Ikea quiere comprar la lana vasca
La empresa sueca ha visitado algún caserío en Gipuzkoa para ver la materia prima e intentar cerrar la compra de 700 toneladas
La lana vasca vuelve a revalorizarse internacionalmente. La multinacional sueca Ikea, dedicada al mobiliario de hogar, no solo ha mostrado interés por este ... producto, sino que en los últimos días, algunos representantes de la empresa han visitado Gipuzkoa para ver in situ en algún caserío la materia prima con la que quieren trabajar, y reunirse con técnicos y agentes del sector rural para tratar la posible adquisición de toda la lana latxa y karrantzana de Euskadi.
La internacional sueca está interesada en «adquirir las más de 700 toneladas de lana» vasca que se generan al año, 200 toneladas en Gipuzkoa, «para reutilizarla y destinarla a la elaboración de diferentes productos que comercializarían en sus tiendas», según ha podido saber este periódico. Aunque las partes implicadas en la negociación no confirman ni dan detalles de la misma, parece que el interés puede dar un resultado fructífero, ya que Ikea va a comenzar a realizar pruebas con la lana para la fabricación de algún producto destinado al hogar –que tampoco han querido avanzar–, y ver el resultado. El proceso podría alargarse hasta dos años. Y sería entonces cuando entraría la fase de comercialización. El mutismo sobre esta operación hace que los pormenores del posible acuerdo inicial alcanzado –que no confirman pero tampoco desmienten las fuentes consultadas– impide conocer de momento más información, más allá de que la operación está en marcha.
Con este proyecto «se pretende dar una salida estable al volumen total de la lana de latxas»
El interés de la firma sueca se originó a raíz del reportaje 'Nadie sabe qué hacer con la lana' publicado en este periódico el pasado mes de junio, donde se reflejaba la dificultad de los pastores para dar salida comercial a la lana. Representantes de Ikea se interesaron entonces por contactar con el sector y analizar la posible compra de esa lana de ovejas vascas. Una vez realizados los primeros contactos, a partir de ahora se abre un proceso de negociación largo, pero si Ikea y los responsables vascos llegan a un acuerdo, se vislumbra un buen futuro para dar salida a la lana en Euskadi. Una muy buena noticia que ha abierto una puerta a un producto que durante las últimas décadas ha visto cómo perdía valor.
En busca de diferentes vías
La propuesta de Ikea sería una alternativa interesante, ya que los últimos años las agencias de desarrollo local han tenido la ardua tarea de buscar un proyecto que diera salida a la lana que recogían por toda Euskadi. Es conocido el casi nulo interés que encontraba la lana de oveja latxa y karrantzana en el mercado. Ante la dificultad de venderla directamente como antaño, los pastores vascos buscaban apoyo para vender un producto que no querían almacenar en sus explotaciones.
Acabó convirtiéndose en un gran problema que se repetía año tras año, y suponía más de un quebradero de cabeza por el volumen de espacio que ocupaba. Ante esta preocupante realidad, algunos pastores recurrieron a las agencias de desarrollo local. «Se percibía la caída de las ventas y la pérdida de mercado y hace tres años comenzamos a estudiar otros proyectos que fueran a valorizar este producto», destaca Yurre Peñagarikano, gerente de Urkome, una de las agencias de desarrollo rural de Gipuzkoa.
Pero «la problemática de la lana no es exclusiva de Gipuzkoa, o de Euskal Herria, es a nivel mundial. Antes se aprovechaba la lana. Hoy en día, en cambio, se utilizan mucho más los materiales sintéticos, polímeros, plásticos...». Tienen un coste «inferior al que supone la manipulación de la lana, por lo que el mercado apuesta por otros productos no naturales que son mucho más baratos, sobre todo en el mercado textil, que ha dejado de utilizar la lana y ha generado una crisis en el sector», insiste Peñagarikano.
Gran implicación
Las malas perspectivas de mercado no hicieron desistir a los técnicos responsables del ámbito rural para buscar alguna alternativa. «Diferentes agentes y técnicos de departamentos vinculados con el medioambiente y desarrollo rural del ente foral, hemos apostado conjuntamente por desarrollar proyectos para revalorizar este producto. Este año, diferentes agentes de Euskadi, Iparralde y Navarra nos hemos presentado a un proyecto europeo y así lograr dar salida a la lana. Buscamos una propuesta para la manipulación o transformación de la lana y no hemos cerrado la puerta a ninguna opción que se nos ha presentado hasta ahora», reconocía Yurre.
Previamente, desde las agencias de desarrollo rural habían contactado con una empresa que trabajaba con la lana en Iparralde. Se trata de la pequeña empresa Iletegia. «Hacen diferentes productos con la lana. Se encargan de todos los procesos necesarios para su manipulación: desde lavarla, cardarla... después hacen colchones, bolsas...».
La gerente de Urkome reconoce que han trabajado duro «abriendo diferentes vías y buscando alternativas. En la Diputación Foral de Gipuzkoa diversas empresas han presentado diferentes propuestas. Entre ellos, Saiolan que tenía un proyecto de impulso en la economía circular en el sector ovino, en el que nosotros como Landaola, la asociación que engloba las agencias de desarrollo rural, también hemos colaborado».
En la apuesta por buscar un futuro a la lana, además de las agencias de desarrollo rural, está implicado el grupo cooperativo liderado por Latxa Esnea, que trabaja con Landaola y diferentes organismos como Arabalanda, Bizkaimendi –Asociaciones de Desarrollo Rural de los Tres Territorios de Euskadi, Ekolber y Neiker Tecnalia.
Todos ellos se han marcado como principal objetivo la valorización de la lana de las explotaciones de oveja latxa. Para ello, buscan «la realización de un trabajo conjunto, entre los distintos agentes implicados, para conseguir la creación de un producto elaborado con plástico biodegradable a partir de la lana de las explotaciones, cuya comercialización pueda aportar valor a las explotaciones».
Con la puesta en marcha de este proyecto «se pretende dar una salida estable al volumen total de la lana de ovejas latxas, aprovechando la especificidad de esta lana que la hace única», así lo explica Virginia Ortiz de Barrón, miembro de Latxa Esne kooperatiba. «Pusimos en marcha el pasado año un proyecto innovador para la valorización de lana de explotaciones de oveja latxa, a fin de lograr una alternativa no convencional al uso de la lana de oveja latxa y conscientes de que la Cooperación es la base para encontrar soluciones a las dificultades del sector», asegura Ortiz de Barrón.
«La lana recogida se procesará mezclada con un nuevo bioplástico de colágeno»
Además, se busca «que en el proceso de tratamiento de la lana se evite el tradicional lavado, con los beneficios medioambientales que la eliminación de esa fase conlleva, y el producto resultante proyectado prevé que resuelva otro problema respecto al producto que sustituye, ya que por su condición de biodegradabilidad no sería necesario separarlo de restos orgánicos».
«La lana recogida se procesará mezclada con un nuevo bioplástico de colágeno. En la producción del bioplástico de colágeno y en su transformación en producto final se combinan la tecnología tradicional del cuero, del caucho y del termoplástico», explicaba Ortiz de Barrón. «Es un nuevo material obtenido mediante un tratamiento químico-mecánico-térmico de los desechos industriales ricos en colágeno (piel de animales y similares) y en el cual el colágeno pasa de su estructura fibrilar nativa a otra lineal (colágeno desnaturalizado) de alto peso molecular y de características significativamente distintas», destacaba.
Un bien muy preciado antaño venido a menos
Atrás quedan aquellas estampas en las que las mujeres golpeaban la lana en un prado cercano al caserío después de lavarla en el lavadero y secarla al sol. Lana que utilizaban para rellenar o renovar cada año los colchones de toda la casa, para lo que eran necesarios entre 10 y 12 kilos.
La lana era un bien preciado hace no muchas décadas y se pagaba un buen precio por ella. 50 duros (1,5 euros) por kilo, en aquellos años en los que la fábrica Alberdi-Capañas de Tolosa y otra que existía en Bergara compraban a buen precio la lana. En aquella época de bonanza en las ventas de lana, quienes trabajaban en el sector reconocían que se apreciaban diferencias de lana entre la propia raza latxa. Por ejemplo, las ovejas que pastan en Aralar son las que mejor lana tenían. Más limpia y más blanca, y por tanto, se cotizaba más. Las ovejas de morro negro tenían la lana más gris, más oscura y no gustaba tanto. El ganado que pastaba en zarzales perdía mucho pelo porque se engancha constantemente y se le rompe, así que su lana tampoco era considerada de calidad. Por unos u otros motivos, la calidad de la lana de la oveja latxa no ha podido competir con la de otras razas muy extendidas en Burgos, Soria o Valladolid, al tratarse de una lana mucho más fina y corta, que se utiliza para hacer hilo. De hecho, la lana de oveja latxa sólo se emplea para la confección de alfombras y moquetas.
Hoy en día, el coste de un esquileo en condiciones justas para los trabajadores se valora en 1,60 euros por oveja, el precio de lana en los últimos años ha oscilado entre (0,18-0,24) euros/kg. Considerando una producción media por oveja, entre (1,5 – 2 ) Kg de lana, esto supone que para el pastor, la producción de lana está suponiendo un coste entre 0,56 euros/kg y 0,88 euros/Kg, o lo que es lo mismo, un coste entre 1,12 euros/oveja y 1,33 euros/oveja.
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