«Rastreamos casi 200 matrículas al mes y en un 10% encontramos algo»

Su trabajo se desarrolla en la carretera, donde a diario hacen controles tanto estáticos como en movimiento. Para ello utilizan coches camuflados y visten de paisano, aunque los delincuentes saben por dónde se mueven. «Intentamos no ponernos en los peajes porque ya nos conocen y tenemos que ir cambiando».

En los tres meses que lleva Valerio Fernández al frente de la sección han rastreado más de 500 matrículas, «y en un 10% encontramos algo». Tienen acceso a bases de datos europeas, desde donde comprueban las placas. En muchos casos, los delincuentes utilizan matrículas provisionales, no solo para mover coches robados, sino también para exportar vehículos sin pagar impuestos o transportar mercancías sin abonar los portes correspondientes. «Una vez interceptamos una furgoneta que salió de París repleta de carne de kebab y llevaba una matrícula provisional y rotulación del restaurante turco. El conductor no tenía ni idea de que no podía transportar comida con esa matrícula», explica.

La irrupción de los coches eléctricos también supone un reto para la policía, ya que sus sistemas son muy complejos, aunque aseguran «que los malos ya saben manipularlos para cambiarles los números de bastidor. Es increíble lo hábiles que son, hacen virguerías».