Los quesos de Berroeta se empezaron a retirar tres semanas antes de lanzar la alerta

La cadena de seguridad ha funcionado en el orden conveniente cuando se detecta la presencia de una bacteria, porque también puede ocurrir que el caso se destape cuando un paciente acude a un hospital con síntomas de haber tomado un alimento contaminado y hay que rebobinar hasta dar con el punto de origen, lo que aquí no ha ocurrido, subrayaba ayer una fuente conocedora del caso. El Departamento de Salud no ofreció ninguna información añadida al mensaje que lanzó en la nota de prensa. No quiso detallar en qué fecha se realizó el control, tampoco cuántas unidades de queso se han inmovilizado, ni qué medidas se están tomando para corregir el problema. De momento, la producción de queso en ese caserío está paralizada. También elaboran pan, que sirven jueves y viernes en diferentes establecimientos de Legazpi o Zumarraga, donde ayer desconocían si ese servicio se iba a mantener.

En el pueblo y los comercios que conocen a los productores, la sensación ayer era de cierta preocupación pero también se ponían en la piel de los elaboradores, conscientes del perjuicio para su negocio. «Están destrozados», decía una persona que conoce a la familia.

Al no haberse sometido a un proceso de pasteurización, este producto es más proclive a poder contener bacterias, de ahí los estrechos controles que realiza no solo el Departamento de Salud, sino también la Denominación de Origen Idiazabal y la asociación Artzai Gazta.

La Denominación de Origen Idiazabal no ha querido aportar información al respecto y se ha limitado a informar de que «actualmente la quesería no está en Idiazabal». En la página web de la denominación ya no aparece en el listado de productores bajo esa etiqueta. Una fuente conocedora del caso asegura que la quesería Berroeta ha sido suspendida temporalmente hasta que se pueda determinar el origen de la contaminación por listeria monocytogenes.

Al ser un producto sin pasteurizar, el «riesgo cero» de que no haya bacterias no existe, explicaban ayer desde Elika, la fundación vasca para la seguridad alimentaria, que envió un mensaje de tranquilidad a los consumidores, puesto que se han retirado todos los quesos elaborados este año en ese caserío y se encuentran ya inmovilizados para su análisis. «Lo importante es que ese control existe, y que cuando ocurren casos, se toman las medidas oportunas», reflejaban desde la entidad, impulsada desde el Gobierno Vasco para mejorar la seguridad alimentaria.

En su web, por ejemplo, se publican todas las alertas sanitarias que se lanzan. No es excepcional que se dé aviso de alguna partida de productos contaminados por listeria. De las últimas alertas publicadas en su web, aparecen tres relacionadas con esta bacteria, localizada en diferentes productos ya retirados (queso de leche cruda procedente de Francia, productos cárnicos procedentes de Alemania y tortitas para canapés de la marca 'Mini Blini' de Aldi).

En Ezkio, Legazpi o Zumarraga, con varios puntos de venta de los productos de Berroeta, los consumidores han seguido las recomendaciones del Departamento de Salud, pero algunos se han encontrado con el problema de no poder devolver el producto comprado al punto de venta, porque lo habían adquirido en día de feria. Es el caso de una pareja de Legazpi que compró un queso de esta marca en la feria de buzkantzas de Zumarraga, que se celebra el primer domingo de noviembre. «Para cuando han lanzado la alerta, ya nos habíamos comido la mitad del queso. La otra mitad la tenemos en casa, retirada. Hemos llamado al caserío pero nadie coge. Nadie nos ha informado de nada más», decían con cierta preocupación, «pero sin histeria», estos vecinos. La mención del escándalo del pasado verano con el caso Magrudis en Andalucía resulta inevitable. «No tiene nada que ver. Aquí los controles funcionan. No es comparable, que la gente esté tranquila», insistían desde Elika.