La calle de la memoria
Un día «tonto»Salvo por un pequeño detalle que se cita en el último párrafo de este comentario, podría decirse que el 1 de junio de 1943 fue ... un día «tonto», sin grandes novedades que destacar.
En un ambiente nebuloso en el que estaba presente la muerte, el dolor y las lágrimas sufridos en la reciente contienda bélica, a partir de hoy, por ejemplo, se ponía en conocimiento «de los señores detallistas de esta capital» que ya podrían distribuir y entregar a su clientela las «C.I.R.» (Cartillas Individuales de Racionamiento) junto al «Boletín de inscripción», para que los propios interesados escribieran en ellas los establecimientos (panadería, carnicería y ultramarinos) donde realizarían sus compras, con el fin de que la Comisaria de Abastecimiento les pudiera surtir de género.
Las cartillas serían solicitadas por «el cabeza de familia en posesión de la cédula personal vigente», y en ellas estarían impresos unos cupones que se entregarían al adquirir los productos, los cuales serían conservados por los detallistas para justificar el destino del pan y de la carne que se les hubiera adjudicado.
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A partir de hoy «los cabezas de familia con célula vigente» podían solicitar la Cartilla Individual de Racionamiento
La cartilla también daría acceso, principalmente, a aceite, azúcar, arroz, garbanzos, judías, lentejas, patatas, chocolate, café, bacalao y jabón.
En 'El Diario Vasco' la señorita Marinerita ofrecía una receta para cocinar excelente «potage de pescado», la señorita Greta para un «puding sueco» y la señorita Lucía García para «pastelitos caseros».
Para quien tuviera la suerte de «haber llenado la panza», el día ofrecía amplio programa de esparcimiento, ya fuera en el Teatro Príncipe donde se representaba 'La taberna de oro', con Enrique Guitar como primer actor, o en el Miramar, Pequeño Casino y Trueba, donde se proyectaban, respectivamente, el musical 'Albergue nocturno', (a partir de mañana) 'Mata Hari', la mejor película de Greta Garbo y 'Jaque al jeque', con Ramón Novarro.
También eran atractivos los programas del Principal y del Kursaal, destacando '¡Allá películas!', la revista titular del Olimpia de Barcelona. El bailoteo estaba en el monte Igueldo que como martes, hoy era martes en 1943, se celebraba el 'Martes de moda' a cargo de la orquesta Radio.
Unzúe, Abarisqueta, Arano II, Arrechea, Solaverri, Izaguirre... eran algunos de los pelotaris que jugaban en el Urumea y en Atocha, cierto es que sin llenarse del todo «porque los «partidos amistosos no interesan demasiado», se reunieron muchos aficionados para ver a las nuevas figuras blanquiazules: Galarraga y Arbiza.
Se ponía de moda un nuevo estilo deportivo para la mujer, rematado con un sombrero tejido al crochet que, hacerlo en casa, «siendo manitas», salía muy económico: bastaba tres ovillos de hilo de lino, un ganchillo de grosor adecuado y un alambre de modista.
Los señores Gutiérrez, que desde Madrid deseaban venir a San Sebastián todo el verano, se anunciaban en 'El Diario Vasco' solicitando alquilar un piso con dos camas para señores, dos para el servicio, con vistas al mar, gas y baño, estando dispuestos a pagar 3.500 pesetas como máximo.
Para casa «buena y religiosa», en la calle Zabaleta, se precisaba «cocinera buena» y también, en otras «buenas casas», una «segunda doncella» y una muchacha para todo.
De acuerdo con lo prometido al principio, además de las minucias citadas, recordar el «pequeño detalle» de que, en la madrugada de este «día tonto», mi madre subió a la Maternidad, entonces de Aldaconea, y allí nació quien esto escribe.
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