Julio Pérez Díaz: «Los mayores son ahora más visibles y no permiten que se les ignore»
Julio Pérez Díaz (Sociólogo, demógrafo e investigador del Consejo de Investigaciones Científicas) ·
«Para hablar de ancianos hay que esperar casi hasta los 90 años, el límite de 65 se ajusta a lo laboral, no a la realidad del envejecimiento»Es sociólogo, demógrafo e investigador del Consejo de Investigaciones Científicas. Julio Pérez Díaz es un catalán que vive en Madrid, y que ayer encandiló a ... su auditorio por su forma de explicar que el envejecimiento de la población no es la catástrofe que algunos pronostican. Cree que la pirámide de edad actual tiene ventajas, que los mayores de 65 años no son esos ancianos arrinconados en su casa sino gente activa que viaja, se mueve y no está escondida y arrinconada. Participó el en Congreso Adinberri organizado por el departamento de Política Social de la Diputación Foral en Tabakalera.
- ¿Por qué la vejez es tan importante?
- Primero porque nos a va tocar a todos a diferencia de lo que ocurría antes. Antes la gente no llegaba a edades avanzadas y en la mayoría de las ocasiones lo hacía en malas condiciones de salud. En el año 1900, los mayores de 65 años apenas alcanzaban el 4% de toda la población, así que para la sociedad no contaban mucho. Ahora son el 20% y muy pronto llegaremos al 30%. Los mayores son ahora muy visibles, su salud es mucho mejor y no dejan que se les ignore.
- ¿Una mujer o un hombre de 65 años es viejo?
- Las cosas han cambiado mucho. Por eso tendemos a distinguir diferentes fases a partir de esa edad, pese a que el criterio no sea uniforme del todo. Ahora mismo cuando se habla de vejez estamos hablando ya de los 90 años. La rigidez sobre los 65 años radica solamente en la edad laboral, el momento de la jubilación en el que, en muchos casos, se elimina del mundo del trabajo a gente que es capaz de seguir en la brecha.
- Tal vez no quieran continuar...
- Hubo un tiempo en el que la reivindicación de los trabajadores era reducir la jornada laboral, tanto en las horas diarias como en los días de la semana. Pero eso se diluyó y ahora mismo la jornada laboral sigue teniendo la misma duración que hace 40 años. Esto es anacrónico y tal vez podría ser más razonable que se trabajara menos tiempo durante más años.
«La demografía siempre ha servido para asustar, nacieran niños o no, hubiera emigrantes o no»
«Hay mucho nostálgico que habla de catástrofe si las familias blancas no tienen más hijos»
- Lo que usted propone es casi una revolución. ¿La pirámide demográfica lo exige?
- Es que ya ha cambiado casi sin que nos demos cuenta. En el caso del patrimonio, por ejemplo. Antes se transmitía de padres a hijos y así se heredaba la casa en la que vivir, las tierras en las que arar, el taller en el que trabajar. Si un joven espera ahora a esa herencia para iniciar su vida, lo tiene claro. Afortunadamente para sus mayores, que son quienes se han currado lo que tienen.
- Insiste mucho en que estas personas han trabajado, tienen una pensión, y además se la merecen, por mucho que haya un campaña alarmista sobre el envejecimiento de la población.
- Estamos hablando de gente que se ha jubilado y que ha tenido acceso a un trabajo ininterrumpido porque no se ha enfrentado a guerras o epidemias como les ocurría a otras generaciones. Los primeros trabajos de Ciencias Sociales respecto al envejecimiento se hacían con Cáritas, con la Cruz Roja, porque hablábamos de marginación y de escasa movilidad. Ahora son ellos los que viajan y eso, para mí, es esperanzador. Porque, egoístamente, no voy a ser un señor con una hernia, un melanoma y las piernas destrozadas de tanto trabajar la tierra. La gente que llega a los 65 años no está muy mal de salud ni tampoco desde el punto de vista económico como ocurría hace unos años.
- Habrá quién se sienta ofendido. Los más jóvenes, por ejemplo
- Pero vamos a ver. Quienes tienen su pensión y se la gastan es porque han trabajado toda la vida y la lógica dice que lo normal es que con los años vayamos obteniendo cosas o espacios. Comparar a aquellos mayores de los años 70 con los de ahora es favorable a esta época, pero también te digo que a esos chicos de 25 años que se quejan les ofrecería cambiarse por los que tenían esa edad en aquella misma época.
- ¿Por qué sociedad envejecida es un apelativo que da tanto miedo?
- Mire, en esta sociedad hay mucho nostálgico que esgrime la familia tradicional, con hijos blancos, por supuesto, como solución a todos los cataclismos que aventuran si las mujeres no tienen más niños. Existe incluso una formación que se llama Renacimiento Demográfico de España, integrado por personas de ideología diversa, que insiste en la necesidad de que la gente tenga hijos, aunque siempre dentro del concepto tradicional de familia. Esto es arcaico, este tipo de 'lobbys' natalistas circulaban en Francia en los años 30. Se olvidan que la cuestión no es parir, que cuando un niño nace si no haces nada por él se muere. Se olvidan también de que un trabajador no puede pagar los estudios de cinco hijos porque no le llega.
- Muestran datos que asustan.
- La demografía siempre se ha utilizado para asustar a la gente, sea porque tiene muchos hijos o porque tiene pocos, porque hay mucha mortandad o porque la gente llega a viejo. ¿Sabes una cosa? Si consigues asustar a la gente conseguirás que hagan lo que tú quieras. Este tipo de asociaciones muestran carteles de supuestos campesinos del mundo rural con bastón como si ese es el futuro que nos espera si no tenemos hijos.
- Se habla de la despoblación de las zonas rurales y el problema que ello supone.
- Para empezar, este fenómeno se debe a la emigración, no a que las mujeres no tuvieran hijos. Puede que hayan tenido cinco o siete, pero todos se van a vivir a ámbitos urbanos. Otra cosa es el debate que se está generando sobre el reparto de recursos públicos, la presión de las comunidades con menos población, incluso la ponderación de voto, pero esto es algo que no tiene que ver con la demografía.
- Defiende que la actual pirámide poblacional está llena de oportunidades.
- Parece mentira que haya que constatar que tenemos menos hijos, pero que viven más. En el ámbito familiar, tus padres no se mueren cuando tienes tres años y con doce tienes que ir a cuidar cabras al monte o ocuparte de tus hermanos mientras tu madre trabaja. Los padrinos y madrinas son unos señores que traen pasteles o te hacen un regalo, no quienes se han comprometido a encargarse de ti si se mueren tus padres. ¿Eso no es una ventaja? Desde el punto de vista de recursos humanos para las empresas, cómo no tenemos que explotar a la gente de forma preventiva, su hora de trabajo rinde cien veces más. Avanzan en productos para mayores, discapacitados o dependientes. Vivimos en un mundo opulento y es sangrante que alguien no pueda salir a la calle.
- Pero la calidad de vida...
- Conocí al que fue el hombre más longevo de Europa, un menorquín de 112 años con un sentido del humor envidiable, socarrón y divertido. Y a una mujer de 109 a quien cuidaba una nieta monja. Decía que se quería morir cada pocos minutos. No era la edad, ni el estado físico, era sobre todo el entorno en el que se movían.
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