Sin rastro del pescador de Arrasate desaparecido en el puerto de Ondarroa

Los equipos de búsqueda desplegados para localizar al pescador de Arrasate desaparecido el domingo de madrugada, tras al caer al mar desde uno de los espigones del puerto de Ondarroa, han dado por finalizadas las labores de búsqueda a última hora de la tarde de este martes. El personal que toma parte en el rastreo se hará de nuevo a la mar este miércoles a primera hora de la mañana.

Los equipos de búsqueda de Ramón Morales, vecino de Arrasate de 44 años, han ampliado su radio de acción y han extendido las labores a las vecinas localidades de Mutriku y Lekeitio. Pese al amplio dispositivo, los trabajos no han dado resultado alguno.

Ramón Morales desapareció sobre las dos y media de la madrugada del domingocuando pescaba en uno de los diques de abrigo del puerto pesquero vizcaíno.

La alerta la dio un compañero suyo que se ausentó momentáneamente de la zona y que a su regreso observó que ya no estaba. En el lugar solo quedaba la caña. La Policía vasca activó en aquel momento un operativo de búsqueda que seguirá activo este miércoles. Fuentes consultadas se inclinan por pensar que Román Morales pudo sufrir una caída accidental.

El pescador es vecino del barrio arrasatearra de San Josepe, donde vive junto con otros cuatro hermanos solteros como él desde que su madre, ya viuda, falleciera un par de meses atrás. Román Morales es muy aficionado a la pesca, actividad que practica desde «hace años», según sus familiares. Frecuentaba la costa de Ondarroa a donde acudía a pescar en compañía de un amigo «muchos viernes y sábados, y sabía lo que hacía, no era un novato».

Actualmente desempleado, el desparecido pertenece a una extensa familia oriunda de Montilla y establecida en Arrasate. De esta localidad cordobesa eran naturales los padres de Morales así como varios hermanos más del progenitor del pescador desaparecido. Se trata de una familia muy unida y que mantiene vínculos muy estrechos.