El jurado se reunirá el 15 de mayo para decidir si condena a Ibar a muerte o a cadena perpetua

Pablo Ibar tiene ya otra fecha marcada en el calendario, otra cita ineludible en la que, esta vez sí, se juega la vida. El próximo 15 de mayo, el mismo jurado que el pasado 19 de enero, la víspera de la festividad de San Sebastián, le declaró culpable de tres asesinatos en primer grado, se reunirá de nuevo para deliberar si le sentencia a muerte o a cadena perpetua.

La fecha ha sido acordada este lunes entre las partes, en el transcurso de una sesión que se celebró en la Corte de Broward County, en la localidad de Fort Lauderdale, en la sala que preside el juez Dennis Bailey. Previamente, el primer día de mayo, tendrá lugar una conferencia de seguimiento para verificar que no existe ningún contratiempo que impida el comienzo de las deliberaciones.

Por lo tanto, el 15 de mayo, Ibar recorrerá de nuevo los pasillos internos que comunican la prisión en la que permanece recluido con el palacio de justicia. Ambos edificios conforman un único conjunto arquitectónico, unido por unos corredores que Ibar los conoce como la palma de su mano. Pablo ha estado meses transitándolos casi a diario desde que en octubre comenzó el juicio con la selección de los miembros del jurado.

Esta segunda fase del proceso contra el preso de origen guipuzcoano comenzará con un turno en el que la Fiscalía propondrá a los miembros del tribunal que le condenen a la pena de muerte. Ibar fue declarado autor de los asesinatos de Casimir Sucharski, Marie Rogers y Sharon Anderson, cometidos en casa del primero, un empresario de clubes nocturnos, en junio de 1994.

Posteriormente, hará uso de la palabra el abogado Benjamin Waxman. Fue el letrado que logró que Pablo tuviera una segunda oportunidad, después de que el Tribunal Supremo de Florida ordenase repetir el juicio. El letrado pedirá que Pablo sea sentenciado a cadena perpetua. Sería el fallo que ansía la familia del recluso. Tras escuchar su alegato, el juez concederá un último turno a la Fiscalía.

Y a partir de ese momento, la decisión quedará ya en manos del jurado. Para este caso, sus miembros, al igual sucedió durante las deliberaciones para alcanzar el veredicto, quedarán aislados y solo podrán regresar a sus domicilios en cuanto hayan alcanzado una opinión unánime. La deliberación se puede prolongar varios días, aunque todo indica que no se alargará mas que las que les ocupó para emitir el veredicto. En el caso de los jurados se muestren favorables a la pena de muerte, la decisión ha de ser por unanimidad de los doce componentes, aunque si el pronunciamiento fuese de cadena perpetua basta la mayoría. Por tanto, Pablo puede acabar siendo condenado a muerte por unanimidad o a cadena perpetua, bien porque no alcanza el jurado dicha unanimidad para la pena de muerte, o porque en conjunto se decidan por la perpetua.

En el caso de que la decisión sea la muerte, el juez puede modificar el fallo y rebajarlo a cadena perpetua. Ahora bien, si el jurado optara por cadena perpetua, el magistrado no puede modificar esta resolución por la de pena capital. En consecuencia, la condena a muerte solo la puede determinar el jurado.