Encuesta de pobreza y necesidades
La pobreza cae en Gipuzkoa por primera vez en el último lustroTras la pandemia, los umbrales de pobreza se contienen en Euskadi, con el 4% de la población sin recursos, y el bienestar alcanza cifras récord
Ni la pandemia ni la inflación ni la guerra de Ucrania. Los números hablan de una sociedad vasca que se recupera de las consecuencias económicas ... que provocó la crisis del Covid. La pobreza ha caído a mínimos históricos en Euskadi, con un 4% que no puede hacer frente a los gastos básicos frente a un 5,6% de hace dos años. Y no solo eso. Gipuzkoa es el territorio con menor tasa de necesitados (3,7% de la población), según los primeros datos de la última encuesta de Pobreza y Necesidades Sociales de 2022, que el departamento vasco de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales avanzó ayer. El adelanto del informe refleja «una mejoría» en casi todos los aspectos analizados tras entrevistar a 4.500 familias vascas, si bien aumenta el número de personas que tienen problemas para calentar el hogar en invierno, un 8,2% del total; así como el de quienes carecen de ahorros para hacer frente a imprevistos.
Gipuzkoa, en el mejor puesto. La pobreza ha caído en Gipuzkoa por primera vez en el último lustro. Hace una década que el territorio no registraba un porcentaje tan bajo de población sin recursos. Pese a que la bajada ha sido mayor en Bizkaia o Araba, Gipuzkoa es el territorio que tiene la menor tasa de necesitados, un 3,7% frente al 5,1% de Araba y el 3,9% de Bizkaia. Son los porcentajes por territorios de quienes viven sin poder cubrir las necesidades básicas del día a día, que han bajado notablemente en los últimos años. Gipuzkoa, por ejemplo, ha pasado del 5,1% de 2020 al 3,7% en 2022.
Más de 87.000 vascos pobres. Más de nueve de cada diez vascos se encuentran en «niveles aceptables de bienestar», según el área que dirige Nerea Melgosa. Sin embargo, y pese a que se trata del porcentaje más bajo registrado desde 1986, aún hay más de 87.000 vascos en situación de pobreza, lo que supone el 4% del total de la población. Casi cuarenta años después, la tasa de pobreza real, que tiene en cuenta a la población que no puede acceder a un nivel mínimo de bienestar y tiene dificultades para cubrir los gastos básicos, ha bajado 12 puntos. En 1986 se situó en el 16,1% y desde entonces hasta 2008 la tendencia fue a la baja. Con la crisis financiera, este indicador volvió a subir hasta alcanzar el 6,1% en 2018. En 2020 fue del 5,6% y ahora ha descendido hasta el 4%. Euskadi es la segunda comunidad autónoma con los índices más bajos, solo por detrás de Navarra.
El 75,3% en total bienestar. La mejoría socioeconómica se ve reflejada también en el porcentaje de la población en «completo bienestar» y en «bienestar casi completo», que alcanza el 75,3%. Junto con el 16,9% que se encuentra en bienestar pero con algún riesgo se llegaría, además, a cerca de un 92,2% de vascos en buena situación. El número de personas que se autoperciben como pobres o muy pobres también es menor que hace dos años, y baja a un 2,4%, frente al 2,8% de 2020.
Mayor mejoría en extranjeros. Aunque la encuesta habla de una «mejoría en la pobreza real generalizada en todos los grupos», esta se ha dado con «diferente intensidad». La mejora es mayor entre las personas de origen extranjero. Su tasa se ha reducido en 14,2 puntos, situándose en un 19,9%. Entre las personas de origen español, por su parte, la bajada es menor, 0,6 puntos, alcanzando ahora el 2,1%.
LAS CIFRAS
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3,7% de la población en Gipuzkoa está en pobreza real, esto es, tiene problemas para afrontar los gastos básicos del día a día, como la alimentación. Es el dato más bajo de los tres territorios vascos.
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16,7% de la población en Euskadi se encuentra en situación de bienestar, pero con algún riesgo. Si se tiene en cuenta este colectivo y los que están en bienestar completo o casi completo, se alcanza el 92,2%.
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2,4% de los vascos se autopercibe como pobre o muy pobre. Es otro de los indicadores que ha bajado, comparado con el dato de 2020, cuando esta tasa se situaba en el 2,8%.
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19,9% de las personas extranjeras que residen en Euskadi son pobres. En este colectivo es donde se ha dado una mayor mejoría y la tasa de pobreza se ha reducido 14,2 puntos. Entre las personas de origen español se alcanza el 2,1% de pobres.
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7,5% de los niños que tienen menos de 15 años no disponen de los recursos necesarios para cubrir sus necesidades básicas, si bien la tasa se ha reducido. Por sexos, la mejoría es mayor entre mujeres aunque siguen siendo más pobres que los hombres.
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8,2% de las familias vascas tienen problemas para afrontar los gastos derivados de la factura energética.
Mujeres y menores: más pobres. Hay dos colectivos especialmente vulnerables: las mujeres y los menores. El 7,5% de los niños que tienen menos de 15 años no tienen los recursos necesarios para cubrir sus necesidades básicas, a pesar de que «la reducción de la pobreza» en los dos últimos años «ha sido mayor en los tramos de edad más jóvenes». El único grupo que no mejora y donde, por lo tanto, esta tasa ha aumentado es en el de los vascos de entre 55 y 64 años. Por sexo, la mejoría es mayor entre mujeres, aunque siguen sufriendo más la pobreza que los hombres.
Problemas para calentar la casa. Todavía hay aspectos que preocupan, y mucho, a la sociedad, sobre todo ahora que ya está terminando el verano. Son los gastos derivados de las facturas de la luz y el gas. El aumento en los precios ha hecho que el 8,2% de las familias vascas tengan problemas para afrontar estos gastos, frente al 6,9% de 2020, según la encuesta, que se realizó en los peores momentos de la guerra de Ucrania y sus afecciones al precio del gas.
Casi una de cada cuatro familias no puede asumir imprevistos
A pesar de la mejoría general, el 22,3% de los vascos, aunque no están en riesgo de pobreza, no se pueden permitir algunas actividades o bienes considerados «normales» en nuestra sociedad, se lee en la Encuesta de Pobreza y Necesidades Sociales de 2022, frente al 19,6% que no podían hacerlo en 2020. Son «personas que han abandonado la pobreza y se encuentran ahora en este colectivo». Además, añade el informe, «influye negativamente a la percepción del gasto necesario en los colectivos con ingresos más bajos el aumento importante del coste de la vida y la contención salarial». De este modo, «los umbrales de pobreza se contienen y los de ausencia de bienestar aumentan». Este incremento es «más destacable» en las personas que tienen entre 45 y 64 años, así como en los mayores de 65. «El aumento del coste de la vida y el euríbor, entre otras cosas, afectan a la percepción del mínimo necesario para una vida digna, es decir, a la percepción de vivir en ausencia de bienestar». Así, según el técnico Jorge Aramendi, «ha aumentado el número de familias que no pueden afrontar gastos imprevistos o tiene problemas para mantener una temperatura adecuada en su vivienda».
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