Gipuzkoa formará a profesores y alumnos para reforzar la salud mental

Se trata de una de las múltiples actuaciones en las que trabaja el Departamento de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico del Gobierno Vasco y que se presentó ayer en una jornada en el marco de la Estrategia vasca contra la violencia hacia la infancia y la adolescencia. El encuentro, celebrado en Donostia, contó con la presencia de la consejera Nerea Melgosa, y el director de Infancia, Adolescencia y Familias del Gobierno Vasco, Gorka Oraá así como diferentes representantes institucionales, profesionales sanitarios y agentes sociales del territorio para profundizar en este ámbito y compartir las experiencias que se están desarrollando en Euskadi.

Desde que el Ejecutivo autonómico creara hace tres años su primera estrategia integral contra la violencia hacia la infancia y la adolescencia, «las instituciones vascas estamos más preparadas para prevenir todas las formas de violencia, para detectar con mayor precocidad e intervenir tempranamente las situaciones de violencia, para ofrecer mayor integralidad en la atención y protección, para reparar todos los daños causados y para mejorar la colaboración entre instituciones». Son los cuatro ejes de actuación en los que Euskadi lleva trabajando, previstos desde 2022 y hasta 2025 y la jornada de ayer se centró precisamente en este tercer aspecto, el de ofrecer una atención integral a estos niños y adolescentes. Sin embargo, «tener que atender a una víctima es haber llegado tarde», según manifestó la consejera Nerea Melgosa, que puso énfasis en las «secuelas psicológicas» que deja la violencia a lo largo de la vida.

Las cifras también preocupan. El teléfono de atención a la infancia y la adolescencia del Gobierno Vasco, Zeuk Esan, recibió 2.197 consultas el año pasado; el 39% de las llamadas realizadas por menores de edad fueron por malestar psicológico y el 14% fueron motivadas por acoso.

Hay más datos. «Uno de cada cinco niños sufre bullying y uno de cada cuatro sufre en sus hogares algún tipo de maltrato en España», subrayó durante su intervención Eva Sesma, psiquiatra infantil y de la adolescencia de la OSI Bilbao Basurto. «No se nos tiene que olvidar que no solo es trauma o maltrato una violencia cuando el niño o la niña es víctima, sino que cualquier situación de exposición a la violencia, ser testigo de ella, genera un efecto tan negativo como sufrirlo en primera persona», y muchas veces lo que lleva es a «ver a niños agitados, desorganizados que están sufriendo una situación de tremenda agresividad en sus domicilios o en el medio escolar».

Son muchos los casos de adolescentes que llegan a la unidad de hospitalización de psiquiatría de Basurto y desde su inicio en 2003 hasta el año pasado, «un total de 936 ingresos contaban con antecedentes de desprotección, abuso o negligencia, esto es, más del 25% de los adolescentes. Además, la proporción de desprotección ha aumentado significativamente tras la pandemia, un 32,8%», detalló Sesma, que insistió en la necesidad de «intervenir pronto» y en la importancia de contar con «educadores y docentes dispuestos a vincularse con ellos en relaciones seguras».

En este contexto de prevención contra la violencia que pueden sufrir o ser testigos los más jóvenes se enmarca el programa 'Resiliencia y curriculum socioemocional para alumnado adolescente:un programa de promoción de la salud mental' cuyos primeros resultados expuso Arantza Fernández, jefa de sección de Psiquiatría infanto-juvenil en la OSI Bilbao Basurto. Tras trabajar en 13 centros, «todos los alumnos presentaron una mejoría significativa. Quienes presentaban riesgo o dificultad emocional redujeron sus problemas de conducta, de hiperactividad, los problemas con los compañeros y sus síntomas emocionales».

Por su parte, la psicóloga infantil María Ullate retrató una realidad «sumamente compleja», donde «en ocasiones el sufrimiento vivido no se expresa a través de la palabra» y puso el foco en la «escucha activa». En este sentido, la fiscal de menores, Mercedes Bautista, reivindicó una «mayor preparación para los operadores jurídicos» ya que según reconoció,«los profesionales no estamos preparados para trabajar en estos casos de violencia en niños que exigen una preparación especial», al tiempo que alertó del « incremento de casos de violencia sexual entre iguales en el último año en Gipuzkoa». Del mismo modo reclamó «casas amigables ya», un modelo para abordar el tratamiento a menores víctimas de violencia sexual desde todos los ámbitos, desde el psicosocial al judicial.