El trato en las residencias de ancianos «se ha deshumanizado», denuncian las enfermeras
Pese a que frenar el impacto del virus una vez ha entrado en las residencias es muy complicado, en esta segunda ola «la situación ha cambiado completamente y está bastante controlada». Conseguido evitar el contagio desde el exterior, «la discusión se centra ahora en si uno muere por Covid o por tristeza», advierte la presidenta del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa. Con esta estrategia de contención, en la que las visitas están permitidas solo dos días por semana y los paseos han pasado de durar una hora y media a solo una, «estamos mirando más a la organización e instituciones –en Gipuzkoa corresponde a la Diputación el control de las residencias– que a las personas».
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Llegados a este punto, Lekuona hace un llamamiento para «humanizar» la atención de los usuarios de residencias. «No queremos que se contagien, pero se están muriendo de pena, por otras patologías, y solos» debido a las medidas de aislamientos puestas en marcha por la crisis sanitaria. Con lo cual, Lekuona pide «analizar» la situación física, psíquica y emocional de los mayores. Qué se valora más, «de qué están muriendo o cómo están muriendo», se pregunta. «Se ha dado una deshumanización completa en el trato».
En su opinión, tiene que primar la parte ética «antes que cualquier otra cosa», es decir, «el cuidado digno y un final de vida adecuado».
«Al haberse demostrado que el virus entra desde fuera», desde el Colegio Oficial de Enfermería apuestan por realizar PCR masivas a los trabajadores y a los familiares y permitir que las visitas «entren en el centro y estén el tiempo que necesiten», incluso «que se toquen».
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