Un mapa para salvar a nuestras serpientes
Más de 120 ejemplares han sido observados desde principios de abril en caminos y montes vascos gracias a una campaña de Aranzadi
En un camino a las afueras de Usurbil, cerca de una sidrería de Hernani, junto a la playa Santiago de Zumaia o en Ataun. Estos ... son algunos de los puntos de Gipuzkoa en los que se ha observado y comunicado la presencia de alguna especie de serpiente en los últimos días. La iniciativa 'sugebizi' de la sociedad de ciencias Aranzadi pretende dar visibilidad a los ofidios para protegerlos con la colaboración ciudadana, que ha permitido ubicar unos 120 ejemplares en otros tantos puntos de Gipuzkoa (la mitad de ellas), Álava, Bizkaia y Navarra desde que comenzó la campaña de este año, a principios de abril.
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Se trata de la cuarta edición de un proyecto en el que se pide la ayuda de paseantes y aficionados a la naturaleza para fotografiar y compartir la ubicación de culebras y víboras, más habituales entre nosotros de lo que pudiera parecer, y «siempre sin molestarlas y a distancia». Las especies más comunes son la culebra collar ('natrix astreptophora') y la culebra de esculapio ('zamenis longissimus'), ambas calificadas como no peligrosas y carentes de veneno. El tiempo está afectando especialmente este año a la recogida de datos, según informan desde Aranzadi. «Con el mal tiempo no se han visto muchos ejemplares hasta hace pocos días», aunque por el contrario comenzaron a verse antes de abril algunas serpientes, debido a las altas temperaturas, que las despertaron de su hibernación antes de lo habitual.
Según el último recuento, que suma las serpientes encontradas entre el 7 y el 21 de mayo, son 29 las observadas en montes, campas y arboledas de Euskadi y Navarra. La más vista ha sido la culebra collar, con ocho ejemplares. Se trata de una especie muy común en toda la Península, el sur de Francia y el Magreb, y que no reviste peligro ninguno para los humanos al no ser venenosa.
La 'natrix astreptophora', su nombre científico, es considerada como una culebra grande que aunque normalmente mide algo menos de un metro, puede llegar a los 125 centímetros de longitud. Es reconocible por tener la cabeza muy ancha, pupilas redondas y un iris rojizo o anaranjado. Su color es verde con tonos negros y blancos que pierde con la edad. Sus zonas preferidas son las húmedas, pastizales y los claros en el bosque.
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La recomendación siempre es no molestar a estos animales, pero en este caso si se siente en peligro expulsa una secreción maloliente como defensa. Esta especie está catalogada en régimen de protección especial. Como curiosidad, para sobrevivir tienen otro mecanismo que consiste en aparentar estar muerta si se siente amenazada: se gira sobre su vientre en forma de anillos y deja la boca entreabierta con la lengua fuera. Así evita ser atacada por sus depredadores.
La otra especie más vista en Euskadi y Navarra es la culebra de esculapio ('zamenis longissimus'), con siete ejemplares en el periodo estudiado. Es la culebra más grande que puede encontrarse en Europa (puede llegar a los dos metros) y frecuenta la zona prepirenaica y la costa del Cantábrico, incluyendo el País Vasco, además de buena parte de Francia y centro de Europa. Puede verse en zonas de hasta 1.200 metros de altitud, pero como es sensible al frío puede resguardarse en edificios abandonados o poco frecuentados. También le gustan las zonas húmedas.
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Esta culebra es muy buena trepadora, así que puede localizarse también en árboles e incluso pasando de uno a otro a través de las ramas. Tampoco es agresiva con los humanos pero puede intentar morder, aunque no tiene veneno, si se le molesta en exceso. También en estos casos desprende un olor desagradable para ahuyentar a quien la rodee.
Precaución con las víboras
Del resto de serpientes vistas en los últimos días destacan las víboras, en distintas especies. Una de las más frecuentes en nuestra zona es la víbora de Seoane, también conocida como víbora cantábrica. Es de talla mediana (de entre 40 y 70 centímetros) y habita en toda la cornisa norte.
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Algo más peligrosa es la 'vípera aspis', una víbora que ha sido avistada en tres ocasiones en la quincena que computa Aranzadi. Esta especie sí es venenosa, aunque no mortal. Su mordedura es muy dolorosa y si no se trata puede ocasionar reacciones graves en los humanos, aunque su toxicidad puede variar mucho. En todo caso los expertos recuerdan que es muy raro que las víboras muerdan, «son una especie tranquila y poco agresiva».
Otros ejemplares vistos en mayo son las culebras lisas, que son un poco más pequeñas y que tampoco tienen veneno, así como ejemplares de culebras verdiamarillas, también muy comunes. Todas ellas están protegidas y Aranzadi solicita compartir por Twitter su localización e imágenes con el 'hashtag' #sugebizi.
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