Salud detecta alta contaminación en el aire por el vertedero y alerta a 48.000 vecinos
Eibar, Ermua y Zaldibar están en alerta por un nivel de dioxinas «50 veces» superior al habitual por la combustión de plásticos en el incendio
terry basterra
Sábado, 15 de febrero 2020, 07:26
El Gobierno Vasco pide a los vecinos de Ermua, Eibar y Zaldibar que no ventilen sus casas «durante el mayor tiempo posible» y ... no practiquen deporte al aire libre, tras detectar unos niveles de dioxinas y furanos en el aire hasta «50 veces superior» a lo habitual en un entorno urbano. Se trata de dos sustancias químicas tóxicas producidas por el incendio que, desde hace ocho días, arde sin control en la parte superior del vertedero que colapsó el 6 de febrero y mantiene sepultados a dos trabajadores. Las llamas se originaron por el contacto de las condensaciones de metano generadas por los residuos con el oxígeno tras el derrumbe y han encontrado en las toneladas de desperdicios alimento para seguir pujantes. Las recomendaciones del Ejecutivo se dirigen a unos municipios en los que viven casi 50.000 habitantes y afectan también al derbi programado para el domingo entre el Eibar y la Real Sociedad en Ipurua.
El encargado de realizar el anuncio fue el viceconsejero de Salud, Iñaki Berraondo. Le acompañaban el director de Salud Pública, Juanjo Aurrekoetxea, y el doctor Jesús Ibarlucea. Visiblemente nerviosos los tres insistieron en que se trata de medidas «preventiva» ante el riesgo para la salud que supone una exposición prolongada a los componentes que arrastra el humo del incendio. «No sabemos cuánto tiempo va a durar esta situación. Depende de lo que se tarde en extinguir el fuego y de lo que ayude la meteorología a dispersar» las partículas,
Ninguno de ellos se atrevió a manifestar qué se entiende por «exposición prolongada». Los datos de calidad del aire que se hicieron públicos ayer se tomaron el 9 de febrero, el día en el que, según Berraondo, las llamas tuvieron «la intensidad más alta». La analítica tomada aquel día en el barrio de San Lorenzo de Ermua, una de las zonas habitadas próximas al vertedero, mostraron «una concentración de 700 fentogramos por metro cúbico», cuando «lo normal es que oscile entre 10 y 30».
El Gobierno Vasco ha tardado cinco días en recibir las analíticas. Las realiza el Centro Superior de Investigaciones Científicas por las «complejas técnicas que requieren». Cinco días en los que el fuego ha seguido ardiendo en lo alto del vertedero. Ante esta situación el Ejecutivo ha decidido adoptar estas dos medidas para «proteger la salud» de la ciudadanía y solicita la colaboración de la población para que se cumplan. Por el momento son las únicas. A estas hay que añadir que a los vecinos que viven en los caseríos más próximos al vertedero las autoridades les han pedido que utilicen mascarillas.
Berraondo y sus compañeros quisieron trasladar un mensaje de prudencia y tranquilidad en la rueda de prensa de ayer. Reiteró el número 2 del departamento que las acciones que se piden a los vecinos «de las zonas más cercanas al incendio» tienen una finalidad preventiva. «La OMS no establece un nivel mínimo a partir del que esta sustancia es tóxica y una exposición a corto plazo no debería provocar efectos sobre la salud, salvo que fuese a concentraciones muy elevadas, una situación en la que no nos encontramos. Se actúa más como medida protectora que por evitar un efecto sobre la salud inmediato», explicó el doctor Jesús Ibarlucea. A la larga el viceconsejero sí indicó que las dioxinas y furanos pueden producir cáncer.
El director de Salud Pública, Juanjo Aurrekoetxea, no pudo ocultar su nerviosismo ante la situación. Y lo evidenció al indicar que un compuesto con dioxinas similares a las que desprende el incendio fue utilizado por el Gobierno ruso para tratar de acabar con la vida del expresidente ucraniano Victor Yushchenko «aunque en unas cantidades mucho más elevadas». «No consiguieron asesinarle, pero sí le desfiguraron la cara. La dosis que le dieron fue brutal», añadió. No fue un ejemplo acertado y el propio Aurrekoetxea se dio cuenta. También el viceconsejero, que le clavó la mirada. Con voz temblorosa Aurrekoetxea cerró que «no hablamos de esos caso». No habló más en toda la rueda de prensa.
Las dioxinas y furanos no son el único compuesto que analizan los técnicos del Gobierno vasco estos días para determinar la calidad del aire en el entorno del vertedero de Zaldibar. El resto de parámetros que se miden han arrojado hasta el momento valores dentro de los niveles aceptables para el ser humano y sus resultados se están conociendo con más agilidad.
Se examinan cuatro grandes bloques. Por un lado los compuestos orgánicos volátiles, unos microcontaminantes en forma de gases que hasta el momento no han alcanzado unos valores preocupantes. Lo mismo ocurre con los hidrocarburos aromáticos policíclicos, un grupo de diferentes sustancias químicas originadas por la combustión. Se trata de compuestos derivados de las partículas generados en el incendio. «Es lo que están oliendo los vecinos. Algunos días han dado valores elevados, pero siguen por debajo de los estándares establecidos y han ido disminuyendo. No son preocupantes para la salud», reiteró Berraondo.
Sin rastro de fibras de amianto
El tercer compuesto que se mide estos días en el aire es el amianto. Fue el que más preocupó inicialmente y que obligó a detener los trabajos de rescate y desescombro de la AP-8 el mismo jueves 6 de febrero, día del colapso del vertedero. Los bomberos, ertzainas y operarios de diferentes empresas no estaban equipados con el vestuario necesario para trabajar en presencia de este contaminante en el ambiente. Ayer el segundo al mando en el Departamento de Salud aseguró que en las mediciones realizadas en las zonas pobladas «no se han detectado fibras de amianto en el aire».
No hay mascarillasen las farmacias de Euskadi
En un momento en el que la calidad del aire ha quedado en entredicho, las farmacias vascas se han quedado sin mascarillas por la fobia al coronavirus. Vendieron todas sus existencias y no logran reponerlas. Las distribuidoras médicas no encuentran productoras que se las sirvan para llevar estos protectores a las boticas. Euskadi no es un caso aislado. España y otros países europeos sufren la misma situación. El grueso de la producción se está enviando a China, donde más se necesita.
La cuarta medición es la que recoge los nivebles de dioximas y furanos emitidos. Los están originando «la quema de plásticos y compuestos que contienen cloro» y permanecían depostitados en el vertedero. Precisamente la presencia de plásticos era una de las irregularidades «menores» que habían detectado los técnicos del Gobierno Vasco en la última inspección que realizaron a la instalación. Verter Recycling 2002 SL no tenía autorización para alojar este tipo de sustancias. Este hecho motivo la apertura de un expediente al que Lakua ha dado carácter sancionador en los últimos días. Es evidente que el de la retirada de los plásticos es uno de los requisitos que la compañía no cumplió tras la advertencia del Gobierno vasco.
Berraondo anunció ayer la incorporación de dos nuevas unidades de medicion para tener datos detallados de los niveles de partículas tóxicas en el aire. Y comunicó que darán información puntual sobre las analíticas. Si los niveles tóxicos descienden se pondrá fin a las recomendaciones. Si se mantienen o van a más, el Ejecutivo no descarta adoptar en próximos días nuevas acciones.
Tragedia en Zaldibar
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