Las pantallas invaden la mesa y la cama infantil en Gipuzkoa: uno de cada cuatro niños pequeños las usa antes de dormir
Un amplio estudio elaborado por pediatras guipuzcoanos arroja luz también sobre la influencia significativa del contexto sociofamiliar en los hábitos de uso de pantallas
J. F.
San Sebastián
Viernes, 18 de julio 2025, 14:06
Un reciente estudio, liderado por pediatras del Grupo de Investigación de Atención Primaria de Gipuzkoa y publicado ahora en la Revista de Pediatría de Atención Primaria, ha puesto de manifiesto una preocupante realidad: el uso de pantallas se ha infiltrado en los momentos más íntimos y esenciales del desarrollo infantil, como las comidas y el descanso nocturno, con consecuencias directas para la salud de los más pequeños.
La investigación, cuyas conclusiones ya publicó El Diario Vasco, analizó 273 encuestas a padres de niños de entre 6 meses y 6 años en Gipuzkoa, reveló que un alarmante 25% utiliza pantallas durante las comidas. Además, el 10% de ellos ve televisión u otros dispositivos justo antes de dormir. Estos hábitos son «particularmente preocupantes» según los autores, dado que la primera infancia (0-8 años) es una etapa de alta plasticidad cerebral y fundamental para el establecimiento de conductas saludables como el comer, la actividad física y las rutinas de sueño.
Disminución de las horas de sueño
El estudio, llevado a cabo en quince centros de salud de Gipuzkoa y liderado por Pedro Gorrotxategi, pediatra en el ambulatorio de Pasai San Pedro y vicepresidente de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, confirma que el uso excesivo de pantallas está directamente vinculado con una disminución de las horas de sueño, tanto en días laborables como en fines de semana. La exposición a pantallas, especialmente por la tarde-noche, es un factor clave que afecta tanto la cantidad como la calidad del descanso infantil. El hecho de que «un porcentaje elevado de los niños y niñas utilizan las pantallas antes de irse a la cama» ha sido «un hecho constatado en este estudio».
Aunque las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Academia Americana de Pediatría (AAP) son claras -no usar pantallas en menores de dos años y limitar a una hora diaria entre los dos y cinco años-, la realidad en Gipuzkoa dista mucho de estas directrices. El estudio mostró que el 60,2% de los niños menores de seis años supera el tiempo de pantalla recomendado. De hecho, el 59% de los niños menores de dos años ya ha iniciado el uso de pantallas, cifra que se eleva al 100% en los mayores de esa edad.
Retraso del lenguaje
Las repercusiones sanitarias no se limitan solo al sueño. El uso excesivo de pantallas también se ha relacionado con retrasos en el lenguaje (observado en el 7% de los niños del estudio, un 9% en mayores de dos años) y un aumento del sedentarismo. El doctor Pedro J. Gorrotxategi Gorrotxategi, autor principal del estudio, subraya la importancia de estos hallazgos: «Es fundamental que, desde las consultas de Atención Primaria, insistamos en limitar el uso de pantallas en las visitas de los programas de salud infantil, en todas las edades».
Este trabajo, que abarca información del 57% de la población infantil de Gipuzkoa en el rango de edad estudiado, refuerza la urgente necesidad de concienciar a las familias sobre los riesgos de esta «invasión» digital en los momentos clave del día, promoviendo rutinas que aseguren un desarrollo saludable y un bienestar integral para la infancia.
Niños de familias de origen extranjero
El estudio también arrojó luz sobre la influencia significativa del contexto sociofamiliar en los hábitos de uso de pantallas de los niños guipuzcoanos. Se observó que las familias con un mejor índice socioeconómico o con estudios superiores tendían a un menor uso de pantallas por parte de sus hijos. Por el contrario, los niños de familias procedentes de países extranjeros mostraron un mayor uso de estos dispositivos que los de nacionalidad española. Esto sugiere que el nivel educativo y la situación socioeconómica de los padres, así como su origen, son factores que influyen directamente en la exposición de sus hijos a las pantallas.