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Gipuzkoa y Bizkaia se reúnen para tratar de acercar posturas sobre los residuos

La flexibilidad para poder acompasar la exportación a las necesidades de cada momento fue uno de los puntos clave del encuentro mantenido ayer

GAIZKA LASA

SAN SEBASTIÁN.

Martes, 29 de mayo 2018, 06:42

Representantes de los gobiernos forales de Gipuzkoa y Bizkaia mantuvieron ayer una reunión donde trataron de acercar posturas entre la necesidad que tiene un territorio de dar salida a parte de sus residuos y la oferta que hace el otro para evitar que la solución sea adjudicar el servicio al vertedero de Mallabia, donde la basura se depositaría sin previo tratamiento en contra de la política foral del territorio.

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Las dos diputaciones apuran la posibilidad de llegar a un acuerdo que satisfaga a ambas partes, lo cual pasa por concretar tres apartados que centraron la reunión de ayer: el precio, la flexibilidad y la fórmula en la que plasmar la relación.

Siendo importante, el apartado de los números no constituye el principal escollo para materializar la operación, ni siquiera asumiendo que el planteamiento de Bizkaia recoge tarifas superiores al tope de 60 euros toneladas que ofrecería Betearte. Gipuzkoako Hondakinen Kudeaketa (GHK) entiende que puede minimizar su dependencia externa durante el próximo año y medio, hasta tener infraestructuras propias, gracias a dos factores: una prórroga en el uso del vertedero de Mutiloa donde hoy van a parar todos los residuos del territorio y la pronta disponibilidad de la planta de tratamiento mecánico-biológico (TMB) de Zubieta, entre marzo y abril.

La cifra

  • 20.000 toneladas. Es la necesidad de exportación de residuo que estima tener Gipuzkoa, reduciendo las 70.000 que le ofrece Bizkaia.

Con este contexto, Gipuzkoa no precisaría agotar la propuesta vizcaína, ajustada para 70.000 toneladas anuales. Le bastaría con exportar unas 20.000. Requeriría, eso sí, de una flexibilidad que le permitiera utilizar los recursos vecinos en función de la necesidad del momento. Más en otoño de este año y menos durante el año 2019. Así se lo transmitió ayer al Gobierno de Bizkaia la delegación guipuzcoana en un encuentro en el que participaron los máximos responsables de cada Ejecutivo en materia medioambiental.

GHK está próximo a conseguir un acuerdo con la empresa Cespa, propietaria del vertedero de Mutiloa, para ampliar su relación. La adjudicación vigente contempla el envío de 102.000 toneladas anuales durante dos años, y aunque la cantidad acordada para los dos ejercicios, 204.000 toneladas, se agotará tras el verano, GHK podrá sumar a esa cantidad un 10%, tal y como habilita la propia adjudicación: 20.000 toneladas más que pueden suponer un mes y medio de tiempo ganado. Un pequeño parche. El grande, el que puede aportar un respiro a los gestión de residuos del territorio, vendría del acuerdo con la firma del grupo Ferrovial para establecer una prórroga de un año en las mismas condiciones del contrato actual: 102.000 toneladas más a un precio de 60 euros por tonelada.

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Gipuzkoa pretende reducir la exportación a Bizkaia gracias a una prórroga con el vertedero de Mutiloa

Los dos gobiernos trataron ayer de precios, de la flexibilidad y de la fórmula para plasmar su acuerdo

Esta oportunidad se abriría a partir de noviembre, fecha en la que vencerían los dos años desde la firma del contrato entre GHK y Cespa. El objetivo de la Diputación es salvar el precipicio que queda entre la extensión del contrato actual y el inicio de la prórroga. Considera que en ese paréntesis necesitará colocar unas 20.000 toneladas.

Además, desde marzo o abril del año que viene, Gipuzkoa podrá contar con la planta de tratamiento mecánico-biológico (TMB) que se construye en Zubieta. Desde ese mismo momento, podría aplicar un pretratamiento a su fracción resto, requisito establecido por Bizkaia para enviar la basura a alguna planta de su territorio. Ya no sería necesario el doble recorrido planteado por la Diputación vizcaína consistente en llevar primero el residuo a la incineradora de Zabalgarbi y destinar después las escorias a un vertedero. Un itinerario que complica encarece la operación con Bizkaia.

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Sobre la mesa está también el modo a elegir para dar cabida a la citada flexibilidad. Gipuzkoa entiende que un convenio abierto se ajusta mejor que un contrato cerrado.

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