Un musulmán camino a la mezquita del barrio del Carmen, en Jumilla.

«¿Jumilla? Es muy sencillo: la ley dice que no puede haber discriminación»

El director de Diversidad del Gobierno Vasco avanza que el Consejo Interreligioso abordará con las confesiones cuestiones urbanísticas

Gaizka Lasa

San Sebastián

Viernes, 15 de agosto 2025, 02:00

El Consejo Interreligioso Vasco tendrá entre sus valores «el respeto al pluralismo religioso y a los derechos y deberes de todas sus expresiones», según expresa ... la Ley 8/2023, lo que contribuirá a blindar Euskadi de posibles episodios como el ocurrido en Jumilla, donde el acuerdo de PP y Vox para prohibir actos religiosos en instalaciones deportivas ha sembrado la polémica.

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El director de Diversidad, Convivencia y Solidaridad Intergeneracional del Gobierno Vasco, Txema Ezkerra, asegura que «es mucho más fácil y sencillo que constituir un Consejo. Con la ley en la mano, en equipamientos públicos o privados puede haber celebraciones religiosas. La ley dice que no puede haber discriminación de una religión sobre otra y prevé mecanismos para que no se dé. Y es de obligado cumplimiento. Desde luego, la ley vasca aboga por garantizar la libertad religiosa en toda Euskadi».

A partir de ahí, el Consejo Interreligioso sí se encargará de «asesorar a las instituciones vascas, emitir dictámenes de cómo garantizar la convivencia o incluso asesorar sobre cuestiones urbanísticas, que se podrán acordar con las diferentes confesiones dentro de los márgenes de la ley. Se abordarán asimismo normas que garantizan la seguridad». En el horizonte aflora un consenso social y político que aleje cualquier posibilidad en suelo vasco de litigios como los de Jumilla.

Vertiente pedagógica

Añade Gorka Urrutia, director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Deusto, que «además de la finalidad de facilitar la convivencia, este Consejo tiene una segunda vertiente: hacer pedagogía. Visibiliza una realidad que existe y que hay que saber dimensionarla. Los no católicos rondan entre el 5% y el 6% de la población en Euskadi. No tiene por qué haber ningún problema. Está claro que la composición sociorreligiosa ha cambiado en democracia. Se han ido implantando diferentes religiones, en parte por el fenómeno migratorio pero no solo por eso. Y lo que requieren muchas veces son espacios para juntarse. En Donostia los Testigos de Jehová alquilaban Anoeta, pagaban y después lo dejaban más limpio de lo que lo encontraban».

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Urrutia considera que el futuro Consejo puede ayudar a divulgar «una realidad que ha cambiado y dentro de la cual la gente puede creer en lo que quiera. ¡Si hay incluso quien cree en Maradona como Dios!», ironiza. El investigador de Deusto añade que «ante el caso de Jumilla, el Gobierno Vasco pone en valor un derecho fundamental, que trasciende del asunto de la inmigración. Si bien es cierto que tiene cierto vínculo, el derecho de libertad de religión no tiene que ver con cuestiones inmigratorias. Es un derecho reconocido por la Declaración Universal de Derechos Humanos y por la normativa internacional».

Ezkerra incide en sus ideas clave: «fomentar la convivencia, evitar discriminaciones, hacer aportaciones a la comunidad y ver cómo podemos conocer más de cada una de las confesiones».

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