Basazabal, ganador siete años después

Aunque el ambiente no fue el habitual, el protagonista siguió siendo el mismo: el queso. Pastores y queseros aprovecharon la ocasión de poder juntarse y pasar una bonita y calurosa mañana entre viejos conocidos.

El campeonato de queso contó con dos participantes más que la pasada edición. 22 productos en total, de diferentes sabores y características, que un jurado formado por nueve integrantes probó y analizó minuciosamente durante toda la mañana.

Tras casi tres horas de cata, el jurado proclamó ganador a Javier Muñoa, del caserío Basazabal de Zerain, quien subió alegre a recoger el premio, ya que no esperaba la victoria. Muñoa participó recientemente en el campeonato de quesos de Araia con un queso parecido al ganador de Legazpi, pero no logró clasificarse. «Estoy sorprendido, como en Araia no me clasifiqué pensaba que hoy tampoco lo haría», señalaba el de Zerain. Un queso ahumado, del 24 de enero, fue el gran protagonista de la mañana.

El vencedor del año pasado, Eneko Goiburu, del caserío Ondarre de Segura, se tuvo que conformar con el segundo puesto en el concurso y un premio de 375 euros. En tercer lugar quedó Beñat Egaña del caserío Goienetxe de Mutriku, seguido de la quesería Olalde de Legorreta, y de Joseba Insausti, del caserío Otatza de Ordizia. El sexto puesto fue para Ander Barandiaran de Gaztañaditxulo.

El jurado también premió al mejor queso local, que en esta ocasión fue para Aitor Mantxola, del caserío Makatza, al igual que en las pasadas dos ediciones. Para Mantxola, la de ayer volvió a ser una edición «triste», ya que no hubo tanto movimiento de gente, aunque recalcaba que «esto es mejor que nada».

El concurso se celebró bajo estrictas medidas de seguridad debido a la pandemia. El jurado se dividió en tres mesas, con tres componentes en cada una de ellas: un experto de la denominación de origen Idiazabal, un pastor de fuera del territorio guipuzcoano y personas reconocidas en el ámbito cultural y gastronómico, que en esta ocasión fueron la actriz de la serie 'Goazen' María Redondo, la presidenta de la asociación de Trikitixa de Euskal Herria, Agurtzane Elustondo, y Alfredo Medina, maestre de la Cofradía de Quesos de la Mancha. Ane Miren Agirrezabal, técnica de agricultura y urbanismo del Ayuntamiento de Legazpi, recordaba que «antes todos compartían una sola mesa, y todo era más cercano, ahora cada uno tiene una mesa y se tienen que respetar las distancias».

Los diez primeros clasificados de ayer en Legazpi consiguieron el pase para el Concurso de queso pastor de Euskal Herria, que se celebra todos los años el segundo domingo de octubre en Idiazabal. En esta ocasión la fecha caerá el día 10 y allí se darán cita los diez mejores quesos de cada territorio. En el concurso de Uharte-Arakil se clasifican las queserías navarras, y el 5 de octubre será el turno de los alaveses en el concurso que se celebrará en Agurain. En cuanto a los vizcaínos, al ser menos queseros está pendiente de confirmación el lugar y día en el que se celebrará su campeonato.

No está siendo una buena época para los pastores. La pandemia ha dañado al sector, muchas ferias no se están celebrando y las ventas han bajado, al margen de que a los queseros cada vez se les está complicando más la burocracia y el papeleo. «Tenemos que tener la documentación a rajatabla siempre y se nos complica mucho el trabajo», admitía Javier Muñoa. Además, se lamentaba por la situación de algunos compañeros pastores: «hay gente que lo está pasando muy mal, nadie está a salvo».

La productora local Arantza Segurola echa mucho de menos el movimiento de la gente en su caserío Erraizabal de Legazpi. «Aunque en los meses de verano ha venido más gente, ya no tenemos tantos visitantes que se acercan a por nuestro queso al caserío», añadía Segurola. En Erraizabal, aparte de la quesería, tienen un museo del queso y antes de la pandemia recibían la visita de grandes grupos de personas. Desde el confinamiento no han vuelto a abrir el museo y ya no reciben visitas. Durante 26 años han acercado el mundo del pastoreo a los que lo desconocían, tanto a grupos escolares como a jubilados. «Ahora que no hacemos visitas nos hemos dado cuenta de todo el trabajo que hemos hecho», admitía.

La alcaldesa de Legazpi, Koldobike Olabide, recordó que hay que dar visibilidad al sector y que es muy importante seguir contando con ellos aunque sea en pequeña escala. «Esperemos que el año que viene el Artzain Eguna se pueda celebrar con total normalidad», recalcó.