El Buen Pastor recuerda a los fallecidos por la pandemia

El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ofició a las 18:00 horas de este sábado una misa funeral en memoria de todas las personas fallecidas en Gipuzkoa a causa de la Covid-19. Cerca de 500 personas se acercaron a la catedral del Buen Pastor para recordar a los muertos por la pandemia que está arrasando el mundo entero.

El obispo quiso recordar con la homilía de la tarde que la situación actual necesita una respuesta. Así, dedicó la misa a orar por todas las familias afectadas por la Covid-19, ofreciendo «la Santa Misa por su eterno descanso». Además, Munilla rogó a los fieles presentes a «discernir si nuestra vida está bien encaminada, o debemos reorientarla, a la luz de los acontecimientos en los que estamos inmersos».

La catedral del Buen Pastor fue testigo de la petición de respuesta de la diócesis, que instó a los asistentes a ser solidarios, una vez más, en honor a los fallecidos, ya que dar respuesta a los acontecimientos «es el mayor tesoro que tenemos en nuestras manos». Para ello, la institución ha comenzado una campaña de recaudación de fondos para «ayudar a sostener el trabajo que la Iglesia misionera realiza en esta crisis mundial», llamada 'Miramos al Mundo'.

A través de las Misiones de la diócesis y de Cáritas, su objetivo es «paliar la situación de familias afectadas en varios países que están sufriendo las consecuencias de la pandemia de forma dramática. Concretamente en Bolivia, México (Chiapas) y en Kenia».

El criterio empleado para escoger los lugares en los que ofrecer su ayuda a los más vulnerables en esta crisis han sido «su pobreza extrema, la gran incidencia del COVID, y nuestros vínculos bien engrasados». Es el caso de El Alto, en Bolivia. «Al inicio de la pandemia de COVID-19 en mes de marzo, había numerosas instituciones públicas y privadas que ofrecieron ayuda social. Hoy, cuando tampoco existe perspectiva del final de esa pandemia, no hay absolutamente nadie que ofrezca ayuda a estas familias», sostiene Munilla. Por eso, su objetivo es « ofrecer apoyo integral a las familias de la ciudad de El Alto en extrema pobreza y alto riesgo social, afectadas de sobremanera por la pandemia de la COVID-19, ayudándolas a su sostenimiento económico y satisfacer sus necesidades básicas en alimentación, educación, salud y vivienda».

Monseñor Eugenio Scarpellini, obispo de la Diócesis de El Alto, quiso también compartir su alegría por el anuncio del compromiso de la diócesis guipuzcoana con la ciudad boliviana, «nuestras familias tienen un gran agradecimiento por esta ayuda, y os aseguran una oración por todos los bienhechores». Desgraciadamente, el 15 de julio Monseñor Eugenio Scarpellini falleció por Covid-19.

El obispo de San Sebastián no quiso dar por acabada la homilía sin antes compartir una reflexión. Munilla advirtió a los fieles de que deben averiguar si »nuestra vida está bien encaminada», para poder »reorientarla a la luz de los acontecimientos en los que estamos inmersos».