La calle de la memoria guipuzcoana
Ostras caídas del cielo… o más bien de un camión accidentado en Errenteria. Repasamos otras inocentadas locales publicadas en DV
El 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, era y es el día de las bromas y las falsedades para los crédulos. Ahora están ... algo de capa caída, acaso porque nos hayamos menos ingenuos o porque estamos cansados de recibir 'inocentadas' todos los días del año. En distintas épocas, los diarios se han sumado con mayor o menor intensidad a la práctica de la inocentada periodística, que es un género en sí misma. Para que funcione, la falsa noticia debe dar que hablar y jugar con la ingenuidad ajena, tener un punto de verosimilitud o conectar con algo que está en el imaginario colectivo.
Aun cuando DV ha prescindido de publicar una gran inocentada, sus corresponsales en las localidades guipuzcoanas mantuvieron la tradición. Por ejemplo, en 1980 encontramos, en la edición de la comarca de Donostialdea, dos inocentadas clásicas en la misma página.
Con baldes y cestas
Rafa Bandrés, corresponsal en Errenteria, inventaba una noticia que, de haberse producido, hubiera sido para algunos un «inesperado y delicioso regalo de Navidad». El accidente de un camión que transportaba ostras habría desparramado por el suelo muchos mariscos, que los renterianos más vivos habrían recogido para su consumo.
Para que la cosa pareciese cierta, Bandrés daba todo tipo de detalles: «El tráiler frigorífico matrícula 755PK84, conducido por Pierre Mihura Caubet, esta madrugada ha colisionado, por causas desconocidas, contra el pretil del puente llamado de las monjas, volcando aparatosamente su gabarra frigorífica, quedando esta abierta por un costado y desparramándose su delicada mercancía hacia la plaza de Santa Clara: ostras. El chófer resultó ileso».
Nada menos que dieciséis toneladas de ostras por el suelo… durante poco tiempo: «Un gran número de personas con baldes y cestas han recogido cantidad de ostras, que por las fechas en que estamos han caído en muchos hogares como un inesperado y sabroso regalo de Navidad».
La inocentada guardaba relación con un tema del que entonces se hablaba en Errenteria, el paso de grandes transportes por la localidad para evitar pagar el peaje de la autopista.
En la misma página de 1980, el corresponsal de DV en Pasaia, Iñaki Becerra, picaba la curiosidad de los lectores para que se acercaran al muelle Avanzado Molinao del puerto, donde iba a verse una descarga formidable.
Un gran buque brasileño acababa de llegar con 128 animales salvajes con destino al zoo de la Casa de Campo de Madrid, que iban a convertir el puerto pasaitarra en «zoológico por unos días». Iba a ser sensacional ver descargar animales insólitos. «Destacamos por su espectacularidad 5 elefantes, 3 machos y 2 hembras con un peso cada uno de entre 5 y 6 toneladas. Un grupo de 11 leones, 6 machos y 5 hembras, dos de las cuales han estado sometidos a continua vigilancia por estar en próximo estado de alumbramiento».
Becerra también llamaba la atención sobre otros animales «por su rareza y que han sido poco vistos en nuestra península», entre ellos un asno mezcla de caballo y yegua y «un amplio grupo de grandes serpientes entre las que destacan por sus magnitudes la Cobra Esputante, la Mamba Verde y la Víbora del Gabón».
¿Cuántos inocentes lectores acudirían al puerto en busca de aquella insólita reunión de animales exóticos?
Un portahelicópteros
El corresponsal Iñaki Becerra debía de tener mucho interés en llenar el puerto pasaitarra de curiosos, puesto que dos años después publicó, esta vez no en la edición comarcal sino en las páginas generales, otra inocentada que llevaba la atención hacia allí. En ese caso, había atracado en la bahía pasaitarra uno de los grandes navíos de la Armada española, el portahelicópteros Dédalo.
Según se publicó el 28 de diciembre de 1982, «ayer lunes con la marea de la tarde, hizo entrada en la bahía pasaitarra escoltado por las fragatas de nueva construcción Baleares y Andalucía y los submarinos F-35 y F-36». La estampa se completaba con varios helicópteros Cobra.
La supuesta información se reforzaba con un fotomontaje que mostraba claramente la presencia del portahelicópteros, con capacidad para 1.200 tripulantes.
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