The Warren House Inn es una posada aislada del mundo, junto al parque nacional de Dartmoor, al sur de Inglaterra. Ocupa un páramo desolado, azotado ... por los vientos, al que no llega la red eléctrica ni el agua corriente y, cada vez que nieva, queda incomunicado durante semanas. The Warren House Inn abre 7 días a la semana desde que nació para dar cobijo a los trabajadores de las cercanas minas de estaño. Los mineros sabían que, detrás de la puerta, siempre encontrarían un lugar caluroso donde secarse los huesos calados por la humedad del subsuelo. La posada actual reemplazó en 1845 a otra que ubicada al otro lado de la carretera. El entonces propietario cruzó la calle con una piedra de turba de carbón humeante que rescató del viejo pub y con ella prendió la lumbre de la chimenea nueva. Desde entonces, Peter, Jane, William y los anteriores dueños han mantenido encendido el fuego, día y noche, durante 178 años.
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Mantener vivo el fuego exige mimo y constancia. Cada noche Peter baja la intensidad de las llamas, las cubre con ceniza para mantener el calor y al amanecer sacude el polvo, coloca un par de ramas secas y atiza la lumbre hasta que prende. Algo parecido ocurre con los sueños. En los momentos bajos la falta de atención amenaza con apagarlos pero, si la ilusión aviva su llama cada noche, a la mañana siguiente te empujan a levantarte. Sólo la esperanza consigue que los sueños permanezcan vivos hasta que llegue la oportunidad de hacerlos realidad.
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