¿Alaberga o Alabarga?
Una letra dio que hablar hace cuarenta años, cuando se puso en duda la correcta denominación del barrio de Errenteria
Los topónimos son cosa seria. Hace cuarenta años, la página de la edición que DV dedicaba a la Comarca de San Sebastián fue el escenario ... de una controversia sobre la correcta denominación de un barrio de Errenteria: ¿Alaberga o Alabarga? Apenas es una letra de diferencia, pero suficiente para suscitar los comentarios de unos y otros.
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Todo empezó en la edición del 11 de agosto de 1985, cuando el corresponsal de EL DIARIO VASCO en Errentería, Rafa Bandrés, llevó al papel una duda que ya se comentaba en algunos círculos de la villa…
Aunque los primeros proyectos empezaron en la década de los años 40, fue en 1953 cuando se levantaron las 565 viviendas de lo que empezó llamándose barrio de Alaberga. Sin embargo, había quien decía que el topónimo preciso era Alabarga, con a.
Escribía Rafa Bandrés…
«Días pasados, hablando sobre el nuevo Hogar-Club de Jubilados y Pensionistas 'La Magdalena' del barrio de Alabarga, a petición de varios vecinos, nos dijeron que no era 'Alaberga', sino 'Alabarga'. Que así era en realidad el nombre del caserío del que se tomó el nombre de este simpático barrio».
El corresponsal había detectado «dos versiones sobre el verdadero nombre del citado barrio». Sobre una de ellas, «contradiciendo mi artículo, o a mis informaciones, nos cuenta un señor muy renteriano y con años de solvencia, que él y uno de sus hermanos pasaban muchas horas en dicho caserío 'A la Varga'».
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«¡A la verga...!»
Por el contrario, la teoría que apoyaba el topónimo Alaberga partía no del caserío sino de la primitiva configuración de Pasaia y Errenteria…
«Cuando todavía no se había construido el puente de hierro del tren junto al túnel que viene de la parte de Pasajes, los veleros salían de los puertos de Rentería, según las versiones, al llegar los veleros a la altura del caserío de marras, el que mandaba en el velero le daba la orden a grito fuerte: '¡A la verga..!'. En los veleros se llama 'verga' al palo mayor que en la proa llevaban, junto a otros palos menores (…). De ahí, según este versado señor, nos dice que viene lo de 'A la Verga', y no Alabarga, que no tiene significación alguna».
La cuestión despertó controversia en el periódico y entre los vecinos del barrio. Así lo indicó Rafa Bandrés cuando volvió al tema en la edición del 14 de agosto de 1985…
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«Es interesante cuando los mismos habitantes del barrio de Alaberga se han movido con la inquietud de aclarar el verdadero nombre del barrio, aunque todavía quede el resquemor en algunos de que es Alabarga, y sigan indagando y buscando indicios que acaben por dar una solución al tema».
Mirando con lupa
En todo caso, el corresponsal daba por zanjada la cuestión gracias a la aportación que hizo entonces el párroco de Alaberga (usemos ya sin reparo este término), Gotzon Vélez de Mendizábal, quien afirmó: «Hoy creo poder ofrecer un argumento definitivo para demostrar que el barrio debe seguir llamándose ALABERGA».
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Lo dijo entregándole a Bandrés «una vieja foto, sobre el año 1940, donde se encuentra la familia del caserío Alaberga en una merienda familiar». El diario reprodujo aquella foto, aunque no se apreciaba el dato crucial, explicado así por el párroco: «Sobre una puerta se observan unas letras ilegibles a simple vista, pero que analizadas con lupa dicen: ALAVERGA». Y contaba que los habitantes del caserío daban la misma explicación sobre el origen del nombre del caserío, luego extendido al nuevo barrio, «el grito de '¡A la verga!' de los patrones de los veleros».
Y, aunque alguno no se quedó convencido, los vecinos de esta zona de Errenteria siguieron llamando Alaberga a Alaberga.
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