1950 | La Casa de la Rioja y San Bernabé

El Círculo Riojano en San Sebastián, desde su fundación el 16 de noviembre de 1913 en el Teatro Victoria Eugenia, no ha sido ajeno a esta efeméride en la que ha venido volcando muchas de sus actividades. Como curiosa, puede citarse que la reunión fundacional tuvo lugar en el 'foyer' del teatro, cedido al efecto por el empresario Federico Ferreirós.

Comenzó su andadura compartiendo sede con la Colonia Aragonesa, establecida en el Balneario de La Perla, y, al año siguiente, el 15 de febrero, inauguraba su propio local social en la plazuela de Lasala. Siguió un auténtico peregrinaje por distintos lugares de la parte vieja: en 1917 en el número 11, segundo piso, de la calle Embeltrán (compartiendo espacio con el Centro Burgalés), en 1923 pasó a la calle Euskalerria número 9 y, tras un obligado paréntesis desde julio de 1936, el año 1944 se reanudó la actividad en el número 5 de la calle Aldamar (local del Gremio de Exportadores de Pescado), en 1945 en el número 20-1º de la calle del 31 de Agosto y, por fin, en 2001, en los números 13 y 14 del Paseo de Salamanca.

Don Emilio Benito, presidente en 1946, comentaba que «el mayor éxito económico ha sido crear el Bono Taurino, que ha producido unos beneficios de más de 20.000 duros, así como la publicación de la revista 'La Rioja en Guipúzcoa'.

La fotografía que ilustra este comentario recoge un momento de la comida celebrada en 1914 para inaugurar el local, presidida por el diputado provincial de Logroño, Félix Martínez Lacuesta, y el presidente del nuevo Círculo, Juan Bautista Herce.

Por aquello de que el año 1950 el 11 de junio tocó domingo, 'La calle de la Memoria' acude a 'El Diario Vasco' del día para consultar cómo celebraron la fiesta de San Bernabé los riojanos donostiarras.

Apenas amanecido «una banda de música recorrerá las calles de la parte vieja, interpretando una alegre diana y se dispararán cohetes y bombas reales». A las nueve, en la parroquia de San Vicente, se ofició una misa solemne en recuerdo de las almas de los socios fallecidos, con la participación del coro de hombres del Orfeón Donostiarra, dirigido por el maestro Gorostidi, y, terminada la ceremonia religiosa y el vino de honor servido a continuación en el local social, se hicieron cuentas para, una vez consultado el balance económico del Círculo, «visitar y repartir los beneficios entre centros benéficos de San Sebastián y Logroño».

Tras el almuerzo de hermandad con socios, autoridades, prensa, representantes de sociedades populares, etc., kalejira, bailables y amenidades varias durante la tarde, contando en todo momento con la banda de txistularis dirigida por el maestro Ansorena «y un conjunto musical de instrumentos de púa»... a partir de las diez y media de la noche, se celebró en La Perla un «gran baile-verbena», hasta la madrugada, amenizado por la 'Orquesta Radio' y «sin que falten regalos para las señoras y señoritas asistentes».