«La inteligencia artificial solo es una herramienta»
El futuro ·
Alumnos de la primera promoción del grado de Inteligencia Artificial de la UPV hablan, junto con uno de sus profesores, de una disciplina que causa tanto miedo como esperanzaFue una especie de explosión. Hasta no hace mucho pocos habían oído hablar del ChatGPT y de repente, como si hubiera estado oculta detrás de ... un telón a la espera de una señal del apuntador, surge la inteligencia artificial (IA) para dar un susto a los espectadores, que somos nosotros. Lo que antes era ciencia ficción, la distopía de un mundo gobernado por máquinas más inteligentes que el ser humano, cobra ahora visos de realidad y ya hay quien advierte de los riesgos del monstruo que estamos creando. Si es que es un monstruo, que no se sabe.
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Quizá el riesgo no sea para tanto, aunque tampoco se sabe. Lo que sí parece seguro es que, aunque ya forma parte de nuestras vidas desde hace años, la IA va a tener cada vez más presencia en todos los ámbitos de la sociedad. Estamos en los comienzos de un camino hacia un futuro difícil de imaginar por el que transitarán Oier Ijurco, Ainhize Legarreta y Miren Samaniego, alumnos de tercer curso del grado de Inteligencia Artificial que imparte la Universidad del País Vasco en Donostia. Cuando el próximo curso terminen sus estudios, formarán parte de la primera promoción especializada en una disciplina que va a revolucionar el mundo. Junto con su profesor Gorka Azkune, intercambian impresiones en una sala de la Facultad de Informática sobre lo que consideran una simple «herramienta» y los miedos que suscita.
«Nosotros no lo vemos tan peligroso», dice Miren. Todos coinciden en eso, pero son conscientes de que hay mucha gente que no comparte su opinión, empezando por sus propios amigos. «La gente nos pregunta por la inteligencia artificial, y más ahora que está de moda y hay alarmismo», afirma Gorka. «Lo ven relacionado con los robots, tienen miedo a que invadan el mundo y se vuelvan más inteligentes que nosotros», explica Ainhize.
Las frases
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Gorka Azkune | Profesor de IA «Las máquinas llegarán a ser bastante más inteligentes que nosotros. Es cuestión de tiempo»
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Ainhize Legarreta | Alumna «Los beneficios de la IA son muchos, pero tiene sus riesgos. Hay que aprobar leyes para que la gente no la use mal»
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Miren Samaniego | Alumna «La IA se puede aplicar a cualquier ámbito imaginable. En el futuro viviremos con ella con total normalidad»
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Oier Ijurco | Alumno «Se ha llegado a un punto en el que es muy difícil saber si una pintura ha sido hecha por un humano o una máquina»
Es algo que no va a suceder, según los estudiantes. «Pueden llegar a tener más inteligencia que una persona, pero no más que todas las personas del mundo. Las máquinas funcionan con datos que les ofrecemos nosotros y que son nuestros», dice Ainhize. «Eso de que van a tomar inteligencia propia y van a dominar el mundo es algo que no lo veo. ¿Todo lo que podemos hacer nosotros lo puede hacer una inteligencia artificial?», se pregunta Miren.
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El profesor no está de acuerdo. El cree que sí, que la IA sí que puede superar al cerebro humano. «Teóricamente no hay ningún límite. Por mucho que nos parezca algo impresionante, nuestra inteligencia no tiene por qué ser la cosa más grande del mundo. Yo sí creo que serán más inteligentes que nosotros y bastante más, es cuestión de tiempo».
«Como un martillo»
Dicho así, suena algo apocalíptico, como si la llegada del universo de Terminator, en el que las máquinas tratan de exterminar a la humanidad, sea inevitable. Pero puede que no sea para tanto. Quizá haya que ver las cosas desde otro punto de vista. «¿Por qué asumimos que un ser más inteligente que nosotros nos va a querer dominar?», cuestiona Gorka. «Los humanos somos dominantes porque hemos evolucionado en un entorno en el que o dominabas o te mataban, mientras que las inteligencias artificiales no van a evolucionar en un ecosistema así». Además, añade el profesor de la UPV, «la gente más inteligente tampoco suele ser la más dominante ni la más mala. Es más, los malos normalmente son bastante mediocres. El hecho de relacionar que sean más inteligentes que nosotros con que nos maten o nos subyuguen es lo que no veo claro».
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La aparición de ChatGPT, la IA que crea textos sobre cualquier asunto, desde la ciencia o la música a la actualidad informativa, ha hecho saltar muchas alarmas entre los mismos expertos en inteligencia artificial, que han reclamado que se regule este ámbito y han advertido sobre los riesgos que conlleva para la humanidad. Es un miedo que los tres alumnos y su profesor no comparten del todo. «La IA es una herramienta como puede serlo un martillo. Yo puedo usarlo para construir una casa o para pegar a la gente, depende del uso que se le dé. Tiene un potencial enorme para el beneficio de la humanidad, pero depende de cómo se use», asegura Gorka.
La IA puede emplearse para intentar amortiguar el cambio climático, diagnosticar enfermedades o generar nuevos medicamentos. «Podemos utilizarla para miles de cosas buenas, pero también malas, depende de cómo se regule», afirma el profesor, cuyos alumnos secundan sus palabras. «Se puede usar bien como una herramienta, aunque hemos llegado a un punto en el que tenemos infraestructuras tan potentes que puede dar miedo utilizarla mal, pero es una herramienta que nos ayuda en el día a día», señala Oier. Por eso todos consideran imprescindible regular legalmente el uso de la inteligencia artificial. «Sus beneficios son muchos, pero tiene sus riesgos. Hay que aprobar leyes para impedir que la gente la utilice mal», dice Ainhize.
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Lo verdadero y lo falso
Hay expertos que advierten de que la IA ya se está utilizando para borrar la frontera entre lo verdadero y lo falso, y que avisan de los riesgos de crear un mundo en el que cueste distinguir la realidad de la ficción. «Se está llegando a un punto en el que es muy complicado decir, por ejemplo, si una pintura ha sido hecha por un humano o por una máquina. Es muy difícil saber qué es la realidad y qué está hecho por una IA, es algo que tenía que pasar. Va a llegar un momento en el que incluso lo que hay ahora va a quedar superado», asegura Oier.
Para Gorka Azkune, esto no es una novedad. «Este problema ya existía. Antes de la IA ya teníamos el photoshop y gente que escribía artículos falsos y publicaba noticias falsas», dice. Es posible que con la inteligencia artificial «cambie la escala, que todo esto sea más fácil de hacer y que más gente pueda hacerlo», pero de nuevo «la verdadera carga está sobre la sociedad». «Lo que necesitamos no es prohibir la IA para que esto no ocurra, sino educar a la sociedad para que sea capaz de distinguir o al menos dudar de la información que se le está dando», recalca.
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La conversación sobre los límites entre lo real y lo ficticio avanza y se adentra por terrenos sugerentes. «Siempre he pensado que si de alguna manera fuésemos capaces de crear una simulación de nuestra sociedad, no podríamos decir que nosotros mismos no somos una simulación», dice Miren. «Matrix», apunta el profesor. «Exacto», confirma la alumna. «Nadie nos podría decir que no lo somos, no hay pruebas», insiste.
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