El uso excesivo de pantallas es el mayor problema para 2.000 familias vascas
El Gobierno Vasco incluye por primera vez el empleo inadecuado de herramientas informáticas en su encuesta a hogares, con resultados que revelan preocupación
El creciente protagonismo que las pantallas han adquirido en muchas casas -no solo las habitadas por menores- ha derivado en preocupaciones cuantificadas por primera vez ... en la Encuesta de Familias y Hogares del departamento de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico del Gobierno Vasco. Dentro del objetivo de conocer cada cuatro años los problemas y necesidades sociales que afectan a los hogares, el cuestionario dirigido a 4.000 familias ha recogido en 2023 un epígrafe inédito sobre «dificultades por el uso inadecuado o excesivo de herramientas informáticas».
Los resultados extrapolan las respuestas recibidas por parte de dicha muestra al conjunto de la ciudadanía de la comunidad autónoma y ponen números a una realidad que hasta ahora se intuía y hoy se puede medir. Más de 10.000 familias atribuyen una alta importancia al problema del uso excesivo de pantallas: 5.989 le otorgan «mucha» importancia y 4.130 van más allá para ofrecerle «muchísima» importancia.
Pero el indicador más radical del estudio arroja que un 20% de aquellos hogares altamente sensibilizados con la materia lo consideran su «problema principal». Concretamente, hay 2.077 familias que sitúan en lo más alto de su ranking de quebraderos de cabeza el asunto del uso excesivo de pantallas. Por tipología de hogar, de todas ellas el 68,5% corresponde a familias tradicionales de padres con hijos menores, pero también hay 363 familias monoparentales con la misma percepción.
Noticia relacionada
«Con los videojuegos me sentía mejor que en la vida real»
La psicóloga Maitane Ormazabal explica que «sobre todo el uso del móvil ha sido libre en todos los aspectos y ahora se están empezando a medir las consecuencias. Sí que está aflorando una problemática, pero estaba ahí y no nos estábamos enterando».
La educación y la información son, también en este problema, el origen de la solución. Ormazabal cuenta que «en la formación que impartimos -junto a Telmo Lazkano- tratamos de enseñar a los jóvenes cómo funcionan las empresas tecnológicas de manera que obtengan sabiduría y empoderamiento digital. Hasta ahora estas empresas han hecho lo que han querido con nosotros, pero ahora tenemos información. Uno de los conceptos en los que incidimos es que nosotros no usamos las redes sociales sino que las redes nos utilizan a nosotros como producto. Cuando tú no pagas un importe económico, te conviertes en un producto. Cuando la gente se da cuenta de eso, empieza a reflexionar».
El foco, en los adultos
La encuesta del Gobierno Vasco también desciende hasta la capa de los individuos particulares, más allá de la unidad familiar o el hogar. Así, desvela, por ejemplo, que 36.540 personas tienen «problemas graves» con el uso inadecuado de herramientas informáticas. La mayoría (31.448) corresponden a familias con hijos dependientes, aunque Ormazabal incide en que «debemos poner el foco en los adultos porque nosotros somos los que les damos los aparatos y nosotros tenemos que poner los límites, aprender lo que hay detrás de las pantallas y pedir que se regule y legisle la actividad de ciertas empresas».
¿Qué problemas puede generar el mal uso de pantallas? Ormazabal distingue dos planos. «Uno, el del contenido que se consume. Y dos, al que le doy incluso más importancia, el que se refiere a lo que dejamos de hacer mientras estamos con los dispositivos».
En cuanto al primer apartado, advierte de que «la mayor víctima es nuestra autoestima, porque nos llevan a la comparación a través de imágenes, vídeos y contenidos polarizados. Nos llevan a la sensación de que nos falta algo y a comenzar a vivir nuestra vida para enseñarla a los demás. Las tecnologías que están al servicio del ser humano, que crezcan lo máximo posible, pero hay otra tecnología que nos quiere a su servicio y es esa es la que queremos cambiar».
Respecto al segundo plano, la psicóloga sostiene que «tenemos una hiperconectividad enormemente grande que nos lleva a un cansancio psicológico brutal. Estar conectado equivale a la capa superficial de una vinculación. Ante vinculaciones muy poco profundas sentimos un vacío emocional enorme, además de todo lo que perdemos de deporte, socializar, salir... La tecnología no sustituye la humanidad».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.