«Con este calor no duro mucho con la capucha»

José y Robinson trabajaban ayer a pocos pasos del ayuntamiento de Donostia, en la rehabilitación de una fachada de la calle Hernani. Los paseantes podían verles subir y bajar sin pausa por los andamios a pesar del calor. José, de origen latino, comenta que «este bochorno te atonta y provoca que el trabajo sea más pesado». Está acostumbrado a trabajar con temperaturas altas, pero afirma que «en San Sebastián lo peor es la humedad». Para combatirla, ambos compañeros se daban duchas improvisadas con bidones de agua. «Este calor es un poco agobiante, pero lo estamos llevando bien», bromeaban. Robinson, de origen brasileño, decía estar menos afectado por el calor. «En Brasil estamos acostumbrados». A pesar de ello, confiaba en que los próximos días el mercurio no suba mucho más.

Quienes paseaban ayer al mediodía por La Concha podían ver a Clara vendiendo helados y bebidas en su pequeño puesto azul y blanco. Cuenta que las mañanas son más llevaderas porque recibe la brisa del mar y el puesto queda a la sombra, pero por la tarde el sol le entra de frente y calienta mucho más el kiosko. Es ahí la ola de calor hace acto de presencia. Según Clara, las altas temperaturas se dejan notar en las ventas: «El miércoles se vendió muchísimo, sobre todo entre las seis y las siete de la tarde». Los productos más vendidos en estos días calurosos son las botellas de agua fría y, entre los helados, sigue causando furor el 'frigopié', «sobre todo entre los turistas extranjeros». No tanto porque lo conozcan de antemano como porque «les hace gracia».

Nixon es un artista callejero que sorprende con su disfraz de 'Chewbacca' a quienes pasean por La Concha. Está habituado a trabajar con un disfraz cubierto de pelo, pero confiesa que «con este calor se hace muy duro, cada poco me tengo que quitar la capucha, no duro mucho con ella». Confiesa que la gente suele comentar cosas como 'pobrecito, debe de estar pasando muchísimo calor' y, aunque sea cierto, señala que «es mi trabajo y es lo que toca». Normalmente intenta alejarse del sol y busca alguna sombra dentro de las zonas que le están permitidas, «pero a veces cuando no hay árboles cerca a uno le toca quemarse». Su único consuelo son los litros de agua que suele traerse consigo.

El calor se dejó sentir ayer en Donostia, pero en el interior de Gipuzkoa llevan varios días conviviendo con él. Por ejemplo, en Eibar. Al jardinero Aitor González le tocó trabajar ayer a pleno sol, lo que le convertía en un sufridor más de los rigores de la ola de calor que vivimos. Tiene claro que en estos días «es fundamental ingerir mucho líquido. Yo cada poco tiempo procuro beber agua, en pequeñas cantidades, pero muchas veces. Además, intento descansar bajo la sombra un poquito, 5 minutos aproximadamente, para poder volver al trabajo». A su juicio, esos momentos de descanso son claves para sobrellevar las altas temperaturas de esta ola de calor. También me protejo con una visera, necesaria para evitar que el sol caliente mucho la cabeza».

Iñaki Urteaga, veterano profesor de educación física de la ikastola Laskorain de Tolosa, comenta que sus alumnos sobrellevan el calor «empapándose y mojándose». Así, literalmente. En el centro escolar idean juegos refrescantes en el patio, y estos días de bochorno, tanto él como sus compañeros han decidido llevar algunas de las actividades al río Oria, junto al polideportivo Usabal, muy cerca de la ikastola. Allí existe un 'skate park', y los chavales van alternando los juegos en los aparatos con los baños en el agua. «Es una actividad agradable y los niños y las niñas se lo pasan en grande. Sienten que están en la playa, vienen con toallas, se dan chapuzones, se olvidan de que están en clase». Una buena forma de refrescarse para evitar los golpes de calor. «Juegan y disfrutan al aire libre, se refrescan y vuelven a clase como nuevos. No descartamos repetir esta costumbre si siguen las jornadas calurosas».

Benito Merino, vecino del barrio de San Andrés de Arrasate, atiende a este periódico a la salida de su jornada laboral como pintor. Aunque trabaja principalmente en interiores, asegura que «estos días las temperaturas que se alcanzan dentro de las casas también son insoportables y no parados de sudar, por lo que tenemos que hidratarnos cada poco tiempo». Los trabajadores del sector de la construcción están siendo los más afectados estos días por la cantidad de peso que tienen que cargar, por trabajar en espacios sin aire acondicionado y por estar, a menudo, expuestos a trabajar a pleno sol. Benito confiesa que pocas veces ha tenido que enfrentarse a una situación semejante, y menos en junio: «Con estos calores, los trabajadores de la construcción lo pasamos especialmente mal. La verdad es que hace mucho tiempo que no se hacía tan duro nuestro trabajo. Espero que las temperaturas bajen en los próximos días».

A Benito Merino le preocupa que, «cuando llegan los meses de verano, la carga de trabajo aumenta en nuestro sector, pero ahora no se están dando las mejores condiciones para cumplir con el calendario de trabajos que tenemos por delante». Este pintor de Arrasate tiene claro que hoy irá del trabajo a casa. «Ni siquiera me pasaré por un bar a tomar una cerveza. Voy a hacer cuatro compras y me voy a casa a bajar las persianas y a refugiarme a la sombra».