«Nos prohibían el móvil en las fiestas»
Macrobrote ·
Guipuzcoanos que viajaron a Mallorca relatan que la empresa les vetó el teléfono en ciertos eventos. «Era como si no existiera el Covid. Con el alcohol, se te olvidaba que estábamos en pandemia»Nos prohibían el móvil en las fiestas. La empresa no nos dejaba grabar ni sacar fotos». Lo cuenta una chica guipuzcoana que ha participado ... en el viaje a Mallorca con la empresa 'Tu fin de curso', la misma compañía que contrataron unos 300 alumnos en toda Gipuzkoa, además de cientos de estudiantes más de toda España para celebrar el fin de curso en las islas. «Era como si no existiera el Covid. Con el alcohol de por medio, la música y los amigos se te olvidaba que estabas en medio de una pandemia», confiesa esta joven, hoy aislada en casa, tras dar positivo, en variante Delta. Fiestas en los hoteles y botellones en las calles del Arenal, donde la mascarilla solo se dejaba ver enganchada en el brazo como pulsera o por debajo de la barbilla, imitando a un collar. Es el paisaje de jolgorio que describen algunos alumnos que han estado en la isla con la citada empresa y que piden guardar el anonimato. Sus padres muestran su malestar y señalan a la empresa organizadora de estos viajes como la principal responsable del macrobrote, que ya ha dejado centenares de casos en ocho comunidades, 126 en Euskadi a falta de los datos definitivos del cribado que hoy termina entre los adolescentes que han viajado a Palma desde el pasado 12 de junio.
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Pese a que todos los jóvenes tuvieron que acreditar una prueba negativa en covid para entrar en Baleares, como exige el Gobierno de las islas, las juergas en Mallorca y «los contactos con jóvenes de otras comunidades» han desatado un escenario epidemiológico que ha vuelto a encender las alarmas y obligado a recuperar los cribados masivos como el de este fin de semana. Solo en la mañana de ayer medio centenar de personas acudieron a realizarse el test en el ambulatorio de Amara Berri en Donostia. De ellos, la mitad pertenecían a personas de entre 16 y 19 años recién llegadas de Mallorca.
Circulan por redes sociales vídeos de algunas de las fiestas, pero la mayor parte del desenfreno no se grabó. «Se fue de madre. Hubo una fiesta en un hotel en la que la agencia 'Tu fin de curso' no nos dejó llevar el móvil para que no grabáramos nada», aseguran varios estudiantes donostiarras. No fue en el alojamiento en el que se hospedaban, sino que la fiesta se desplazó a otro hotel al que acudieron solo para la celebración.
Recolocar en otro hotel
Los hoteles se han convertido en las nuevas discotecas esta edición del viaje de fin de curso, que muchos estudiantes de segundo de Bachillerato de Gipuzkoa reservaron ya entre septiembre y octubre de 2020, cuando la situación epidemiológica aún era alarmante, concretamente a comienzos de la segunda ola. Según explican algunos alumnos a este periódico, «un grupo hizo una fiesta en una habitación. Los responsables del hotel les expulsaron, ante la prohibición de realizar este tipo de actividades en sus instalaciones. La agencia les recolocó en otro hotel».
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Estos son solo algunos de los ejemplos de cómo transcurrió el viaje de fin de curso de centenares de guipuzcoanos en plena pandemia. «Has pagado 700 euros por una semana. No te vas a quedar en la habitación encerrada mientras el resto está de fiesta. Sabes que puede haber un brote, pero luego se te olvida. Eso solo lo piensas antes de ir y a la vuelta, cuando estás cansado y no sabes si tienes coronavirus o solo son las consecuencias del viaje». Mientras se aclara lo sucedido, los servicios de emergencias y las autoridades policiales de las Baleares continúan con las inspecciones en las zonas que pudieron favorecer el macrobrote. Ahora, además, el Govern investiga las posibles negligencias en algunos hoteles.
«Viajamos por nuestra cuenta para evitar aglomeraciones»
No todos los jóvenes que han disfrutado de unos días de fin de curso en Mallorca han viajado en grupos grandes ni con agencia. Es el caso de las donostairras Anne Mendizabal, Laura Labarería y Oihane Idiazabalbeitia, que volaron a la isla balear junto a su grupo de amigas, alquilaron una villa y disfrutaron de unos días de sol y playa ajenas a las «multitudinarias» fiestas a las que asistieron algunos conocidos. «Viajamos por nuestra cuenta para evitar aglomeraciones», explicaron ayer cuando acudieron a realizarse la PCR del cribado masivo de Osakidetza. «No tenemos miedo porque hemos cumplido las medidas y no hemos estado en esas fiestas sin mascarilla, pero siempre te queda esa duda», admitía Anne. Habían sido previsoras y contaban con cita en Policlínica para hacerse un test tras su llegada de Mallorca, pero «ahora nos la hace Osakidetza en el cribado para el grupo de entre 16 y 19 años. Alrededor de los hoteles había mucha gente sin mascarilla».
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