«Si está preocupada mi hija con 10 años, cómo no lo voy a estar yo»

La misma esperanza tienen padres y madres del alumnado de este centro y de otros de los afectados en Gipuzkoa, que de manera generalizada se muestran «muy preocupados por los efectos que la huelga puede tener en nuestros hijos e hijas». «Al menos esta vez, (por ayer) podemos traerlos al colegio, no como en las primeras huelgas, que fueron un trastorno en los hogares», recordaba Maite Lazcano, madre una de alumna de 5º de Primaria. Sobre el paro de buena parte del profesorado decía que «entiendo sus reivindicaciones y respeto su derecho a la huelga, pero tienen que llegar a un acuerdo. No se puede estar un mes sin dar clase. Mi hija tiene 10 años y está en 5º y ella me dice que está preocupada. ¿Cómo no lo voy a estar yo?».

Más que preocupada está también la presidenta de la AMPA y madre de alumnos de Primaria, Elena Mosquera. «Respetamos el derecho a la huelga de los profesores, pero ya les trasladamos que entendíamos que en un trabajo tan vocacional y con una labor social tan importante, más aún en este centro que tiene unos valores que nos lleva a traer aquí a nuestros hijos, están perdiendo el prestigio y el respeto. Están dejando a los niños indefensos porque habrá temas que no se den o se den como balas: la interiorización del conocimiento no está asegurada».

El enfado se está haciendo hueco en muchas de las familias de El Pilar. «Hemos presentado quejas al ministerio en Madrid y al Gobierno Vasco. Hemos tenido reuniones con las partes, con trabajadores que están en ELA y con otros que no lo están y lo ven de otra manera. La semana que viene haremos una asamblea de la AMPA para plantear acciones que podríamos desarrollar (hacer escritos, organizar protestas, montar caceroladas...) y votarlas».

Yolanda García León tiene dos hijas en Primaria y Secundaria. «Creo que los profesores podrían haber llevado su legítima protesta por otro camino, por uno que hiciera menos daño a los alumnos. Si hubieran planteado movilizaciones los sábados, incluso si hubieran planteado hacer huelga los miércoles, por poner un ejemplo, creo que podrían haber encontrado más comprensión en las familias». En la situación actual «hasta los chavales se han dado cuenta de que no es que vayan a tener dos días de medio fiesta. Ellos mismos están preocupados, sobre todo los de ESO, porque tienen miedo de que esto les perjudique. Están preparando su paso a Bachillerato y tienen unas clases que se van a dar y otras que no y no sabemos cuánto tiempo van a estar así. Si unos padres no llevaran a su hijo al colegio durante un mes, les quitarían la custodia. ¿Y a la inversa? ¿Qué consecuencias va a tener?».

También le preocupa que algunos de los profesores que ayer acudían al centro sean trabajadores que «querían hacer huelga pero han tenido que venir para cubrir servicios mínimos. Todos sabemos que cuando hay malestar y discrepancias profundas entre los trabajadores de cualquier empresa las personas podemos saltar por cualquier cosa. No me gustaría que eso pudiera ocurrir delante del alumnado».