1980 | Cristina Enea: Perros salvajes atacan a 39 patos
Sentimos romperles la imagen bucólica que tendrán de nuestro querido parque de Cristina Enea, pero el mal acecha, incluso en lugares como este. Y los ... operarios que estaban renovando su estanque, cuando fueron a trabajar hace 45 años, descubrieron una escena dantesca.
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Los patos y gansos estaban por el suelo, la mayor parte sin vida, otros moribundos. En EL DIARIO VASCO, edición del 29 de agosto de 1980, contaron la historia así...
«En la madrugada de ayer, cierto número de perros atacaron a 39 de los patos del parque de Cristina-Enea –en Eguía– provocando la muerte de la mayoría de ellos y ocasionando heridas de gravedad al resto. Los obreros encargados de la reparación del estanque sito en este lugar dieron cuenta del hecho cuando acudieron, por la mañana, a sus puestos de trabajo, al ver a los animales arrinconados en un ángulo del estanque».
1980 Trabajos
Cuando los operarios que renovaban el estanque del parque de Cristina Enea acudieron a trabajar, se encontraron a 36 patos y tres gansos en un rincón, con marcas de dentelladas. La mayor parte ya estaban muertos
Precisamente, que el estanque estuviera en obras y sin agua jugó en contra de las desdichadas aves...
«Según han señalado fuentes próximas a Cristina-Enea, la pérdida se podían haber evitado si el estanque no hubiera estado seco, circunstancia que habrían aprovechado los patos al nadar en el agua, poniéndose a salvo de los perros».
Perros lobo o salvajes
¿Qué tipo de perros pudo cometer aquella masacre? En 1980 escribieron que «no se ha confirmado el número de perros autores del acto, aunque, a juzgar por las huellas que han dejado en los jardines, pudieron ser tres o cuatro. Las mismas fuentes opinan que, sin duda, son de raza lobo o salvajes, por la fuerza que demuestra la agresión. En el cuerpo de algunos patos aparecen marcas de dentelladas y mordiscos».
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«De estos 39 patos, uno es un ganso salvaje; dos son gansos comunes; tres, patos 'mudos'; cinco, salvajes; veintiseite, comunes y uno híbrido. «Estos animales serán donados a las Hermanitas de los Pobres», informaban.
Sin vigilancia nocturna, el jardinero del parque, que vivía cerca, «sobre las 3,30 de la madrugada creyó percibir algunos ruidos desde Cristina-Enea, a los que no dio importancia». La tragedia animal estaba servida.
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No fue un caso aislado. Pocos años después se reproduciría en el parque un caso similar, aunque en aquel caso las víctimas no fueron patos sino faisanes. Así lo escribió Aletxu Peña en DV el 29 de marzo de 1984...
«Un triste acontecimiento fue descubierto ayer, a primeras horas de la mañana en el parque de Cristina Enea, al advertir los trabajadores que están adecentando el lugar que varios de los animales que allí residen estaban muertos. Diez faisanes y dos gallinas han sido víctimas de uno o dos perros que, al parecer, anteayer por la noche entraron en el parque y se dieron el festín matando a estas especies».
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