Políticas sociales
«Estoy feliz en el nuevo centro de Usurbil»Sisa Bermejo, de 91 años, es una de las usuarias de la residencia que Matia acaba de inaugurar, creada desde cero en el nuevo modelo de atención centrada en la persona, y está «como en casa»
Sisa Bermejo, de 91 años, se pasea por su nuevo hogar de Usurbil ayudada de su andador. Saluda a todas las personas con las que ... se encuentra, «feliz» de vivir en la primera residencia creada desde cero en base al nuevo modelo de atención centrada en la persona. Al cuello, le cuelga una llave. Es la que le permite entrar en su habitación cuando quiere, y le proporciona esa independencia tan importante también en la última etapa de la vida. «Estoy muy contenta en Usurbil, me siento como en casa», asegura mientras accede a su vivienda, porque si algo diferencia el recurso de Egurtzegi, impulsado por Matia en colaboración con la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Usurbil, es que cada usuario vive en una pequeña vivienda que personalizan a su gusto, con sus muebles y decoración, con el fin de hacerla más acogedora.
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Con capacidad para 127 personas, en este momento acoge a cerca de 90 usuarios. Uno de ellos es Sisa, que recientemente se ha mudado desde la residencia Fraisoro. Esta guipuzcoana de acogida –es natural de Cáceres–, se muestra encantada en Usurbil, donde es muy apreciada tanto por el resto de usuarios como por las trabajadoras de la residencia, que son unos 120. «Me levanto por las mañanas, me lavo sola o cuando necesito ayuda la pido, después pinto, me echo la siesta y si hace bueno salgo a la calle a pasear. Hago de todo», dice entre risas. «Aquí todos son muy buenos conmigo», añade mientras comparte una mirada cómplice con Jaione Artieda, directora de este centro que se puso en marcha el pasado 17 de julio.
«Pinto, me echo la siesta y cuando hace bueno también salgo a pasear. Aquí todos son muy buenos conmigo»
Sisa Bermejo
Usuaria de Egurtzegi
Las primeras semanas las han vivido con «mucha ilusión y ganas», aunque como en cualquier otra mudanza, también «con nervios. Estamos muy emocionados». La respuesta de los usuarios y familiares, además, ha sido «positiva».
Cafetería y peluquería
De momento la residencia está en marcha al completo, pero el centro de día empezará a funcionar a finales de agosto, así como la cafetería y la peluquería, que ultiman los preparativos para abrir. Estarán disponibles tanto para los usuarios como para cualquier vecino del pueblo que quiera acercarse y fomentar así la conexión con la comunidad, otra de las claves del centro de Usurbil. «Estamos integrados en el pueblo dentro de una plaza», explica Artieda. Y no solo eso. «Todo el ambiente del edificio nos ayuda a que exista una personalización de los cuidados».
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«Todo el ambiente del edificio nos ayuda a que exista una personalización de los cuidados y conexión con la comunidad»
Jaione Artieda
Directora de Egurtzegi
La instalación de Usurbil cambia el concepto de habitación residencial por el de vivienda como espacio de vida en cualquiera de sus fórmulas, generando un ambiente hogareño, «a través de materiales naturales como la madera o las puertas mucho más anchas de lo habitual. Al espacio privado se le ha dado mucho valor». Se compone de cuatro edificios conectados, pero que funcionan de forma independiente.
Los alojamientos se agrupan en siete unidades de convivencia en varias plantas. «La vivienda está formada por un baño particular y una pequeña cocina, si bien hay espacios comunes donde pueden interactuar todos los usuarios», explica la directora de Egurtzegi. «Las camas, además, son de un tamaño mucho más grande. Se ha dotado también de mesilla y armario y ha sido la propia familia la que ha hecho la mudanza para crear su propio hogar».
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