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Se supone que eran amigas. Tanto, que una de las mujeres terminó prestándole a la otra hasta 60.000 euros en varias aportaciones con el fin de que la beneficiada pudiera sufragar las diferentes gestiones necesarias para acceder al cobro de una supuesta herencia de un millón de euros. Sin embargo, ni la una tenía legado alguno por percibir, ni la otra vio devuelto el dinero que había facilitado, por lo que acabó demandando a su amiga. La Fiscalía de Gipuzkoa imputa a la denunciada un delito de estafa agravada por el que reclama una condena de cuatro años de prisión. El juicio tendrá lugar este lunes, día 27, en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa.
Los presuntos hechos tuvieron lugar entre mayo de 2020 y noviembre de 2021 según recoge el escrito de acusación del Ministerio Público, al que ha tenido acceso este periódico. La acusada prestaba servicios en dos locales de Donostia e Irun, y la procesada le suministraba productos de belleza, ropa y complementos. Con el tiempo, el vínculo comercial derivó en una relación de amistad, de la que presuntamente se valió la procesada para intentar obtener un dinero de manera ilícita.
Así, «inventó haber sido agraciada con la herencia de un cliente que ascendería a un millón de euros», pero para poder cobrarla debía sufragar diversos gastos, como traductores, abogado, tasaciones, viajes al lugar donde radica el caudal relicto... Para afrontarlos, pidió a su amiga que le prestara dinero con la promesa de que se lo devolvería «con suculentos intereses» a cuenta de la herencia.
De este modo, a través sobre todo de mensajes de audio y de texto así como llamadas por WhatsApp, la procesada explicaba a la benefactora «los avances en la gestión de la herencia», de manera que «cada vez que obtenía dinero» de la presunta víctima, le pedía «más para salvar un nuevo escollo».
Según el relato de los hechos por parte de la fiscal, la prestadora fue retirando diferentes cantidades de dos cuentas bancarias –una de la que es cotitular y otra que está a nombre de su madre pero ella está autorizada– y de un dinero que guardaba en casa fruto de su actividad comercial y del desempeño de labores de limpieza. También llegó a pedir dinero a sus amistades con el mismo fin.
En total, las distintas sumas que supuestamente aportó a la encausada «alcanzan los 60.000 euros». Varios préstamos se formalizaron mediante giros a través de Correos o de empresas de transferencias monetarias por internet, mientras que otros fueron realizados en encuentros presenciales con una tercera persona –en localidades como Donostia, Pasaia, Errenteria o Biriatu– en los que la denunciante prestó diversas sumas entre 1.000 y 4.000 euros. Finalmente, al no recibir su dinero de vuelta, la mujer interpuso una denuncia.
Como consecuencia de los hechos descritos en su acusación, la Fiscalía de Gipuzkoa imputa a la encausada un delito de estafa agravada por el que reclama una condena de 4 años de cárcel. Las partes están citadas este lunes, a las 9.30 horas, en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa.
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