Plaza de Gipuzkoa

...y Caballero.

Guille Viglione

San Sebastián

Sábado, 27 de abril 2024, 02:00

Las profesiones creativas se sustentan en relatos, más propios de las leyendas bélicas, que enaltecen el sacrificio y la obediencia ciega. Todos podemos triunfar pero ... debemos estar dispuestos a sufrir y renunciar a nuestra dignidad para alcanzar nuestro sueño. Ese relato ha fijado la idea de que los líderes deben comportarse con sus discípulos con la crueldad con la que el sargento Foley formó a Richard Gere en Oficial y Caballero.

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Los «concursos de talentos» siempre incluyen entre sus jurados a algún personaje que hace gala de su soberbia y disfruta humillando a los concursantes. En los concursos de cocina esa inhumanidad se justifica en pos de una supuesta búsqueda de la excelencia. Esta semana hemos visto, en un popular concurso culinario, cómo los jurados despreciaban ante sus compañeros a una concursante por abandonar el programa para preservar su bienestar emocional.

Algunos argumentarán que las frases despectivas, las miradas altivas, la vileza de los jurados son parte de un guion establecido. Aún peor. Esta conducta premeditada normaliza el maltrato sicológico y lo muestra en una tele pública como una estrategia de los líderes para sacar lo mejor de su equipo. Aprendí de los frailes y de mis primeros jefes que la letra con sangre entra y así lo apliqué. Me costó años de experiencia cambiar el guion, entender que el liderazgo es un servicio y no una posición de poder. Que abusar de los demás sólo es una demostración pública de tu incapacidad.

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