Gipuzkoa instalará a final de 2023 una planta de reciclaje en los terrenos de Arcelor en Zumarraga

El objetivo de la instalación es meter el bisturí en la problemática de los plásticos, de manera que se pueda dar una segunda vida a este material que no tiene salida y acaba en vertederos o en incineradoras. Requerirá una inversión de 80 millones de euros, aunque falta por concretar la manera en la que las distintas instituciones afrontarán su financiación. De momento, el departamento foral de Medio Ambiente ya presentó el proyecto a los fondos europeos Next Generation, en los que opta a conseguir hasta 55 millones de euros. La concesión de estas ayudas sería importante para las arcas públicas, dada la envergadura de la inversión, casi la mitad de los alrededor de 200 millones que costó la incineradora construida en Zubieta.

La planta de valorización de plásticos se presenta como la piedra angular del Polo de Innovación de la Economía Circular del Plástico que la Diputación pretende impulsar en Zumarraga. Para ello, el departamento de Medio Ambiente ha reservado una partida de un millón de euros en sus presupuestos para 2022, según presentó ayer el gobierno foral en las Juntas Generales.

La instalación contará con capacidad para tratar unas 33.000 toneladas anuales de residuos plásticos que no son reciclables a través de las tecnologías convencionales. Su procesamiento permitirá la obtención de aceite de pirólisis –denominado tacoil–, que servirá de materia prima para producir nuevos plásticos de una manera sostenible. Se respondería así al compromiso declarado de Gobierno Vasco y Diputación por favorecer políticas medio ambientales.

La compañía británica Plastic Energy –que ya dispone de sendas plantas en funcionamiento en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) y El Ejido (Almería)– aportará su tecnología a un proyecto que supondrá la generación de 40 empleos directos. Se ubicará en parte de los antiguos terrenos de la multinacional Arcelor Mittal, a la que el Gobierno Vasco ha comprado algo más de 150.000 metros cuadrados. Es casi la mitad de la superficie que ocupaba la acería que cerró en 2016, dejando 209 despidos, 21 prejubilaciones y 85 recolocaciones.

El Ejecutivo de Lakua «pondrá el suelo correspondiente» para la construcción de la planta, según confirmó Arantxa Tapia. «Nos vamos a implicar», aseguró, en una estrategia liderada por Diputación y Ayuntamiento pero por la que desde el Gobierno Vasco «queremos apostar», ya que su prioridad es dar respuesta a las necesidades vascas de reciclar plástico. Del mismo modo, Medio Ambiente resalta que se priorizará satisfacer la demanda de tacoil que puedan presentar las empresas de Euskadi.

La futura instalación significa «una muy buena noticia» para Zumarraga, valoró en este periódico su alcalde, Mikel Serrano, por lo que «el Ayuntamiento va a facilitar lo que pueda». El primer edil ya se ha reunido en Madrid con representantes de Plastic Energy, el propio Asensio y representantes del Ministerio de Industria, con el secretario general, Raúl Blanco, al frente.

Por su lado, José Ignacio Asensio considera que esta planta supone «un activo importante para la reactivación económica de Gipuzkoa y uno de los proyectos tractores para impulsar la economía circular y la transición ecológica» en el territorio. En su opinión, «permitirá mejorar el reciclaje de residuos plásticos, reducir la huella de carbono y disminuir la dependencia de los combustibles fósiles» gracias al sistema tecnológico del que dispondrá.

La tecnología que desarrolla y tiene patentada la multinacional Plastic Energy permite descomponer el plástico en materias primas y monómeros con los que se obtiene tacoil, una materia prima de similar calidad para fabricar nuevos productos a los que se obtienen a partir del petróleo. De esta manera, se podría evitar consumir derivados del 'oro negro', una de las ventajas del procedimiento que se pretende implantar en Zumarraga.

El proyecto requiere aproximadamente dos años para su puesta en marcha, que está prevista para el último trimestre de 2023. A su conclusión, se pretende poder procesar unas 33.000 toneladas de plásticos mixtos al año, a partir de las que se podrían producir unos 28 millones de litros de aceite de pirólisis (tacoil).

Este producto puede ser comercializado para la producción de carburantes y nuevos materiales plásticos destinados a sectores como el alimentario, y al mismo tiempo abre la puerta a un ciclo de recuperación infinito del plástico. Elimina la dependencia de los recursos naturales y contribuye a la descarbonización de la industria, destaca Asensio.

El complejo de Zumarraga y el de Bergara son dos de los diez proyectados en el plan para la gestión de residuos del Gobierno Vasco hasta 2030, que supondrá una inversión de 97 millones de euros. Además, se trabajará para lograr reducir los residuos totales en un 30%.