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La TMB recupera el 8% de los materiales reciclables que llegan mezclados en la basura
Los camiones han descargado ya 600 toneladas de fracción resto en la planta inaugurada hace tres semanas
El olor a basura nada más pisar la planta de Tratamiento Mecánico Biológico, la TMB, ya es notable. La maquinaria de esta parte del ... Complejo Medioambiental de Gipuzkoa (CMG) lleva tres semanas en marcha, y aunque aún está en pruebas y a un 50% de su capacidad, ha tratado en este tiempo 600.000 kilos de basura y ha logrado separar para su reciclaje entre un 8 y un 10% de esos residuos que los guipuzcoanos echan mezclados en una bolsa al contenedor gris. Porque esa es la primera función de esta infraestructura que en octubre trabajará al 100%, con la incineradora incluida, y permitirá que Gipuzkoa sea «autónoma» en el tratamiento de sus residuos. Cribar, al máximo, los residuos de papel, plástico o metal que no constituyen fracción resto, y que por lo tanto, son materia prima para reconvertirlos nuevamente en otros productos como el hilo de poliéster.
En ese proceso, con el que Gipuzkoa quiere llegar a final de año a un 60% de tasa de reciclaje, incidió este viernes el diputado foral de medio Ambiente, José Ignacio Asensio, que aprovechó la celebración del Día Mundial del Reciclaje para volver a visitar la planta ya estrenada y comprobar cómo ha arrancado. «Va muy bien», aseguraron los responsables, más allá de que aún «hay algún ajuste que hacer» en los mecanismos «ópticos, balísticos o de separación por inducción» para afinar más la selección de materiales reciclables y dividirlos de forma precisa en nueve grupos: papel y cartón, briks, metal férrico, metal no férrico (aluminio), plásticos Pet, plásticos de alta densidad, plástico film, plástico mezclado y polipropileno). Desde el 25 de abril, cuando llegó el primer camión, se han separado 50 toneladas de todos esos productos, casi un 9% de todo el volumen de fracción resto que ha llegado hasta ahora. «Cuatro o cinco camiones tráiler diarios con unas 20 toneladas», cifran los responsables de la planta.
Tras la descarga de los camiones, el proceso de tratamiento comienza con un primer cribado manual. La basura llega mediante una cinta transportadora a un habitáculo donde varios trabajadores retiran los elementos -hierros, telas...- más grandes que pueden atascar el resto de la maquinaria. A partir de ahí, la basura va pasando por los filtros de selección que van apartando los materiales reciclables. Cada uno de ellos, cae en una tolva específica para ser transportados hasta prensas que permiten compactar dichos residuos plásticos, metálicos o de papel para derivarlos a otras plantas de tratamiento específicas, algunas fuera de Gipuzkoa.
Varios 'paquetes' de briks, de latas y aluminio, o de plásticos de diferente composición -en alguno de los bloques podían adivinarse desde zapatillas a regletas de enchufes entre kilos de plásticos de todo tipo-, se almacenaban ya este viernes en la TMB antes de ser retirados. Un volumen considerable de material recuperado que coadyuvará a incrementar la tasa de reciclaje del territorio. «Gipuzkoa es punta de lanza a nivel estatal en reciclaje, nuestra tasa se situó en 2018 en el 52,4%», indicó Asensio, convencido de que la puesta en marcha de esta infraestructura junto a las políticas de información y concienciación entre la ciudadanía permitirán elevar a final de año dicho porcentaje hasta el 60%, «al mismo nivel que los países más avanzados de Europa».
El volumen recuperado en este proceso de selección se incrementará a partir de julio, cuando está previsto que finalicen los dos meses de prueba, y esta planta funcione a pleno rendimiento. Entonces, en lugar de 4 o 5 camiones al día, llegarán hasta el alto de Zubieta unos 20 tráilers además de «los camiones de basura pequeños de todo Donostialdea y Bidasoa que descargarán aquí directamente», explica un responsable de la planta. La TMB dará así respuesta a las 135.000 toneladas de fracción resto que se generan al año en Gipuzkoa.
Pero la TMB es solo la primera parte de la infraestructura. Tras la separación de los residuos reciclables, queda la fracción resto, que hasta ahora se ha llevado a vertedero o en los últimos años ha «viajado» a Cantabria o a la incineradora de Bizkaia. En este momento, aunque Asensio confía que por poco tiempo, se deposita en el vertedero de Mutiloa. Y a partir de octubre, cuando está previsto que finalice la construcción de todo el Complejo Medioambiental de Gipuzkoa, con la incineradora incluida, se aplicará todo el proceso de tratamiento de residuos en la planta y se cerrará la etapa de los vertederos.
Después del paso de los residuos por la TMB, y una vez que solo queda la fracción resto, la que no se puede reciclar, llega el momento del biosecado, en una planta contigua. Se trata de extraer al máximo el agua que contiene la basura, para reducir el volumen y el peso hasta en un 25% y mejorar «la eficiencia» en el siguiente paso, el de la valorización o incineración de esos residuos. Ese proceso comenzará a final de año, según la previsión de la Diputación foral, y completará la transformación del tratamiento de residuos en Gipuzkoa, ya completamente «autónoma» en esta materia. Tras esa valorización, el proceso se completa con el tratamiento de las escorias y su reutilización, por ejemplo, en fines constructivos.
Todo este proceso mecánico permitirá además generar compost, reducir las emisiones de CO2 al reducir el tráfico de camiones a vertederos -«el 40% de la contaminación se genera por el tráfico», incidió Asensio- y generar energía eléctrica como para atender el suministro de 45.000 hogares y rebajar el actual grado de dependencia energética.
El diputado foral destacó también el impacto socioeconómico que esta infraestructura tendrá en el territorio, tanto por el volumen de puestos de trabajo como por los retornos económicos. En concreto, indicó que la fase de construcción ha generado 360 empleos y su explotación promoverá 235 empleos estables, 100 directos y 135 indirectos. Y, en lo económico, calculó que redundarán en el territorio unos 912 millones, a través de retornos fiscales, salarios y el propio servicio del CMG.
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