El mejor paseo del año
Gipuzkoa se echa a la calle. Miles de ciudadanos se lanzan a hacer deporte y a pasear en un día soleado en el que la afluencia de personas en algunos puntos hizo difícil mantener la distancia de seguridad
En el primer día de la 'nueva vida' miles de guipuzcoanos se echaron a la calle. Literalmente. Esas calles semidesiertas durante las siete semanas del confinamiento recobraron ayer algo del ruido y del color habitual del tiempo anterior a la crisis del coronavirus. Los ciudadanos tenían verdaderas ansias de abandonar sus casas en el arranque del protocolo de la desescalada marcada por el Gobierno central. Y así fue. Resultó el día perfecto para respirar aire fresco, sentir el sol en la piel y el intenso olor a primavera. Se palpó una grata sensación de libertad. Aunque todavía lejos de ofrecer una imagen de normalidad, los municipios guipuzcoanos recobraron algo de pulso. Eso sí, una vuelta a la vida anterior todavía por turnos, sin bajar la guardia ni la cautela ante el virus.
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Ciclistas, runners, patinadores y surfistas, muchos ataviados con pantalón corto y sudadera, fueron los más madrugadores de una jornada que comenzó en las calles antes del amanecer, cuando se registraron momentos de aglomeración en los paseos más céntricos, alguna incidencia poco significativa, y con más de un despistado que aún no se había estudiado las normas de actuación. En todo Gipuzkoa, excepto en los 55 municipios en los que no se aplican restricciones por contar con menos de cinco mil habitantes censados.
Después de 48 días confinados, los ciudadanos pudieron salir al fin de sus casas para ejercitarse o pasear junto a las personas con las que conviven. Incluso para ir a la huerta. Un 2 de mayo especial, víspera del día de la Madre, en el que las flores también fueron protagonistas y llenaron las calles de colores infinitos.
Por primera vez en siete semanas, el Gobierno de Pedro Sánchez autorizó la práctica deportiva dentro del municipio y los paseos a un kilómetro del domicilio en una nueva medida de relajación del encierro después de permitir las salidas de los menores de 14 años desde el fin de semana pasado. Las salidas para los adultos estaban autorizadas de 6 a 10 de la mañana y de ocho de la tarde a once de la noche. Los mayores de 70 años tenían reservadas las calles de 10 a 12 de la mañana y de 19 a 20. La franja central, desde el mediodía hasta las siete de la tarde, para los menores de 14 años y sus progenitores. Y así se hizo. En general, se respetaron las distancias recomendadas, las medidas de protección y las horas. Pero no siempre. Porque hubo más de un ciudadano y de dos que se pasearon por todas las franjas horarias. La 'nueva normalidad' también demostró ayer que la picaresca sigue a la orden del día.
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Un buen madrugón
Al filo del amanecer, ya había en la calle corredores, paseantes y surfistas. No sufrieron con el madrugón. Todo lo contrario. La playa fue el plan estrella para los guipuzcoanos de la costa. Estaba claro. Gente corriendo por los arenales donostiarras. Su apertura permitió ver a surfistas surcando las olas de la Zurriola y a nadadores cruzando la bahía donostiarra rumbo a la isla de Santa Clara. Cuando aún estaba clareando el día, operarios del Ayuntamiento ya faenaban en las tareas de limpieza del verdín de las rocas para evitar que los paseantes más madrugadores resbalasen en sus primeras caminatas entre playas.
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También los bomberos tuvieron trabajo. Rescataron a un nadador de 60 años en el espigón de La Zurriola, adonde se había subido ante la imposibilidad de regresar a la orilla tras permanecer una hora en el agua. En este sentido, el departamento vasco de Seguridad señaló que un senderista sufrió un desvanecimiento en Soraluze y tuvo que ser trasladado en ambulancia al hospital de Mendaro. Y en San Sebastián, más de un esguince o una torcedura de tobillo. La falta de costumbre.
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No eran aún las ocho de la mañana y las calles ya estaban transitadas por ciclistas, patinadores y, sobre todo, miles de corredores solitarios, alguno con mascarilla y guantes, que pasaron «con inmensa alegría» de los entrenamientos on line a practicar al aire libre. A esas horas, también patrullas de la Ertzaintza vigilaban las calles para que se cumplieran las medidas de seguridad establecidas, aunque ayer no ofrecieron los datos de sanciones por incumplimientos.
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Un paisaje cambiante
Según pasaban las franjas horarias, el paisaje de las calles iba cambiando. Pero no solo de luz y de temperatura sino también de perfiles humanos. A las diez de la mañana llegó el segundo turno, el de los mayores. Tras 48 días de aislamiento muchos pudieron salir a la calle por primera vez.
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Quizá ellos, los mayores de setenta y las personas con dependencia fueron los más emocionados. Sus paseos se concentraron fundamentalmente en los barrios. Algunos acudieron a ocuparse de sus huertas, algo abandonadas estos dos últimos meses. Muchos comentaban emocionados que no se lo podían creer y confesaban sentirse «felices». «Pensamos que igual este momento no llegaba. Ya estaba loca por salir», aseguró Lupe, una superviviente hondarribiarra de 94 años.
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La hora de los balones
A mediodía llegó la hora de los más jóvenes y comenzó el desfile de bicicletas, de balones, de patines y de patinetes. Entonces la afluencia de padres con hijos, mayores que volvían a casa tras el paseo y adultos entretenidos con las compras de última hora hicieron casi imposible mantener la distancia de seguridad. En ese momento, en el que más gente se concentró en la calle, se produjeron algunas aglomeraciones. En este sentido, la consejera de Salud, Nekane Murga, reconoció que al Gobierno Vasco le «preocupa que haya estas aglomeraciones» ahora que se puede salir a la calle a hacer deporte y pasear. Por eso instó a los ciudadanos a valorar el riesgo de acudir a las zonas «más atractivas» donde podría haber más personas en este inicio de desescalada del confinamiento. Asimismo, la consejera apeló a los ayuntamientos vascos a extremar el control de las medidas de seguridad.
En cualquier caso, el de ayer fue un día para recordar.
Nueva jornada hoy de buen tiempo y de calles abarrotadas
El sol y la temperatura casi veraniega que protagonizaron ayer el arranque de la desescalada del confinamiento regresarán hoy a Euskadi. La Agencia vasca de Meteorología, Euskalmet, anunció ayer una nueva jornada de ambiente soleado y temperaturas primaverales. Por su parte, Aemet pronostica máximas de 22 grados en la costa y de 25 en el interior. Los guipuzcoanos abarrotarán de nuevo las calles y se producirán imágenes muy parecidas a las de ayer. Mañana, el viento sur traerá más calor, con valores que rozarán los 30 grados, con algún chaparrón al final del día.
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