavemente sobre las zonas altas del rostro: pómulo, el arco de cupido, el puente de la nariz y el hueso de la ceja, para iluminar y realzar el contorno. ¿Resultado? Un rostro luminoso con un acabado perfecto que resalta la estructura facial y deja un acabado pulido.

Brocha doble ideal para definir, rellenar y dar forma a las cejas. Su extremo angulado con fibras firmes permite aplicar polvo o gel con precisión, mientras que el cepillo difumina y peina el producto para un acabado natural.

Temas

• Maquillaje y belleza