Las diez noticias clave de la jornada
El agua destrozó el almacén de Aguas Alzola. Un año después han dado la última mano de pintura. ARIZMENDI
Inundaciones de 2021 en Gipuzkoa

«Las pérdidas fueron de un millón de euros y el seguro cubrió un 30%»

La crecida del río Deba destrozó la planta de Aguas Alzola, donde «rezan» para que no vuelva a ocurrir una riada como la del año pasado

Aiende S. Jiménez

San Sebastián

Sábado, 10 de diciembre 2022, 07:12

«Es desolador, estamos aún creyéndonos lo que ha pasado», decía Patxi Casal, gerente de Aguas Alzola, hace justo un año, mientras observaba el ... estado en el que había quedado la planta de la empresa tras la crecida del río Deba. Lodo en el suelo, litros de agua embotellada desperdiciados, máquinas rotas, palés volcados unos encima de otros... Reconocen que «nunca» habían visto una crecida como aquella. Un año después, el almacén destrozado que fue portada de este periódico recibe la última mano de pintura y esta empresa familiar formada por 30 empleados agradecen a sus clientes el «apoyo» prestado tras el desastre, el cual les ha permitido recuperar las ventas con cifras como las de antes de la pandemia.

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El 10 de diciembre de 2021 el agua alcanzó una altura de cuatro metros dentro del almacén. El Deba creció de tal manera en pocas horas que convirtió las calles de Elgoibar en ríos, «era imposible de contener». Aún hoy recuerdan con «desesperación» lo que se encontraron al llegar a la planta embotelladora, situada en el margen del río, en el antiguo balneario. Perdieron material, varias máquinas, el circuito eléctrico quedó dañado, por no hablar de las tareas de limpieza. «Calculamos que las pérdidas fueron de un millón de euros», asegura Asier Tolosa, encargado de administración. Unos gastos a los que habría que sumar las pérdidas de beneficios por el tiempo que la planta estuvo parada. «Hasta pasadas las navidades no pudimos recuperar la actividad y mucha parte se tuvo que hacer a mano por la falta de maquinaria», recuerda.

Mirando al cauce

De ese millón de euros, el seguro solo ha cubierto «un 30%», un dinero que han tardado «meses» en recuperar. Por suerte, ha sido «un buen año de ventas» que ha permitido cubrir parte de esas pérdidas. «En diciembre y enero recibimos la solidaridad de clientes y vecinos a través de correos y llamadas. Conocían la empresa, sabían que estábamos pasando un mal momento gracias a los medios de comunicación y se prestaron a ayudar», explica Asier Tolosa.

Además de pintar y reacondicionar el interior de la planta, también han reasfaltado la alameda exterior y han construido un murete, además de poner una puerta estanca en la planta baja. «Hemos hecho lo que hemos podido dentro y fuera para protegernos, pero cuando el agua se desata como aquel día, no hay nada que hacer», reconoce Tolosa, que lamenta que no se hayan tomado medidas en torno al cauce del río. «No se ha hecho nada para mejorar la zona y evitar que vuelva a pasar».

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