Anuncian un nuevo temporal con nieve a 400 metros en Gipuzkoa

Si alguien creía que tras el temporal venía la calma, que sepa que esta vez la calma apenas va a durar un día. Un nuevo frente hará su entrada a partir de mañana. Su llegada está anunciada para la tarde-noche. El viento, que hasta ese momento será del sur, rolará al noroeste. Los termómetros empezarán a caer, el mar ganará altura y los vientos soplarán de nuevo con intensidad. «Se superarán los cien kilómetros por hora», vaticina Margarita Martín, delegada de Aemet en el País Vasco.

El descenso del mercurio unido al retorno de las precipitaciones hará que el riesgo de nevadas se generalice. Desde la agencia estatal precisan que la cota se situará el sábado entre los 200 y 400 metros. Si estos pronósticos se cumplen, precipitará de forma sólida sobre buena parte de Gipuzkoa. «Incluso podría nevar en Igeldo que se encuentra a 260 metros de altitud», afirma la meteoróloga.

Este segundo temporal se mantendrá toda la jornada del sábado, si bien para el domingo se prevé una mejoría. «Sobre todo, bajará la intensidad del viento y subirán algo las temperaturas, aunque las precipitaciones continuarán en la franja costera», afirma Martín.

Mientras la nueva depresión se aproxima, la ciclogénesis 'Gabriel' ha mantenido a los servicios de emergencia de Gipuzkoa en alerta. Los bomberos forales realizaron veintitrés asistencias en su área de cobertura. La mayoría de ellas fueron por incidencias generadas por el agua, sobre todo en las comarcas de Bidasoa-Oarsoaldea; seis por accidentes de tráfico y otras tres intervenciones fueron por incendios.

En Donostia, el fuerte viento registrado en las últimas horas generó también diversas alertas y los bomberos de la capital se vieron obligados a realizar siete salidas, a las que hay que sumar otra quincena desde el pasado martes. Dos de ellas se debieron a caídas de árboles, ambas en Igeldo. También acudieron al barrio de Altza, así como al Hotel de Londres, donde el viento fracturó una de las cristaleras del restaurante Mari Galant.

A estos percances hay que sumar la caída de piedras y tejas de la iglesia de la plaza de Cataluña, de tablas de un andamio en la calle Aldamar y la rotura de dos farolas en la calle Puerto. Efectivos de este cuerpo también intervinieron en la sujeción de parte de la cubierta metálica de un tejado del colegio Orixe, en Urgull, que había empezado a desprenderse con el viento y que los bomberos fijaron provisionalmente.

No obstante, la pequeña tregua que ayer dio el tiempo permitió recuperar la normalidad. Protección Civil de Donostia informó de que entre ayer y hoy se procedería a la apertura total de los parques de la ciudad que han permanecido cerrados ante el riesgo de caída de ramas y árboles. Asimismo, el Paseo Nuevo de la capital quedó abierto a las 15.00 horas, de manera que a partir de esa hora se restableció también la circulación de vehículos por la zona.

Asimismo, el mar perdió fuerza, después de que el martes se midiese una ola de una altura máxima de 13 metros en la Boya Donostia de Euskalmet. En las carreteras, la nieve hizo ayer acto de presencia en la A-15, en Pagozelai, lo que obligó a trabajar a las máquinas quitanieves.

Las lluvias de los últimos días han dejado importantes acumulaciones. En lo que va de mes, en Hondarribia se llevan recogidos casi 200 litros -194 hasta la 7.00 horas de ayer-, mientras que en el centro meteorológico del monte Igeldo han caído 189. Ambos registros superan ampliamente las medias en dichos observatorios, que en Igeldo es de 150 litros, mientras que en Hondarribia alcanza los 171.

No obstante, aun siendo relevantes, estas mediciones no constituyen marcas históricas. No es fácil superar los 413 litros que se midieron en enero de 2014 en el centro meteorológico del aeropuerto guipuzcoano o los 404 que cayeron en 1978 en el mismo pluviómetro. En Igeldo, el récord de lluvia es de 391 litros. El registro data de 1979.

Este enero también ha llovido de forma copiosa en la presa del Añarbe. Se llevan registrados hasta el momento 345 litros, un 52% más que la media mensual que es 227. «Las precipitaciones sitúan al presente mes entre los ocho eneros más lluviosos del último medio siglo», señalan desde la mancomunidad que gestiona este recurso. El enero más lluvioso fue el de 2013. Entonces se midieron 557 litros por metro cuadrado.

Las lluvias de este mes han paliado las bajas precipitaciones registradas en los primeros meses del año hidrológico que comenzó en octubre. «De este modo, las precipitaciones recogidas desde el pasado 1 de octubre -801 litros- se acercan ya a la media del primer tercio del año hidrológico, que es de 850», señalan las citadas fuentes.

La presa ha evitado durante los últimos días que el caudal procedente de la cuenca del Añarbe llegara al Urumea en los momentos en los que éste venía más crecido, de forma que ha retenido importantes volúmenes de agua. Posteriormente, desde el pasado día 24 se vienen realizando diferentes maniobras de desembalse, cuyo volumen total asciende ya a más de 6 millones de metros. Dichas maniobras continuarán en los próximos días para disponer de un resguardo suficiente de cara a próximas precipitaciones que se puedan registrar tras la llegada de la nueva depresión que se anuncia.