Una orca roza el velero en el que navegaban dos franceses el pasado lunes en la costa de Deba. C. Daguere

«Tres orcas comenzaron a golpearnos el barco, lo paramos y se marcharon»

Gorka Ocio, observador científico de Verballenas, narra una interacción con este cetáceo y explica cómo se debe actuar ante estas situaciones

Domingo, 27 de julio 2025, 00:04

«Habíamos salido en una de nuestras expediciones frente a Bermeo para avistar ballenas y nos encontramos con tres orcas. Una de ellas era una ' ... Gladis', de las que golpean los barcos». Así inicia su narración Gorka Ocio, observador científico del grupo Verballenas. «Íbamos varias personas en la embarcación, nos vieron y se lanzaron a por nosotros como un tiro. Se pusieron debajo del barco para investigar los timones».

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Ante este momento de tensión, cualquiera entraría en pánico, pero hay un protocolo que seguir. Y el tiempo es oro. «Antes de que se descontrolara, decidimos parar el barco. Las orcas perdieron el interés enseguida y se marcharon. Las vimos llegar pero no llegamos a darnos cuenta de cuándo se fueron. Simplemente desaparecieron», recuerda Ocio.

Esta reacción no fue improvisada, sino que responde a un «protocolo ante cetáceos grandes», que establece una serie de recomendaciones a seguir en situaciones en las que se tiene que lidiar con estos animales. «Es lo que hay que hacer. Detener el barco para que las orcas pierdan interés y se vayan. No nos pasó nada», agradece a día de hoy.

Según indica Ocio, «uno de cada cien barcos tiene una interacción con orcas, y solo un 20% de esas interacciones se saldan con un timón roto». La probabilidad es «mínima, excepcional», pero desde Verballenas, igual que desde el Grupo de Trabajo Orca Atlántica (GTOA), advierten de que es importante seguir sus recomendaciones para evitar males mayores.

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En la misma línea, el biólogo del GTOA Alfredo López apunta que «detener la embarcación reduce la motivación de la orca antes de llegar a su objetivo, que es precisamente parar el barco. En un 60% de las ocasiones, disminuir la velocidad hace menor la intensidad de las interacciones y los golpes».

Una de las orcas avistada en Bizkaia. Debajo, el grupo de orcas el jueves en Llanes (Asturias). G. C.

Aunque parezca contradictorio, el Ministerio para la Transición Ecológica recomienda lo contrario en estos casos. «El Ministerio recomienda escapar, huir hacia tierra. Al puerto. No lo entendemos porque nos parece que cualquier accidente en velocidad es mucho más grave», advierten desde el GTOA. «Además, la intensidad de los golpes de la orca es proporcional. Si ven que se hace fuerza en la rueda del timón porque se está dirigiendo el barco, golpearán más fuerte. Esto puede romper el brazo de la persona que dirige la embarcación».

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Medidas complementarias

Desde Verballenas concretan que ambas medidas, tanto la de huir como la de detener el barco, «pueden ser complementarias». El Ministerio recomienda «huir a aguas poco profundas», pero Ocio propone otra opción. «Si sabes que hay orcas a 8 millas, será mejor navegar cerca de la costa. Es lógico. Si tienes un aviso, mejor evitar problemas y navegar en aguas más cercanas a costa». En cambio, ambos grupos especializados recomiendan «detener el barco y llamar a Salvamento Marítimo».

Aparte de la interacción narrada por Ocio, acontecida hace un año, se han registrado hasta 18 en los últimos dos meses entre el estrecho de Gibraltar y el Golfo de Bizkaia. La mayoría se concentran en el Estrecho y en la costa sur de Portugal, pero los últimos casos se han identificado en el Golfo de Bizkaia. La empresa Verballenas recibe multitud de vídeos de avistamientos de cetáceos, entre ellos orcas, pero antes de confirmarlos tienen que pasar por un «proceso de verificación», señala Ocio. «Hoy en día abundan los bulos, también en este ámbito. En algunos casos hay que tener cuidado con la picaresca. Hemos tenido casos de personas que quieren cobrar los seguros e intentan colar una interacción con orcas», dice con indignación.

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La llegada de una gran cantidad de bonito ha propiciado el escenario idóneo para estos cetáceos, que llegan a nuestras aguas en busca de alimento. Allá donde haya comida, las orcas llegarán. Lo saben muy bien unos pescadores de Bermeo que hace 15 días observaron en primera persona la depurada técnica de caza de las orcas. «Nos llegó un vídeo que verificamos, grabado en Bermeo, en el que se veía a una decena de orcas quitándole el bonito a un pesquero».

Tan solo 24 horas después de la interacción registrada en Deba, «los mismos ejemplares de orca 'Gladis'», intuye Ocio, golpearon otra embarcación a la altura de Gorliz, en Bizkaia, y rompieron el timón. «Se encontraron con unas tres orcas, que casi al 100% son las mismas que las de la interacción en Deba, y tuvieron que volver a puerto con el timón roto. No pudieron ni dar el aviso».

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Pese a la sucesión de incidentes con estos animales estos últimos días, Ocio ve necesario hacer un llamamiento a la tranquilidad. En primer lugar, recuerda que las últimas interacciones registradas en aguas vascas son, precisamente, «interacciones, no ataques». Y es que López insiste en que «si una orca arremete con intenciones ofensivas contra un barco, lo hundiría rápidamente. Estamos hablando de depredadores que cazan ballenas, tiburones y otros animales de grandes dimensiones de una manera espeluznante». Por ello, que no cunda el pánico. «Ya se han ido de aquí. Están siguiendo los bancos de atún y se están marchando hacia Galicia. He visto a gente proponiendo llevar arpones o incluso dinamita. Debemos recordar que es una especie en peligro de extinción y que no atacan a humanos. Existen alternativas para evitar problemas».

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