La pesca de la angula, con los días contados
El Gobierno Vasco adopta esta medida por recomendación europea ante la situación de la especie, diezmada desde hace décadas | Por primera vez, la temporada se ha restringido a una semana, frente a los tres meses habituales
Los focos que acostumbran a iluminar las rías Oria, Deba y Urola las noches de luna nueva entre noviembre y enero se han apagado este ... año antes de tiempo. El espectáculo de la pesca de la angula, una tradición de hace siglos que persiste en Gipuzkoa entre casi medio millar de aficionados, ha tenido que plegarse a las restricciones impuestas este año por primera vez y que han reducido la temporada de capturas desde embarcaciones a solo ocho días, frente a los tres meses habituales. Europa lleva tiempo dando la voz de alarma por la evolución a la baja de la especie, diezmada en las últimas décadas, y esta temporada, el Gobierno Vasco ha adoptado la medida inédita de acotar la pesca a las embarcaciones, la modalidad de la que se extraen más de la mitad de las capturas. Las licencias de tierra, los pescadores que se colocan a las orillas, podrán practicar su afición hasta el 31 de enero, la fecha habitual.
La decisión ha provocado el inevitable revuelo entre los aficionados guipuzcoanos, que no han tenido otra que acatar la normativa, por mucho que no la vean con buenos ojos. La consecuencia directa se medirá en el volumen de kilos capturados, «que bajarán mucho», aunque todavía no hay datos oficiales cerrados, dice Mauricio González de Txabarri, coordinador de inspección de Pesca del Gobierno Vasco. En una temporada normal, como la del año pasado, de las rías vascas se extrajeron 1.725 kilos (642 desde las lanchas y otros 1.082 desde la orilla). El 40% del total de capturas se pescó en la ría Oria (697 kilos), y la mayoría desde embarcación (536 kilos), según datos facilitados por la inspección de Pesca. Oria es, de hecho, la cuenca con el mayor número de licencias para embarcación (24) y, por lo tanto, el lugar de mayor impacto de la veda impuesta este año.
En la única marea de esta temporada, los anguleros han tenido «un par de días buenos», en los que han rozado el cupo máximo permitido de dos kilos por persona. Pero el resto de capturas han sido inferiores. Luis Azkue, toda una institución en la ría del Oria, cuenta que las condiciones meteorológicas no han sido las mejores para capturar al minúsculo manjar. «No ha llovido», y es con mal tiempo cuando esos milimétricos ejemplares se desplazan y pueden terminar en los cedazos de los pescadores. «Pero se ha pescado en todas las rías», apunta.
Licencias a la baja
Igor Manterola, angulero con larga tradición familiar, corrobora los resultados. «Se ha pescado, pero pocos días», por la restricción de la veda, una medida que han tenido que acatar «sí o sí. Tuvimos una reunión con el Gobierno Vasco en la que nos comunicaron la decisión. No hay otra», a pesar de que lamente que «la tradición corre riesgo de perderse» en lo que respecta a las pesca desde embarcación.
Temporada 2018-2019
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Desde embarcación Por primera vez, la temporada se ha limitado a una sola marea, ocho días, del pasado al 11 de este mes.
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Pescadores desde tierra Se mantiene la temporada habitual, desde el pasado 15 de noviembre hasta el 31 de enero.
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Requisitos El pescador deberá llevar un cuaderno de capturas, en el que deberá anotar el peso de las capturas, el diámetro del cedazo utilizado(el arte de pesca), el número de caladas por hora, así como la fecha, hora y posición exacta donde desarrolla su actividad.
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Venta prohibida La pesca de angula en Euskadi es solo para aficionados, no se pueden comercializar las capturas.
La restricción de la pesca desde embarcaciones llega tras años de licencias a la baja, en forma de goteo incesante. González de Txabarri recuerda que hace diez años se cerró el censo de permisos, de forma que solo se permitió practicar esa pesca aficionada a aquellos que ya tenían la licencia.
Las que se daban de baja no se reponían. «No se ha admitido a nadie nuevo en estos diez años», lo que ha mermado el número de pescadores. De ahí que el incumplimiento habitual sea la pesca sin licencia. Cuando se caza a algún pescador furtivo, los inspectores le requisan las capturas y levantan acta.
Las claves
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Capturas La restricción tendrá una consecuencia directa en un menor volumen de capturas desde lanchas
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Malestar entre los aficionados «Acatamos la norma, aunque no nos guste. No hay otra», dicen los anguleros de Orio
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Censo cerrado Desde hace diez años, las licencias que se dan de baja no se vuelven a adjudicar a otro pescador
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'In fraganti' El cumplimiento de la normativa es elevado, pero la infracción más habitual es la pesca furtiva
El año pasado, los inspectores realizaron 163 actuaciones, lo que no significa que todas incurrieran en una infracción. De hecho, los inspectores corroboran que los pescadores cumplen la normativa «en la gran mayoría de los casos». En Gipuzkoa, se levantaron dos actas por infracción -por pescar sin licencia-, y se decomisaron un par de cedazos y un butrón fijo. Menos habitual es encontrarse con pescadores que exceden el cupo de capturas. Y aún más difícil resulta cazar a alguno vendiendo la mercancía, lo que está prohibido, porque se trata de una modalidad de pesca recreativa.
Otra cosa es que sea un secreto a voces que existe «un mercado negro difícil de demostrar porque no hay una venta oficial, sino alguien que ofrece un producto a otro y que luego puede decir que ha sido un intercambio o un regalo a un amigo», admite el inspector. Para muestra, el último día de pesca desde lanchas. Los inspectores peinaron la madrugada del 11 las aguas del Oria y ni rastro de anguleros, cuando contaban con localizar a algún rezagado que se hubiera saltado o despistado con la veda impuesta. Solo el bello paisaje de la desembocadura y las siluetas de los barcos amarrados decoraban la noche.
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