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«¡Ojalá un día no sea necesaria esta recogida!»
Cada vez más ciudadanos optan por los bonos en la campaña para proveer al Banco de Alimentos que comenzó este viernes. Un ejército de voluntarios repartidos en 160 tiendas de todo el territorio, supermercados y grandes superficies colabora con la ONG
La doble solidaridad de los ciudadanos que se sumaron a la campaña de recogida de alimentos y la de los voluntarios que se aprestaban a ... recopilar las donaciones daban ayer una sensación de más ajetreo de lo normal en supermercados y grandes superficies guipuzcoanos que se han sumado a la iniciativa del Banco de Alimentos. Hoy la imagen se repetirá en las 160 tiendas que participan en la Gran Recogida.
En el Super Amara del mercado de San Martín de Donostia comentaban ayer que la solidaridad de los guipuzcoanos ha ido evolucionando en los últimos años y son más lo que optan por donar una cantidad de dinero a través de los bonos que los que compran productos. Mari Carmen Llorente, del Banco de Alimentos y que ayer ejercía de coordinadora de los voluntarios en este supermercado, explicaba que «el inicio de la jornada ha sido un poco lento, pero al mediodía se ha animado».
Mari Carmen atendía a muchas personas que se acercaban dinero en mano para que lo convirtiera en bonos. «Está muy bien este sistema porque así en el Banco de Alimentos podemos gestionarnos a lo largo de todo el año y comprar productos perecederos», explicaba, al tiempo que alababa la labor que estaban desempeñando los voluntarios, especialmente los que habían acudido desde la Fundación Goyeneche, como Marta, Sergio, Jose Javi, Mikel, María José y Luis.
Marta notaba el cansancio «porque es mucho trabajo», en referencia a la tarea que tenía adjudicada: colocar conservas, tomate y chocolate en las cajas. «Me gusta ayudar» señalaba al lado de Sergio, quien apuntaba que «todos queremos comer y tenemos que ayudar a quien no tiene pueda hacerlo».
La Fundación Goyeneche envió a varios voluntarios que trabajaron sin parar
Entre tanto, las cajas de cartón se iban completando con arroz, botes de legumbres ya cocinadas -especialmente garbanzos-, pasta, galletas, potitos, pañales...
Charo Albistur llenaba un carro con comida para el Banco de Alimentos, como ya lo había hecho en las anteriores campañas, aunque este año ha decidido repartir el dinero que tenía previsto gastar en productos y en un bono. «¡Ojalá un día no haya necesidad de estas iniciativas!», exclamaba, consciente de que se trataba más de una ilusión que de una posible realidad. Su amiga Karmele Lizarazu, que le ayudaba apilando turrones, chocolate y galletas -«lo que nos han indicado los voluntarios, cosas para el desayuno»- había optado por la modalidad del bono.
En la lista de la donación de Sara Cuellar, que aplaudía la campaña «porque es muy necesaria», había sobre todo legumbre y arroz. Clara Díaz de Ilarraza prefería hacer la compra «en otros establecimientos que son algo más económicos y puedes donar más cosas».
Seis años lleva Coro Zatarain colaborando con las recogidas del Banco de Alimentos, los cinco anteriores a este en el Super Amara de Riberas de Loiola. «Leí en el periódico que necesitaban gente y llamé. Todos nos tenemos que concienciar y echar una mano de la forma que mejor pueda». Ella también constataba el auge de los bonos en detrimento de la compra tradicional.
Tolosa
Cristina Rodríguez, María Albéniz, Mari Carmen Albeniz, junto a Joxean Azkue, fueron las encargadas de gestionar toda la recogida de alimentos ayer por la mañana en el céntrico supermercado Eroski de Tolosa, informa Juanma Goñi. Comentaban que, poco a poco, la gente se iba animando, aunque quizás no con con «la alegría» de otros años.
Cristina Rodríguez, jubilada, es una veterana voluntaria. No sólo en el Banco de Alimentos, sino también en Cáritas y otras oenegés. Tiene claro que es lo que motiva a participar en campañas como ésta. «Recibes mucho más que lo que das», aseguraba convencida. «Estás aquí unas horas haciendo este trabajo, que es gratificante, pero es mucho más saber que va directamente a gente que lo necesita, que lo está pasando mal. A mí me produce una gran satisfacción». Aunque llevaba sólo unas horas en su destino, se atrevía a vaticinar que «la gente parece tener miedo a la llegada de otra crisis. Otros años, en cuanto les dejabas la bolsa la cogían sin duda, ahora estoy viendo más dudas, aunque es verdad que aún queda mucha jornada por delante y a pesar de todo hay una concienciación muy fuerte en la sociedad, la gente sabe en qué consiste esta campaña y siempre está dispuesta a colaborar», comentaba al mediodía.
Irun
En el Super Amara de la avenida de Iparralde, los voluntarios Nerea Zapirain, José Antonio Alzaga y Maritxu Etxebeste se mostraban satisfechos con la marcha de la recogida de alimentos a media tarde de ayer, informa María José Atienza. «De momento, vamos muy bien. La gente está colaborando, tiene buena voluntad y aporta lo que puede. Al final de la tarde, esperamos tener los cestos llenos», comentaba Nerea. «Estamos haciendo turnos de cuatro horas, de nueve de la mañana a nueve de la noche, con dos o tres personas en cada turno. En total, estaremos unos 50 voluntarios colaborando en los supermercados de Irun», añadía José Antonio.
La mayoría de los clientes estaban informados de la gran recogida del Banco de Alimentos, como Juana Mari, que añadió a su cesta de la compra «dos paquetes de legumbres y ocho latas de atún en aceite, que estaban en oferta y así puedo darles algo más».
Arroz, legumbres, sobre todo garbanzos, y pasta llenaban las ordenadas cajas de cartón
La anécdota del día la protagonizó un cliente francés. «Viene y me pide una bolsa y a los diez segundos vuelve y me pide otra y pienso: 'Qué bien, éste va a donar mucho'», contaba José Antonio. «Pero luego, cuando ha llegado a la caja he visto que estaba discutiendo con el cajero. Había metido su compra en nuestras bolsas y el cajero intentaba explicarle que esas bolsas eran del Banco de Alimentos para la donación. Pero le ha dado igual y se ha llevado las bolsas. ¡Qué le vamos a hacer! No merece la pena discutir por eso».
Eibar
Un total de cien voluntarios participaron en Eibar en la recogida del Banco de Alimentos. Cuatro establecimientos comerciales Eroski, Super BM, Mercadona y Lidl prestaron sus instalaciones para esta iniciativa que los voluntarios calificaron de «éxito», informa Alberto Echaluce.
Lo que más sorprendió a los voluntarios es que «la gente no ha depositado tantas marcas blancas, hay donaciones de productos de calidad e incluso caros». Legumbres, conservas y galletas fueron los tres productos que más aportaron los donantes eibarreses. «También han sido muchas las personas que han hecho una donación económica, en caja, para las necesidades del Banco de Alimentos», explicaba José Luis Morquecho, un voluntario que asistió con su mujer a esta campaña. Todos los voluntarios fueron repartidos en turnos de tres horas, con tres y cuatros personas, dentro de una perfecta organización.
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