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Señoritas de visita a bordo del 'Presidente Sarmiento'. PASCUAL MARÍN / FOTO MARÍN
La Calla de la Memoria

El corazón argentino de una donostiarra

Mikel G. Gurpegui

San Sebastián

Jueves, 4 de septiembre 2025, 02:00

Los asiduos a nuestra calle de la Memoria (muchos y muchas nos transmiten que no se saltan su dosis diaria) recordarán que hace ocho días ... mencionamos la llegada a la bahía de la Concha de la fragata escuela argentina 'Presidente Sarmiento'.

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La estancia en San Sebastián de su tripulación, 275 jóvenes marineros, revolucionó la vida local. Pasaron los días, y en la edición de 'La Voz de Guipúzcoa' del 4 de septiembre de 1925 encontramos la noticia: «Hoy, a las tres de la tarde, zarpará con rumbo a Liverpool»

La estancia de tantos jóvenes de aspecto aventurero, uniformes impólutos y verbo con acento a la fuerza tenía que llamar la atención de las muchachas donostiarras. En la misma edición de 'La Voz de Guipúzcoa', Antequera Azpiri dedicaba un artículo a Marichu, una señorita que «siente una extraña emoción». Su corazón vibraba por un argentino a punto de romper amarras...

«Marichu acaba de ver en fantástica aparición la figura morena, envuelta en la albura del uniforme civil de marino, del ser que su corazón de romántica de melena corta y vestidos de Worth había modelado para compañero de su vida. ¡Cómo la sonreía, con su fila de dientes apretados y blanquísimos!».

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«Marichu bailó en el Kursaal con su aparición, a la que había dado realidad la magia de una fragata argentina. El oficial era simpático y su optimismo, su fuerza juvenil y su apasionado entusiasmo por la vida llenaron el alma de Marichu de luz y esperanzas».

«– ¡Qué alegría comunica usted, Octavio! No se parece a los muchachos de aquí».

Pero la embarcación pronto se perdería en el horizonte y aquel romance, o acaso fuera sólo un sueño, parecía a punto de disiparse...

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Interrogante

«¡Qué triste está Marichu! La playa rebulle. Uno tras otro, los cañonazos se desparraman por el ámbito. Marichu, no pudiendo disimular su congoja, se oculta en la caseta, y allí, entre sollozos, va recordando las palabras todas que el oficial argentino desgranó en sus oídos, durante unos días. Aquellas palabras encerraban una aspiración suprema y una interrogante a la que el porvenir había de responder».

¿Serían reales Marichu y Octavio? Si así fuera, ¿qué ocurriría con ellos?

La víspera de la marcha se celebró «en los jardines del palacio de Miramar la 'garden-party' con que los reyes obsequiaron a los marinos argentinos que viajan a bordo de la fragata 'Presidente sarmiento'. Los jardines ofrecían ayer tarde desusada animación y alegría, viéndose discurrir por todas las sendas y paseos elegantes damas en traje de calle, y muchos caballeros vistiendo uniformes y otros correctamente vestidos» (o sea, ¿que los uniformes no eran correctos?).

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1925

Después de una 'garden party' de despedida en los jardines de Miramar terminó su estancia donostiarra y levó anclas la fragata argentina 'Presidente Sarmiento'. Se llevaba el corazón de una muchacha de aquí, Marichu

La tripulación de la fragata compartió lunch y baile con «lo más distinguido del mundo elegante donostiarra».

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