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Luis Tovar empaqueta una de las hamburguesas que preparan desde las cocinas de Gow Delivery. IÑIGO ROYO
Cocinas fantasma

Restaurantes sin comensales ni camareros

El auge de la comida a domicilio ha animado a tres jóvenes donostiarras a crear Gow Delivery, donde preparan solo comida para llevar

Patricia Rodríguez

San Sebastián

Martes, 18 de octubre 2022, 06:33

En las cocinas de Gow Delivery no hay rastro de barras ni camareros, tampoco clientes. En esta empresa donostiarra, las hamburguesas y 'pokes' salen de ... las cocinas y llegan directamente a casa. Se trata de la primera 'cocina fantasma' en Donostia –o 'dark kitchen' como se las conoce en el mundo anglosajón–, un local donde se prepara exclusivamente comida para llevar. Al frente de esta empresa que acaba de aterrizar en la ciudad están los donostiarras Luis Tovar, Ricardo Álvarez-Emparanza y Eduardo Kaibide, tres jóvenes emprendedores que durante la pandemia observaron cómo los nuevos hábitos de consumo, como el auge del delivery (entrega a domicilio), habían llegado para quedarse. Así crearon su propia marca de comida a domicilio 100% digital, donde los pedidos se realizan vía web, por teléfono, WhatsApp o Instagram.

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El local está dotado de una cocina para la elaboración de los alimentos y una zona de recogida destinada a los repartidores, que estos días circulan por diferentes barrios de Donostia sobre sus motos y patinetes eléctricos, «pero no es un local abierto al público como tal», aclara Ricardo, que explica de dónde surgió la idea de montar este modelo de negocio. «El origen de nuestro proyecto viene por los cambios de hábitos de consumo y ocio que hemos detectado estos dos últimos años a raíz de la pandemia. Mucha gente se ha acostumbrado a pedir a domicilio y creemos que estos cambios vienen para quedarse. La pandemia ha acelerado algo que iba a llegar en cualquier caso», comenta este donostiarra de 32 años. Así empezaron a darle vueltas y a plantar cara a los estándares clásicos de la restauración. «¿Por qué un restaurante tiene que tener un lugar físico, en una calle concreta? Se puede llegar al público de manera digital vía redes sociales, Google...», proponen.

Ricardo Álvarez-Emparanza, Luis Tovar y Eduardo Kaibide, tres jóvenes emprendedores. ROYO

Después de mascar la idea durante casi un año «y de comernos mucho el coco», la empresa echó a andar hace apenas un par de semanas, con repartos en la zona del Centro y Gros para poco a poco ir ampliando el servicio al resto de barrios. «La idea es ir creciendo y replicando esta fórmula por el resto de la ciudad», comentan estos tres socios.

La marca de comida a domicilio es 100% digital y los pedidos se hacen vía web, por teléfono, WhatsApp o Instagram

Sus esfuerzos los han dedicado tanto a la parte culinaria como a la imagen de marca y la logística. «Le hemos dado mucha caña a ofrecer un producto de calidad, porque tiene que ser fantástico y variado. Hemos empezado con las burgers y los 'pokes' y ahora vamos a lanzar una marca especializada en comida para niños, porque la parte de las familias es muy importante para nosotros».

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Luis rompe una lanza a favor de este tipo de comida al afirmar que «el 'fast food' también puede ser 'good food'; además cada vez hay más demanda y se cocina menos, sobre todo los jóvenes. Nuestras burgers son producto local de primera calidad, al igual que el pan. En Donostia somos muy de cocina tradicional pero no tiene por qué ser mejor un guiso que una hamburguesa si la calidad es buena».

«La gente se ha acostumbrado a pedir a domicilio tras la pandemia y eso ha venido para quedarse»

Otra de sus «obsesiones» es la parte del trayecto y la entrega. «Teníamos superclaro que el proyecto se iba a basar 100% en la parte del 'delivery' porque nos dimos cuenta de que había un hueco sin cubrir. Cuando entró el 'boom' del 'delivery', se convirtió en un complemento para muchos hosteleros, pero si combinas la atención en el local con el reparto no llegas a dar la calidad esperada. En Gow, al estar en un sitio cerrado, los procesos no se interrumpen con la entrada y la atención a los clientes, por lo que mejoran los tiempos» de preparación, envío y llegada de los alimentos. «Al hacer el reparto propio nos permite controlar todos los procesos y asegurar esa calidad. Sabemos en todo momento quien está repartiendo, a dónde, qué pedido...», añaden.

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Una de las hamburguesas que ofrecen en Gow Delivery.

Para conseguirlo, antes «nos hemos roto la cabeza. Las mochilas son calefactadas y van conectadas a la moto de una batería para que la comida te llegue caliente y las patatas, crujientes; el 'packaking' es un antigrasa, con agujeros para que no se cueza...», detallan estos tres amigos, a quienes su pasión por el emprendizaje les volvió a unir en este proyecto. Y aún les queda tela por cortar. «Tenemos muchas ideas locas que ya llegarán. Ahora contamos con las marcas Gow burger, Poké Gow, la de niños que vamos a sacar y otra de ellas que no es comida, solo podemos adelantar eso. En una mochila entran muchas cosas...», adelantan estos jóvenes, que llevan la sangre emprendedora en las venas.

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