El Gobierno Vasco aprueba una ayuda de hasta 2 millones para reabrir el vertedero de Epele

Epele, cerrado en septiembre de 2018 por decisión de la Mancomunidad, controlada por EH Bildu, tiene aún capacidad para acoger 324.730 metros cúbicos de residuos, según el Departamento vasco de Medio Ambiente, que quiere aprovecharlos ante la constatación de que la decena de vertederos operativos en Euskadi no sirven para cubrir las necesidades de las empresas y de que se están exportando desechos industriales a otras comunidades. Tras la inhabilitación de Zaldibar (500.000 toneladas anuales) y Mutiloa (350.000), Euskadi ha visto reducida a la mitad su capacidad de vertido, las infraestructuras activas no cubren las necesidades del tejido industrial, y estas aumentarán en los próximos años.

El departamento de Medio Ambiente que dirige Arantxa Tapia (PNV) ha iniciado el despliegue del nuevo plan vasco de gestión de residuos, que prevé construir hasta 2030 una decena de plantas de recuperación y eliminación controlada de desechos mediante valorización, que permitirán reducir en un 85% el material que acaba en vertederos. Serán plantas de tratamiento sectorializadas. Las dos iniciativas que se conocen hasta la fecha son una recicladora de plásticos en Zumarraga y una planta para la producción de cal a través de residuos de empresas recicladoras de papel. Esta última, proyectada en Bergara, cuenta con el rechazo del Ayuntamiento de la localidad.

Mientras se construyen esas nuevas instalaciones, y descartada la opción de abrir vertederos nuevos, la apuesta del Gobierno Vasco es optimizar los existentes y aprovechar los recursos disponibles. Es el caso de Epele, que mantiene vigente la autorización ambiental necesaria, tiene una capacidad conocida y, aunque se cerró en 2018, no se ha sellado.

El Gobierno Vasco entiende, precisamente, que la ayuda, además de financiar los gastos derivados de la reactivación y utilización temporal del vertedero, puede contribuir a financiar el coste de su posterior sellado, una vez se haya colmatado.

La cuantía final de la ayuda irá en función del volumen de residuos que lleguen a acogerse, una decisión que compete a la Mancomunidad. La propuesta del Gobierno Vasco llega hasta algo más de un millón de metros cúbicos, los casi 325.000 que quedaron sin utilizar tras su cierre y la posibilidad de ampliar hasta otros 700.000. Se trataría de residuos industriales no peligrosos procedentes de cualquier punto de Euskadi, no solo de empresas de la comarca. Se establecerá una comisión mixta de seguimiento para supervisar el nivel de vertidos que se vayan produciendo.

El Gobierno Vasco deberá negociar ahora la reapertura con la Mancomunidad de Debagoiena, gestora y responsable de la instalación, que además de decidir su cierre hace tres años, ya rechazó el año pasado recuperarlo para hacer frente a la urgencia tras el desastre de Zaldibar.