«Muchas mujeres retiran la denuncia por miedo, culpa o las promesas del agresor»
«Los juzgados tendrán que revisar qué está pasando» porque hay víctimas que «sienten que no les van a hacer caso y que no les escuchan», advierte
Son muchos los motivos por los que las víctimas de violencia machista retiran la denuncia a su agresor, como en el caso de Leonor. Pero ... entre los más repetidos están «la culpa, el miedo, las problemas de la pareja o expareja y las presiones», explica Mariángeles Álvarez García, psicóloga sanitaria experta en género y trauma. La clave, en cualquier caso, pasa por que «los juzgados revisen lo que está pasando» y por trabajar en la «educación», dice.
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– Leonor, la mujer asesinada en Pasaia, había denunciado al hombre que la mató en dos ocasiones. Una se archivó y la otra se retiró. ¿Por qué muchas víctimas de violencia machista terminan retirando este tipo de acusaciones?
– Puede haber varios motivos. En ocasiones, en atención al padre de sus hijos. Otras veces, porque no son capaces de enfrentar las dificultades con las que se encuentran o porque pasar por los juzgados, aunque cada día están más sensibilizados, es un trago para ellas. Enfrentarse a esa situación es muy tenso. Ellas lo viven como una agresión a su salud mental, porque ya de entrada todo el tiempo que han estado emparejadas han sido tratadas como inferiores. También por miedo y por el sentimiento de culpa, porque han normalizado la violencia. La familia, además, a veces ejerce presión sobre la víctima, la pareja también y les promete muchas cosas...
– ¿Ocurre a menudo?
– Cada vez menos. Antes sucedía más porque las mujeres tenían muchos problemas y había pocos apoyos.
– Las víctimas de maltrato que renuncian a declarar contra su agresor se han triplicado en Gipuzkoa. ¿Por qué?
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– Es súper preocupante. Los juzgados tendrán que revisar qué está pasando porque si hacen esto es porque sienten que no les van a hacer caso y que no les escuchan. Me lo dicen muchas veces en consulta.
– Pese a las denuncias interpuestas, el caso de Pasaia se cerró. ¿Se puede hablar de un fallo en el sistema?
– Cuando una causa que está abierta se cierra es que no se ha revisado lo suficiente. Habrá que revisarlo. Entiendo que los juzgados están repletos de trabajo, pero habrá que revisar qué está pasando. Hay juezas muy sensibles y que están muy pendientes, pero quizá no ha sido suficiente.
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– ¿Aunque la víctima decida dar un paso atrás, la investigación de los casos de violencia de género debería seguir abierta?
– En parte, creo que nunca se debería permitir de oficio que sea ella quien lo decida. La ley salió para que la mujer no se echase atrás y apoyarle de oficio, una vez se ponga la denuncia. Pero no se ha hecho. De todos modos, tampoco sé hasta qué punto no permitirle echarse para atrás es quitarle la libertad a la mujer. Lo que de verdad hay que revisar es por qué una mujer, después de haber tomado la decisión de denunciar a su agresor, con lo difícil que es eso, decide retirarla. Igual no le apoyamos lo suficiente.
– Con Leonor, ya son dieciséis las víctimas mortales que ha dejado la violencia machista y vicaria en Gipuzkoa en los últimos veinte años. ¿Preocupan estos datos?
– Sí, y nos dejan bien claro que no es suficiente lo que hacemos. Si sigue habiendo muertes, no es suficiente.
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– ¿Cómo se puede frenar la escalada de la violencia machista?
– Es un tema educativo, fundamentalmente. Es imprescindible que en los centros educativos haya una figura de apego para las jóvenes, que puedan ir a relatar qué es lo que está sucediendo. Y que les ayude. Tiene que haber alguien que ellos valoren y que les hable de qué es la violencia y cómo funciona. Que sepan que todos somos iguales y una vez por semana hablarles de la violencia, de sus diferentes tipos... También estoy muy preocupada con la pornografía, que te destroza la mente. Y que sepan que hay diferentes tipos de violencia.
«La separación es el peor momento y la ruptura tras un segundo intento es muy peligrosa. Los juicios también son complicados»
– ¿Hay algunas formas de violencia, como la psicológica, que son más difíciles de demostrar en los juzgados?
– No tiene por qué. Cuando hago la entrevista inicial con las mujeres víctimas, tengo una serie de preguntas para hacerles una valoración del riesgo y determinar las medidas a tomar, además de reconocer la violencia que sufren. Puede ser económica, vicaria con los hijos, ambiental... Esta última es horrible, son portazos, gritos, tirar cosas al suelo o contra la pared, esconder lo que le gusta a la mujer, el control de las redes...
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– ¿Pueden ser la antesala a la violencia física y, en el peor de los casos, al asesinato?
– Sí. Lo son. En el momento en el que no te pliegas empieza a aflorar la violencia.
– Leonor tenía dos hijas. ¿La maternidad es una de las circunstancias que aumenta el riesgo para las mujeres?
– Sí. El niño les ata y les vincula. Es una herramienta que va a utilizar el agresor contra la mujer.
– ¿Qué otros factores incrementan este peligro?
– La separación es el peor momento de todos. Ysi luego les haces un poco de caso y se da una segunda ruptura, es también un momento peligrosísimo. Hay que hacer una valoración de riesgo en ese instante. Los juicios también suelen ser bastante complicados.
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– ¿Hay un perfil de víctima?
– No. Ser mujer es suficiente.
– ¿Y qué ocurre con el agresor?
– Basta con ser hombre.
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