Esquina de Urbieta con Moraza, cerca del lugar del intento de hurto y la carrera. RICARDO MARTÍN / PHOTO CARTE
La calle de la memoria

1925 | Mal ladrón pero excelente corredor

Mikel G. Gurpegui

San Sebastián

Martes, 7 de octubre 2025, 02:00

Es normal que los ladrones huyan corriendo cuando son sorprendidos. Pero hubo un caco que corrió tan pero tan deprisa que en 'La Voz de ... Guipúzcoa' de hace un siglo le dedicaron el siguiente título...

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«Mal ladrón y excelente cultivador del pedestrismo».

Explicaban de la siguiente manera el suceso ocurrido durante la madrugada anterior...

«En un bar de la calle de Moraza sintieron ruido, y sospecharon que algún desconocido había entrado en la casa de huéspedes que hay establecida en el primer piso. Subió la dueña, y debajo de un sofá encontró a un individuo que, al verla, echó a correr escaleras arriba».

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Al ser descubierto al intentar robar en una casa de huéspedes de la calle Moraza, corrió perseguido del primero al quinto piso, y de él al primero antes de perderse corriendo por la calle. Le llamaron «el ladrón desconocido y vertiginoso»

¿Quién se esconde debajo de un sofá? Empezaba la carrera trepidante de nuestro «mal ladrón»...

«Se dio aviso de lo que ocurría al sereno de la calle, el cual subió hasta el quinto piso, siguiendo al desconocido».

Ya era una carrera a dos. Lo que no sabemos es qué ocurrió exactamente en la quinta planta, qué tipo de requiebro hizo el perseguido para esquivar a su perseguidor y continuar la carrera escaleras abajo. Seguían el relato publicado el 7 de octubre de 1925...

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«Al terminar la escalera, el desconocido emprendió con velocidad extraordinaria el descenso, siempre perseguido de cerca por el guardia, quien, al darse cuenta de que se le escapaba, hizo sonar el pito de alarma. Antes de que llegaran personas en auxilio, salió a la calle el sujeto desconocido y desapareció».

«En el piso quinto aparecen violentadas varias cerraduras, lo que hace suponer que se trata de un ladrón que después de intentar el 'golpe' en el piso alto iba a darlo en la pensión del principal. Hasta ahora no ha sido hallado el que podemos llamar ladrón desconocido y vertiginoso».

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Robar, no robó, pero la carrera que se pegó llamó la atención.

Dinero caído

No sabemos si a la carrera, pero también huyó rápidamente alguien tras haber cogido el dinero que se le había caído a un donostiarra. Lo contaban así, también en 'La Voz de Guipúzcoa' del 7-X-1925...

«TENTADORA OPORTUNIDAD.– Por la tarde denunció un ciudadano que se le habían caído setenta y cinco pesetas al efectuar una compra y que vio cómo otro se apoderaba del dinero, dándose a la fuga. La guardia municipal efectuó pesquisas y pudo averiguar quién era el aprovechado desconocido, al que detuvo conduciéndole al Gobierno civil, donde restituyó a su legítimo dueño las setenta y cinco pesetas».

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Nos vamos con un último suceso de cien años atrás, este con mordedura incluída...

«¡ESOS PERROS!– En el barrio de Ibaeta, un perro mordió al niño de dos años Francisco Martiarena, que fue curado en la Casa de Socorro. El perro fue recogido para someterlo a observación».

¿Qué querrían observar?

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